30 diciembre 2009

Dexter, temporada 4

Spoilers de toda la temporada.

Lo supe desde que vi a John Lightow en la bañera "Esta va a ser una gran temporada". Me encanta cuando hace comedia, drama o terror. Estaba sin embargo un poco temerosa porque la temporada 3 no me había vuelto del todo loca. Quizás por la presencia de Jimmy Smith que no es santo de mi devoción, pero más aún por la decisión de darle a Dexter un cómplice. A mí me gusta solo.



El primer capítulo sentaba las bases. Más humor que nunca, nuestro prota es padre. Parece que está cazando a una de sus víctimas pero no, está intentando dormir a su hijo. La falta de sueño desencadena el caos. El concepto de familia será la clave esta temporada. La familia perfecta, la familia como sostén, la familia como lastre, la familia como trauma, la familia rota... Y esta será la motivación de Dexter. Cuando tiene a Trinity no lo mata porque necesita descubrir cómo conseguir el equilibrio entre ser un padre y ser un asesino. Trinity parece que tiene la respuesta. Brillante.

Sin embargo, hay algo en todo esto que molesta, parece un capricho que Dexter encubra a Trinity cuando la policía está a punto de pillarlo. ¿Por qué siempre tiene que ponerle trabas a la policía para llegar antes? En las temporadas anteriores había una razón clara, en la primera Dexter estaba intimamente conectado con el asesino del camión de hielo, en la segunda era él a quien buscaban y en la tercera se vio metido en la investigación porque mató sin querer al hermano del fiscal. Sin embargo aquí hay un asesino clarísimo, hay una investigación del FBI que los llevará a Trinity tarde o temprano ¿por qué no lo entrega? No nos podemos olvidar que Dexter es un asesino, él necesita su dosis para sobrevivir. Tiene que matar y el código que creó su padre para él, lo ayuda a ser dos cosas a la vez: ejecutor y vengador. Pero Dexter necesita atravesar un tórax de vez en cuando. Suerte que cuando se lo clava a un inocente se siente fatal. Algo bueno ha hecho su padre.




Dexter en esta cuarta temporada es más que nunca un superhéroe. Estúpido e inocentón cuando va de forense y despiadado y sexy cuando es un asesino.

La presencia del padre aquí es constante, a veces me parece estar viendo un capítulo de "A dos metros bajo tierra". Y él se lo avisó: la familia no. No puedes tener las dos cosas. Dexter quiso serlo todo. Y le salió mal.


Dexter no lo entrega porque quiere matarlo. Y cuando Trinity intenta suicidarse, Dexter lo salva, porque más que nada en el mundo quiere su ritual, quiere recocijarse en su ritual. La culpa no la tuvo la familia, la tuvo su codicia, su instinto animal. Y lo que el padre intentaba decirle es que un monstruo como él no puede tener familia, porque no hay manera de que la familia no se salpique. El plano final lo deja claro, vuelta a los inicios, un niño ensangrentado. Nace la pesadilla, nace el trauma, nace el monstruo.

Debra Morgan seguramente será la protagonista de la quinta temporada. Tiene que perseguir a su hermano. Va a ser el puto infierno. Me muero de ganas.


03 diciembre 2009

Las series de la década

Vale, que la década termina el año que viene, pero todo el mundo la está haciendo ahora y no quiero perderme la diversión. Esta lista no tiene ni pies ni cabeza porque no se sabe si las series tienen que haberse estrenado con posterioridad al 2000. Por ejemplo Los Soprano se estrenó en 1999, así que la cosa es difusa. Pero bueno, si hay una década para los Soprano desde luego es ésta. Aunque me cueste horrores elegir 10, son:

1) Lost
2) A dos metros bajo tierra
3) Los Soprano
4) Battlestar Galáctica
5) 30 Rock
6) Ugly Betty
7) Como conocí a vuestra madre
8) The office
9) Dexter
10) Nip Tuck.

Dios, qué duro.

02 diciembre 2009

Thanksgiving y asesinos en serie


El jueves 26 por primera vez festejamos Acción de Gracias. En Madrid. Y la verdad que la causa no fue la inquietud cultural o el capricho de hacer real algo muchas veces imaginado. La causa fue la foto de una tarta de calabazas que tenía una pinta increíble. Dije "tengo que comerme esa tarta pero voy a necesitar una excusa".

Rellené un pavo de 6 kilos, con orejones, piñones, longaniza, cognac y otros manjares y además preparé batatas con marshmallows, judías verdes con chalotas caramelizadas, puré de patatas, de castañas y por supuesto salsa de arándanos.



Además de la tarta de calabaza, hice un típico Apple Pie y el descubrimiento de la noche fue la famosa Pecan Pie que viene a ser algo así como "la mejor tarta del mundo" y no dicho por mí, que por desgracia siento aberración por las nueces, sino por todos los demás.

Hacer una Cena de Acción de Gracias en Madrid es una puta locura. No existen arándanos rojos. El único sitio posible es la frutería que provee a la Zarzuela, que está en la calle Ayala pero que los tenía agotados. Allí sin embargo pude conseguir las pecanas.



Las batatas sólo se consiguen en Supermercados especiales y los marshmallows y varios siropes he tenido que comprarlos en tiendas inglesas y americanas desperdigadas por la ciudad y sus afueras.

