27 enero 2011

Episodes


Esta serie llega en un momento crucial. De pronto se empieza a hablar del final de la edad de oro de la televisión americana y las series inglesas se vuelven imprescindibles. En los Blogs no se habla de Dexter, se habla de Misfits.

Cuidado, Episodes es una serie fallida, pero es que todo en ella resulta interesantísimo.

Episodes cuenta la historia de dos guionistas británicos, Sean y Beverly Lincoln, creadores de una serie de enorme éxito en el Reino Unido que se dejan seducir por una Cadena de Televisión americana para hacer el remake.

Por supuesto la aplastante y caprichosa mano de Hollywood lo cambiará todo, empezando por el actor protagonista que pasa de ser el reputado Richard Griffiths a Matt Le Blanc, que se interpreta a sí mismo.

La pareja de guionistas se muda a una estupenda mansión de Los Ángeles (que tiene columnas de porexpan porque la semana anterior había sido un set de reality) y su papel es el de personas normales. Los anormales, los incompetentes, los ineptos son los americanos, que aparecen siempre en una habitación blanca, impoluta, paradisíaca.



Claro que no hay nada malo en esto, porque esta serie que critica a los americanos y que pone a los ingleses en un pedestal, es americana. Sin embargo hay un matiz. Ésta es una serie de Showtime, una cadena "pequeña" que nos ha regalado maravillas como Californication, Weeds y Dexter. Nada tiene que ver esta cadena con esa que nos enseñan. La comparación deberíamos hacerla entre Showtime (los ingleses) y las cadenas generalistas.

Sí, pero no, porque hay más...

Los actores ingleses son horrendos, pero feos con ganas. Los americanos en cambio son guapísimos. Y no sólo eso ¡Los ingleses no nos hacen ni puta gracia! Cuando la comedia funciona es cuando vemos esa habitación blanca llena de ejecutivos lelos.

En toda "serie dentro de una serie" siempre tenemos que ver lo que se está grabando. Más cuando estamos planteándonos si la cadena está tomando las decisiones correctas al cambiar un producto que se supone maravilloso. Pues bien, todas esas escenas que nos muestran la serie perfecta, los ensayos, las lecturas de guión, son un coñazo. Que suele pasar en un montón de series, en Extras por ejemplo, pero en este caso necesitamos ver que el producto del que estamos hablando es realmente bueno. Un error similar lo cometió también Sorkin en Studio 60, que mientras nos hablaba del chiste magistral, nos enseñaba un sketch insípido.


Y mientras nos planteamos todas estas cosas e intentamos entender qué serie estamos viendo, en el capítulo 3 cantan el gordo:

Uno de los personajes de la serie británica es lesbiana. Matt le Blanc propone que la chica sea heterosexual. "Ni de coña" grita Beverly que bastante ha tenido con aceptar el cambio de actor. Pero una noche Matt le Blanc habla con Sean sobre la lesbiana y la conversación resulta clave.

Matt le Blanc: ¿Cuántos capítulos se han grabado en Gran Bretaña de tu serie?
Sean: 24
Matt le Blanc: Friends tuvo 236. ¿Cuanto crees que habrían durado Ross y Rachel si ella hubiera sido lesbiana? ¿O Diana en Cheers? En la temporada 5 ¿Qué harás con esta pareja? ¿Seguiré yendo tras una lesbiana?

Y claro, la serie cobra otro sentido. Estamos hablando de dos creadores maravillosos a los que Hollywood corrompe, pero las cartas están dadas boca arriba. Hacer las cosas en Hollywood no tiene nada que ver con hacerlas en ese universo perfecto de 6 capítulos al año. A lo mejor hay que venderle el alma al diablo pero es que sin el diablo no estás haciendo televisión, aunque creas que sí, estás haciendo otra cosa. Y que una cadena americana por más pequeña que sea hable de sí misma, a mí me encanta.

Ayer me enteré de que Misfits vuelve en noviembre. Claro, son 6 capítulos al año, pero es que esos 6 capítulos se emiten en noviembre y diciembre. Son 240 minutos de ficción. Un poquito más que una peli de Clint Eastwood.

Ya lo dije en mi post sobre la serie: Plantearse el remake americano es inviable. Se hará otra serie, pero Misfits no, porque no se pueden hacer 80 capítulos en un centro juvenil. Todo es diferente cuando se piensa a largo plazo, es complicadísimo, es pura ingeniería.

Me encanta que haya una serie así, que use una burda comparación para indagar sutilmente en el proceso de creación de una obra de ficción. Me gustaría también que fuera más divertida, pero por ahora me conformo.

26 enero 2011

The defenders

Fox estrena mañana The defenders, la serie de abogados protagonizada por Jim Belushi y Jerry O’Connell que triunfó en Estados Unidos el pasado septiembre consiguiendo 13 millones de espectadores en su estreno.

