30 mayo 2008

The office: cuarta temporada

Cuando Joey salía con Dawson, queríamos que se liara con Pacey, pero en cuanto lo hacía enseguida queríamos que volviera con Dawson. Siempre es así. Por eso nos moríamos de miedo al imaginarnos que algún día la historia de amor entre Pam y Jim se haría realidad. Teníamos miedo de que se acabara la magia. La pregunta era ¿Queda algo después de la pasión? y gracias a Dios la respuesta fue sí.

Pam y Jim empezaron una historia de amor pero nosotros prácticamente no la veíamos. Solo podíamos hacerlo cuando la cámara estaba en el lugar preciso. Un gran acierto. Eran novios pero habían decidido disimular. Era una simulación también para nosotros, por si acaso. Era un amor desapercibido y secundario. Por mí perfecto.

A lo largo de la temporada la relación tuvo que dar un paso más y solo había un camino posible, la pedida de mano. En Cheers, después de cien mil capítulos de amor, rupturas, peleas y vueltas, un buen día Sam decidió pedirle a Diana que se casara con él, entonces ella dijo que no. Pero dijo que no porque Sam había elegido una situación horrorosa para declararse, ella quería un momento mágico. Así que Diana después del no, se lo explicó, claro. Pero Sam ya no podía más. Había vivido durante casi 8 años los altibajos de Diana y entonces le dijo "Que no quieres? Pues eso es lo que vas a tener". Y claro, otra ruptura. Pero estuvo bien, porque después de una boda ¿qué queda?.

Así que con Pam y Jim había que hacer algo parecido. Se sacaron de la manga una situación fantástica. Jim quiere declararse de la mejor manera posible, sin embargo todo le sale mal y nunca es el momento. Pam lo espera con ansias y cree que Jim no está por la labor. Eso solo puede llevar a la ruptura. Y será fantástico porque así desearemos que se líen de una vez, que es lo divertido. (¿Saben que los fans de Pam y Jim se llaman Jams?).



Ese es el cambio más claro de esta cuarta temporada. Pero hubo muchos más y fueron tantos que al principio nos sentimos decepcionados.

Primero, nos sorprendieron con 4 capítulos de 40 minutos que nos dejaron fríos porque los formatos están para respetarlos y una vez al año está bien, pero cuatro veces seguidas no. Segundo, todos los secundarios tenían sus entrevistas, hasta Stanley y Kevin hablaban a la cámara. Michael vivía feliz con Jan y Ryan se había convertido en una especie de yuppi chiflado.

The office es una serie limitada. Limitada por su escenario, por sus personajes... Todo se reduce, salvo excepciones, al horario de oficina y lo que suceda tiene que estar relacionado con el trabajo o en la mayoría de los casos con las consecuencias de no trabajar cuando hay que hacerlo. No es una sitcom normal. Y la cuarta temporada dio un paso más, de una manera nada sutil con el único fin de ampliar horizontes. Y vaya si los amplió. Por alguna razón lo mejor de la serie sucede fuera de la oficina. El viaje de Michael para declarar en el juicio por el despido de Jan, la discoteca en la que Ryan se pasa con la coca o el mejor capítulo de la temporada: la cena en casa de Jan y Michael.

Dos cosas me llaman la atención de esta temporada. Por un lado la decisión de no aprovechar el talento de un cómico como Ed Helms, cosa que no me molesta para nada, porque su personaje es demasiado histriónico. Pero es que había momentos en que Andy aparecía y yo pensaba "¿Pero no se había vuelto a Nueva York?".

Y por otro lado, el cambio -al menos a mí me lo parece- del personaje de Michael, que nunca había sido muy mujeriego (hubo un momento en la temporada dos que hasta pensamos que era gay por su capricho con Ryan) y ahora está despendolado. Que si pide citas a ciegas, que si la modelo de la revista, que si la nueva de recursos humanos... ¡Ay la nueva! Qué gran acierto. Cómo me gusta. Y ese juego que se trae con Kevin ¡qué genialidad!