Pero esto no tiene que extrañar a nadie ¡A la gente le encantan las series de abogados! Esto ha sido así siempre. Y no es tan difícil de entender. Una serie de abogados no necesita continuidad, puedes verla hoy y el jueves próximo irte a cenar fuera, no pasa nada. No tienes que programar el video y volverte loco intentando encontrar un canal alternativo donde seguir la trama. Aquí no va a haber ningún cambio significativo, todos siguen en sus puestos al día siguiente, haciendo una y otra vez lo mismo, quizás con otro juez, quizás con otro fiscal. La rutina perfecta.

Pero no todo es tan sencillo como parece, no cualquiera puede hacer una serie de abogados buena (recuerden Lex, o no, mejor no la recuerden). Tiene que haber un equilibrio maravilloso entre lo que pasa en el bufete y los casos. Pero los casos son lo más importante. Para ver un culebrón tenemos Mujeres desesperadas, una serie de abogados no necesita que sintamos nada, seguimos una trama más o menos interesante (muy interesante si estamos hablando de Boston Legal) y deseamos que una señora negra diga Not Guilty al final. Con eso tenemos.


Y lo que pasa en el bufete tampoco tiene que ser algo muy relevante, lo que tiene que serlo es la química y el carisma de los abogados. En The defenders hay una intención muy clara de repetir el éxito del tandem Alan Shore - Denny Crane (Abogado joven - abogado veterano). Solo que éstos no parece que tengan la profundidad y los matices de un Alan Shore ni de un Denny Crane. Ni parece que se complementen nada. Por ahora hacen lo mismo.

The defenders cuenta la historia de dos abogados de Las Vegas, pero no dos abogados de teleserie normal, sino de dos tipos que se anuncian en la autopista con un cartel gigante. Son abogados de estos que lo pueden todo, que utilizan los trucos más viles e ingeniosos para sacarte de la cárcel o hacer el trato más eficaz. La cosa promete mucho, uno se imagina a Saul, el abogado sinvergüenza de Breaking Bad y encima en Las Vegas, pero nada que ver.



Por un lado son tipos que se saltan las normas y que quieren terminar los casos rápido, pero por otro aceptan sin titubear que uno de sus clientes al que le pueden caer 40 años y que tiene todas las pruebas en contra, se declare inocente. No casa.

En este piloto no quedó clara la verdadera naturaleza de los personajes, es algo que está en el aire. Ya se verá. Como también se verá si las tramas se vuelven menos tontas en los siguientes capítulos y si la ciudad cobra el protagonismo que merece.

Lo nuevo de esta serie es que no parece que se vaya a centrar tanto en el juicio. Boston legal servía como plataforma para los épicos discursos de David E. Kelly que se ponía las botas en cada alegato y esa era la clave de la serie. Aquí se trata de abogados que también hacen tareas de CSI. Van a la escena del crimen y miden esto y aquello para llegar a la verdad. Dos en una.

La cosa es que The defenders es una serie entretenida para los que están un poco hartos de los arcos argumentales eternos. Pero promete ser un poquito más. Con un par de cambios que se intuyen, la serie se puede volver mejor. Le falta humor a los personajes, le faltan casos más rebuscados, a todos les falta química pero la base está y lo más importante: Funciona.

17 enero 2011

Globos de Oro 2011

Yo toda la vida tuve el Plus pero por falta de uso pasamos a no tenerlo y ahora en casa lo que hay es ONO que es una plataforma digital para pobres. Yo estaba tranquila porque en ONO está AXN, sin embargo este año no sé si por la crisis o qué, de la gala no había ni rastro. La cosa es que yo estaba tan absorta con el estreno de OT, que no me di cuenta hasta la una y pico de la madrugada. Entonces empezó el zafarrancho de combate.

Me puse a buscar un canal online que retransmitiera la gala con tan mala suerte que pillé un update con un retraso de 365 días, es decir que estuve viendo durante media hora una alfombra roja del año pasado. Suerte que mis conocimientos estilísticos son amplios porque empecé a mosquearme al ver los colores de los vestidos. Este no es el año del azul ¿Qué mierda es ésta?. En ese momento saltaron las alarmas, se me echaba el tiempo encima y justo cuando mi portátil iba a empezar a implosionar por fin pude encontrar un canal. Colombiano.

Lo peor de ver los Globos de oro en un canal colombiano no es la traducción que desde luego es mucho mejor que la española, si no ver anuncios colombianos. Gracias a Dios el canal era TNT, porque los anuncios eran todos de películas pero creanme que no fue nada divertido ver 40 veces la promo del inminente pase de la película "Capitán de mar y guerra", dirigida por Peter Weir e interpretada por Russell Crowe. Que la primera vez es gracioso pero las 39 siguientes ya no.

La gala pues... no puedo decirles nada porque en una mierda de pantalla a ver qué iba a ver yo. Pero si quieren les cuento lo que me parecieron los vestidos que vi hoy porque tampoco podía apreciarlos bien a una resolución de 400 pixels.

No sé qué decir. Este flequillo nos dejó a todos un poco perplejos. ¿Lo habrá usado para taparse los pinchazos de la frente? En cualquier caso Sandra, nos encantas. No necesitas parecer la protagonista de Glee.

¿Qué le pasa en el pelo? De lo demás no hablemos que es redundante.


¿Qué necesidad?

No he visto la peli pero me reí mucho con los comentarios de Ricky Gervais: "Parece que este año todo era tridimensional con excepción de los protagonistas de The tourist". Jajajaja, qué cruel.

Te amo Nathalie Portman pero no me ha gustado nada tu vestido rosa. Estás embarazada, pero eso no significa que tengas que cubrirte con una sábana. Mira qué ideal va la Krakowski.





Adoro el look naif de Michelle Williams, ese pelo, ese maquillaje pero esas margaritas no.

Además de tener un gusto pésimo para los hombres ¿Qué le pasa a Megan Fox? no notan algo raro en su cara ¿En su nariz?


January, eres preciosa pero no puedes sacar a relucir unos michelines inexistentes para darnos a las gordas en las narices. Tápate que esto es gratuito y nada fino.

Ojo con el zapato de cada color que en realidad es lo de menos...


Halle Berry, llevas vistiéndote igual desde el 91. Por favor, renueva.

No es que me vuelva loca su modelito pero es que ella me vuelve loca y su interpretación de "Temple Grandin" merecía el Globo de Oro y todo lo que le pongan delante.


Esto sí que ha sido un viaje en el tiempo ¿qué edad aparenta? Puede tener de 40 a 90 años, según le de la luz.


Y ahora mis super favoritas:



Ah y que qué maravillosa es La Red Social. Qué premios más merecidos.

13 enero 2011

Misfits

El otro día un amigo comentaba en un foro que donde los españoles tenemos que mirar, a la hora de comparar nuestra ficción, no es a USA si no a Reino Unido. La calidad de las series inglesas no tiene nada que envidiar a la de las series americanas pero hay algo más...

A mí nunca me preocupó la diferencia de presupuesto, yo solo miro por la historia. Y por desgracia la televisión británica me ponía muy nerviosa. Ese exceso de barroquismo, esas vueltas y giros sobre las historias para hacer los capítulos densos y repetir una y otra vez lo mismo... qué les voy a contar que no sepan sobre mi odio hacia Life on mars, hacia The IT crowd... hacia Sherlock! (esto no lo saben pero es cierto) qué pereza tan grande.

Sin embargo ahora todo eso ha cambiado porque mi vida se ha llenado de flema. Misfits y Downton Abbey me vuelven completamente loca. De la segunda hablaré otro día.

Misfits tiene tantas virtudes que no me llegan las teclas. Empezando por la propuesta. Se trata de 5 chicos marginales que están prestando servicios comunitarios cuando de pronto una extraña tormenta los convierte en superhéroes.



Primero, que sean marginales delimita los excesos y el presupuesto se amolda. Hay un lugar físico donde los chicos tienen que ir todos los días, no hay razón para liar la cosa. Que los problemas vengan a ellos. Única localización y a nadie se le caen los anillos.

Punto dos y mejor: los superpoderes no son nada extravagantes y están claramente relacionados con la personalidad de cada uno de los protas. Esta serie es lo que Héroes debía haber sido y no fue. Porque allí sí que había presupuesto y había que usarlo. Aquí no sólo no hace falta, no viene a cuento. No queremos que vuelen, ni siquiera queremos que sepan usar sus poderes. Solo queremos saber qué pasaría si a una persona normal le pasara algo así. El poder aquí funciona más bien como un defecto. Crea más problemas de los que soluciona.

Tres: No hay presupuesto pero tampoco grandes argumentos. No hay guiones maravillosos en cada capítulo que nos hagan indagar sobre la profundidad del ser humano. Estamos en una serie sencillísima sobre unos chicos que tienen que sobrevivir como puedan y sí, tienen poderes, pero la tormenta no sólo los ha cambiado a ellos, hay miles de personas como ellos que aparecen cada dos por tres. No están solos en el mundo por lo tanto no necesitan salvar a nadie. Su responsabilidad no es otra que la de cuidarse las espaldas.

¿Alguien podría no amarlo?

Esta es una serie de aventuras en un centro juvenil. Punto. El remake americano resulta impensable. Desde luego sería otra serie completamente distinta.

Misfits es absolutamente inglesa, sombría, fría, pero tremendamente divertida. Y como buen producto inglés, se aprovecha de una música maravillosa para determinarse como claro referente generacional.

Misfits es lo que es porque está hecha en un país que necesita buscar petróleo de debajo de las piedras, porque los límites no sirven más que para lograr la eficacia. La falta de presupuesto nunca debería ser un defecto, sino un paso hacia la lucidez.