A pesar de que mi capítulo favorito es el de la cena en casa de Michael, cuando pienso en esta temporada veo la escena de Stanley cantándole las cuarenta a Michael. Tardó cuatro años en hacerlo pero sus palabras, aunque ciertas, ya habían caducado. Michael ha madurado, Stanley no lo sabe porque no ve el documental pero nosotros sí. Vale, vale, se pasó con el regalito para Tobby pero por Dios ¿Quién puede querer a Tobby?

27 mayo 2008

Cositas sueltas

Llevo bastante tiempo, creo que desde la huelga de guionistas, sin dedicar un post en condiciones a una serie americana. Prácticamente solo he escrito sobre Lost y encima en otro blog, y aquí solo tocan fracasos españoles y realities que solo me gustan a mí. Pero lo voy a remendar. No hoy, pero pronto.

Sobre la muerte de Pollack qué decir... Puede que no haya sido un gran narrador, que no haya revolucionado el cine, pero es el director de una de las mejores comedias de la historia y por eso tiene que estar entre los grandes.




Tema Eurovisión


No me entra en la cabeza cómo puede ser que el público siga refiriéndose a Chikilicuatre como un friki después de ver a ese patinador enloquecido. ¿La gente está loca? Los del debate de La noria hicieron el ridículo más espantoso. Podría extenderme, pero mi novio ha escrito una entrada tan fabulosa que sería repetir.

Yo iba con Dinamarca. Inglaterra plagió Express Yourself de Madonna y las baladas eran vomitivas. La mejor frase la dijo ayer Calamaro en Buenafuente "A Chikilicuatre hay que aplaudirlo porque por primera vez fuimos a Eurovisión a perder dignamente".

Por cierto ¿No les parece que Calamaro cada día se parece más a Vincent Vega? (Mierda, después de poner esta frase me fui a buscar una foto y me encontré con esto!!!!)


Tema Indiana Jones.

Sí, esto no es televisivo, pero es el tema de la semana. Al que ose decir en los comentarios que esta entrega está a la altura de "La última cruzada" que se de por baneado (¿se puede banear en los blogs?). Ni siquiera voy a discutirlo, las diferencias son brutales. Indiana Jones, la saga, era divertida, los personajes carismáticos. Todos, buenos y malos, perseguían algo en concreto, había situaciones ingeniosas y lo más importante, la trama estaba llena de obstáculos. Obstáculos que hacían al personaje dar un giro para pasar al siguiente nivel. Todos esos puntos vuélvanlos del revés y tendrán "El reino de la calavera de cristal".



El personaje de Shia Lebouf ni existe ni evoluciona y miren que da para evolucionar. La química entre los dos protagonistas no es que no exista, es que no se aprovecha. No solo no hay diálogos divertidos, es que ni siquiera hablan entre ellos. La trama principal en cuanto la analizas friamente se vuelve ridícula. Nadie parece tener una motivación clara. Pero lo más grave es que Indiana Jones no está. No es ese hombre, es otro personaje. Y no hay ningún momento en la película en que temamos por su vida, ni por la suya ni por la de nadie y eso no puede pasar en una peli de aventuras por Dios.

Hay quien dice que una película así, de esta envergadura, está condenada al fracaso porque cualquier cambio, cualquier intento de meter baza de cualquiera es impensable y necesita de un montón de lío burocrático. No tengo ni idea de como es el mundo del cine por allí. Pero recuerdo por ejemplo La guerra de los mundos, que también habrá tenido su parafernalia pero salió bien y no me queda más remedio que pensar que Lucas es idiota, que Koepp estaba borracho y que Spielberg no supo como decir basta.


Tema cómicos

¿Cómo han podido desaprovechar una campaña gráfica tan mona como la de La tira haciendo esa serie tan mediocre? Me gusta mucho el rollo sketch cutre de Saturday nigh live pero no puedo soportar a Eva González. ¿Quién ha decidido que esa mujer podía hacer humor? ¿Qué le vieron en el Club de Flo? Pero lo peor no es eso ¿Quién ha decidido que un "humorista" puede ser actor? ¿Nadie se da cuenta de que NO ES LO MISMO?



Además de todo esto, los guiones son bastante flojos y los remates brillan por su ausencia. ¿por qué? ¿Hay un productor chiflado que borra los chistes buenos? ¿Qué pasa?

Lo mejor son las chicas del supermercado, que por cierto salen de un corto de Notodo.

Pero no podemos perder la esperanza. Hay gente que hace ficción televisiva sin salir en la tele. Aquí hay un ejemplo de que se puede ser actor siendo humorista y hacer ficción sin dinero. Lo único que hay que tener es talento. No pueden dejar de ver Tú antes molabas.

21 mayo 2008

Acero azul

El año pasado comenté el gran parecido que tenía nuestro Supermodelo con la película Zoolander. Pero claro, aquella vez las similitudes estaban en el backstage, en los diseñadores, estilistas y demás artistas de la moda. No sé si en la segunda edición pretendían la autoparodia o salió de casualidad, lo que está claro es que con la presencia de chicos y con el nivel que hay, en esta tercera edición lo han asumido totalmente. Están haciendo comedia y ya tienen a Ben Stiller.


Yo solo pido a Dios que no echen a Iván porque cada vez que desfila yo lloro. Hoy me han dado 3 ataques de risa seguidos. Es una mezcla entre Julio José Iglesias y Andrés Bruguera, solo que desde la candidez. Por favor, no se pierdan estos dos videos, sobre todo el segundo: el homenaje a Indiana Jones. Es indescriptible y no paren hasta ver el momento María Amparo.

Yo estoy segura de que estos profesores en realidad intentan enseñar a estos chicos pero también tienen la mala suerte de que es un programa diario y que necesitan mucho más contenido que en ediciones anteriores. Así que tiempo de ensayar y de aprender a desfilar no hay mucho. Porque estos chicos cada día cometen los mismos errores. No sé qué hacen pero cuando caminan su cuerpo llega medio metro antes que su cabeza. ¿Qué significan esas poses absurdas?

Eva es bastísima, más que un homenaje a Indiana Jones parecía uno de El bar coyote. Mucho corte de pelo tendrán que hacerle para arreglarla.

María Amparo no puede irse nunca de este concurso ¡canta y habla ruso, por Dios!

Javier es bueno, pero casi se saca un ojo con el látigo.

Yara es la única que lo hace realmente bien, Belén y Aaron también. Los demás son todos un desastre.

¿Y por qué nadie le dice a la presentadora canaria que no necesita hablar tanto? ¿que cuanto menos diga menos posibilidades hay de que se equivoque de palabra? ¿No debería Jousie darle algún consejo? ¿Se puede ser más hortera?

¿No están super enganchados?

Entre esto, y la trifulca Iván-Virginia en OT estoy que no duermo.

20 mayo 2008

House

La primera vez que hablé de House en este blog lo hice refiriéndome a ella como una serie para pasar el rato. En aquella época todavía teníamos tiempo para ver, una vez por semana, algo simple y doblado. Dije también que cada capítulo era un clon del siguiente y que su gracia estaba en utilizar la estructura de una serie policial. Una serie como House, o como CSI logran el éxito porque te enganchan con un teaser magnífico, con el carisma de su protagonista, pero sobre todo por ser capítulos autoconclusivos que cualquier espectador vago podría pillar, aunque la semana anterior se hubiera olvidado de verlo.

Sin embargo, todas las series deben evolucionar así que en medio de la primera temporada rompieron la monotonía con la trama de Edward Vogler, ese jefe negro que obligaría a House a deshacerse de uno de sus tres ayudantes. Los últimos capítulos de la temporada fueron estupendos y completamente diferentes a lo que estábamos acostumbrados, luego llegó la ex mujer de House para terminar de rompernos los esquemas (aunque yo la odiaba) y los secundarios empezaron a hacer algo más que servir al jefe. Cameron se enamoró, Chase empezó a ser un cabrón encantador y Foreman nos desquiciaba con su negatividad constante.

Poco a poco, como tenía que ser, la cosa cambió. Mientras nos contaban los entresijos de una enfermedad extraña, lo realmente importante era lo otro: Descubrir a House. Y claro, todo eso funcionaba muy bien porque por fin, después de un montón de capítulos iguales, algo diferente se asomaba y todo estaba equilibrado. La información llegaba con cuentagotas, y siempre nos quedábamos con ganas de saber más. Cualquier trama del capítulo en realidad era una excusa para ir más allá y hablarnos de la personalidad real del doctor, y sobre todo, del misterio de su pierna y la génesis del monstruo.

El problema de esto es el no saber parar. Llega un momento en que claro, House nos da igual y queremos volver a las historias de los pacientes. Porque House por desgracia no tiene ni un solo misterio más para nosotros. Han querido aprovechar tanto el tirón de un buen personaje que lo han agotado.

Pero volvamos con la historia de la serie. Recuerdo capítulos estupendos, pero ninguno tan magnífico como "No reason" al final de la segunda (el capítulo en que le disparan). Pero lo mejor apareció con David Morse en la tercera temporada. Y a partir de aquí, un listo pensó ¿Y ahora qué? Y yo pienso, los giros están bien pero cuando uno da un giro tiene que hacerlo con todas sus consecuencias. (Si no has visto hasta el capítulo 4x12 Don`t ever change no sigas leyendo)



Desde la primera temporada nos amenazaban con quitarnos a uno de los 3 ayudantes de House. Y todos temblábamos porque no podíamos imaginar cómo sería la serie sin ellos. A pesar de conocer el talento de estos guionistas dudábamos ¿puede sobrevivir House sin sus ayudantes?

La respuesta fue sí. Y además la decisión fue fantástica. House tendría su propio "The apprentice" para elegir a sus nuevos ayudantes. Estos primeros capítulos de la 4º temporada fueron fantásticos porque eran un curso acelerado de definición de personajes. House tenía a más de 20 aspirantes al puesto y nosotros conocíamos a cada uno de ellos. Podíamos definir a cada uno con un solo adjetivo y algunos no necesitaban más de dos frases para que los conociéramos (eso es escribir guiones). Yo estaba pletórica con los nuevos capítulos pero de pronto hubo un problema. Un problema llamado nostalgia, que en realidad no era más que falta de cojones, aunque quizás la mejor definición de lo que sucedió sea FAROL. Los ayudantes de House no se habían ido a ninguna parte. Ellos no pretendían largarlos pero claro, habían sido tan buenos guionistas que nosotros ya nos habíamos olvidado de su existencia.



Así que teníamos a los nuevos y a los viejos y juntos eran como el agua y el aceite. La doctora Cameron corriendo de un lado para otro en urgencias, Chase haciendo NADA, Foreman humillado con ese traje ridículo, siempre en medio y siempre con cara de culo. Un horror.

Pero la gracia es que los chicos nuevos ni siquiera son atractivos. 13 es sosísima. Los otros dos insufribles. Zorra implacable me encantaba y gracias a Dios ha vuelto pero su trama con Wilson es insoportable (solo ha servido para que sospechemos que House podría estar enamorado de Wilson, cosa demasiado trillada, que aunque atractiva, es otro FAROL).

Había personajes mucho mejores entre el grupo de aspirantes como por ejemplo Big Love que era mi favorito.

O sobran los nuevos o sobran los veteranos. Juntos son un suplicio.



Pero todo eso no es importante porque actualmente se están repitiendo tramas. Ya tuvimos capítulos en que House se planteaba el concepto de Dios, en que dudaba entre la ciencia y la magia. Ya nos habían hablado varias veces acerca de los cambios, de si es posible que una persona pueda cambiar, de qué habría que elegir entre un tumor que te haga mejor persona o la falta de tumor que te vuelva anodino. Ya nos habían hablado de eso mil veces. La diferencia de calidad del episodio 12 al 13 de esta temporada es brutal. Así que esto seguramente se deba al parón de la huelga. Pero las malas decisiones se han tomado mucho antes.

House me aburre. Necesito que alguien tome una decisión, que Cameron se tire a House, que 13 se mude a Alaska, que Foreman se quite esa corbata y que Chase haga algo de una vez, algo que no sea pasear por el pasillo con esa bata ridícula.

07 mayo 2008

No tengo parole

Que esté de viaje no significa que esté fuera de España, así que tengo la suerte de ver todas las tardes el casting más fantástico de todos los que hemos visto hasta ahora. Supermodelo 2008 ha dado un giro en sí mismo y ahora es el escándalo.

El problema de este programa fue que se crecieron durante la primera edición, así que en la segunda decidieron multiplicar virtudes. Ni el italiano era tan gritón ni Cristina la estilista tan borde. Pero ellos nos hacían creer que sí y la cosa dejaba de tener gracia. Cuando en los castings de la edición anterior Cristina le proponía a una concursante que se quitara sus espantosas extensiones intentaba provocarnos. Y no hablemos de Daniel Kum que me da pereza hasta recordarlo.

Ahora mismo esto no pasa porque hay un tipo llamado Josie (léase Yousí) que es auténtico. Y con él el mundo de la moda se abre de verdad ante nosotros. Esa gente cree que está haciendo arte con un rollo de film. Y la verdad es que saben de lo que hablan. Yo ya me he apuntado su lema de la semana "Debemos erradicar los chales de las bodas".

Josie es tan de verdad que parece de mentira. Es como Mugatu pero en entrañable. Adoro sus camisas tan cerradas y sus cardigans. Quiero sus gafas y muero por ir a un crucero para ponerme esos pañuelos al cuello. Me da igual odiar los barcos y marearme porque estaré divina.


La que lo acompaña es Fiona, la directora de Elite, que es el glamour hecho mujer. Después de verla a todas nos entran ganas de salir a la calle y comprarnos su ropa. La odiamos por ser tan mona, tan delgada y estar todo el tiempo estupenda. Pero ojo, también nos encanta que sea tan tonta.

La presentadora es Eloísa González, una canaria preciosísima que se come la cámara y presenta muy bien. Rouzic sigue en su estilo, suelta verdades como puños y por eso lo adoramos y luego está la directora, una francesa escalofriante que no tiene tanta mala leche como los demás por lo que nos creemos todo lo que dice y eso nos lleva al siguiente punto: los concursantes son unos modelos desastrosos.

Yo tenía mis dudas sobre el tema mixto, prefería que hubiera solo chicas para que se sacaran los ojos. Pero esta vez son todos demasiado paletos y eso está realmente bien. Las chicas siguen sacándose los ojos pero el programa es tan divertido porque estos chicos hacen que una simple pose parezca un examen de Cálculo infinitesimal.

Si ya nos encantaban los concursantes, sobre todo Roberto que es lo más (nadie podrá superar su momento Balenciaga), cuando llegó María Amparo tocamos el cielo. Debemos unirnos para hacer de esta chica una mujer. El concepto de patito feo cobra sentido con ella y yo no pienso dormir tranquila hasta que la vea convertida en princesa (¿No es idéntica a Athina Onassis?).

Me encantan sus excursiones. Adoro cuando Fiona les dice que les va a hablar de Mallorca y entonces empieza a hablar de los famosos que veranean en ella. Me encanta la frivolidad cuando se vuelve sublime. Y que todo esto se represente en el sitio más hortera del planeta, ese crucero lleno de cisnes de hielo y moquetas en las paredes, hace que esta experiencia sea uno de los acontecimientos televisivos de la década.

Y lo mejor de todo es que esto es solo el principio, luego llegarán las galas.

Mi favorita es Belén. Los chicos por ahora me dan igual, me producen tanta risa que aún no les he podido encontrar ningún atractivo.