Una gincana que valió la pena porque estaba todo exquisito. Pero claro ¿no lo va a estar? todo lleva una taza de azúcar moreno, todo lleva mantequilla y baño maría y varillas y tiempo, y dejar reposar y temperatura ambiente y 4 horas de horno y batir y harina y sirope de arce. Lleva mucho amor. Por eso tanta cosa con Acción de gracias. Aquí metemos el cordero en el horno, allí meten el pavo pero además lo rellenan. Es mucho trabajo y el resultado es increíble.


Y sí, la tarta de calabazas fue el detonante, pero lo que realmente queríamos era vivirlo, porque lo habíamos visto tantas veces de tantas maneras...

Justo después de la cena mi hermano me recordó aquél capítulo de la 5º temporada de Cheers en el que todos pasan Acción de Gracias en casa de Carla. Lo vimos entero y por supuesto, fue diferente. Cuando hablaban de Gravy y de stuff sabíamos exactamente a qué se referían. Y cuando se tiraron el puré de arándanos a la cara fue mucho más divertido.

En estos días hemos visto un montón de capítulos de Acción de gracias y no porque los hayamos puesto adrede, sino porque tocaban y ha sido muy emocionante. He gritado cosas como ¡Mira los boniatos! ¡Mira la pecan pie! ¿Estoy diciendo tonterías? ¿Me enceguece el amor por la tele?

Escribo esta entrada porque estoy emocionada. Estoy viendo la cuarta temporada de Dexter, y hoy he visto el capítulo de Acción de Gracias: Hungry Man. Dexter es una de esas series que cuando llega a un punto determinado, que es casi a la mitad de temporada, se vuelve MARAVILLOSA. Siempre lo ha sido ¿eh? Pero a mí me deja con la boca abierta la manera en que logran darle un giro al personaje para que ninguna temporada repita sus motivaciones. Aunque siempre su motivación principal sea matar porque se lo pide el cuerpo.

La duda y la búsqueda de su identidad dieron paso a la autoconfirmación y por primera vez al temor -placentero- de ser descubierto, la tercera temporada indagaba en la necesidad de conseguir lealtad y confianza en un amigo verdadero. Ahora nos hablan de la culpa. De los esqueletos escondidos en los armarios. Y siempre se trata de lo mismo. Dexter tiene que aprender a ser feliz a través de su personalidad inventada. En esta cuarta temporada el personaje es más que nunca Clark Kent, es idiota, torpe, bobo y cuando se da la vuelta, cuando nadie lo mira y saca la jeringa del bolsillo, con esa camiseta ceñida, y esos guantes de piel, dios, es tan Superman.




Generalmente no vemos Dexter al ritmo de USA, la vemos del tirón, porque hay un momento en que no puedes parar, el subidón es enorme y los giros loquísimos. Por desgracia nos ha cogido el tren y nos esperan las dos semanas más duras del año televisivo porque no quiero ni pensar en los cliffhangers que vienen.

El jueves no di las gracias pero ahora es el momento. Gracias por John Lightow, por Michael C. Hall, gracias por John Dahl, gracias por Showtime. Para esto sirve Acción de Gracias, claro.

24 noviembre 2009

Un bourbon solo, gracias

Sólo bebo vodka con limón, no puedo soportar el whisky ni el ron y mucho menos con coca cola. Eso es una abominación y además, vulgar. No me bebo más de 3 copas y nunca mezclo. Así que se podría decir que prácticamente soy abstemia, pero es fácil serlo en España donde el universo del cóctel no existe. Si existiera, oh dios, sería todo tan diferente.

Hace meses mis amigos me regalaron un libro de cócteles y empezamos a hacer experimentos, el primero fue un martini de sandía. La cosa fue a más y después de mi viaje a Nueva York siguió el Cosmopolitan, claro. En Halloween hicimos un invento con vodka negro, y sí, la cosa era seria pero a ver, todos eran cócteles con zumos. Este sábado sin embargo probé uno de verdad. En el Festival de series del Círculo de bellas Artes, una especie de reunión de frikis patrocinada por cadenas de pago para promocionar sus series. Para Mad Men, un poco antes de la proyección del primer capítulo de la tercera temporada, montaron una barra donde dos barmans preparaban cócteles. Yo probé una variación del Manhattan: Bourbon, vermut, Licor Benedictine, Kirch y algo más que no pude descubrir. Nada de zumo, nada de relleno, nada de mariconadas. Qué exquisitez por favor. Me va tanto el tema cocktail, la copa de martini, el hielo granizado, la cereza... No sé cómo voy a poder volver al vodka con limón.

Una de las charlas era sobre estrategias de marketing para conseguir el éxito de una serie. Un tipo de Sci fi habló sobre Héroes. Dijo que la cosa les había salido redonda. Héroes era una serie fantástica que encima había sido un éxito en USA. El público se entregó como loco. Pero de pronto sucedió algo desconcertante: UNA HUELGA DE GUIONISTAS. Y claro, dejaron de emitirla. El público de Sci fi se quedó sin capítulos así que... se los bajó de Internet.

Pero ¿por qué tiene la culpa la huelga? Si estaban en huelga no había capítulos ni siquiera en USA!!!

TNT contó su sensacional plan para dar a conocer "Flight of the concords" con presupuesto cero. Montaron un concurso para elegir a los dobladores -cantantes- de los protagonistas. Algo que nunca entenderé ya no porque me moleste que los dobladores no sean profesionales para los diálogos sino porque me parece aberrante doblar las canciones de esa serie. Y más para el público al que va dirigida, que está acostumbradísimo a leer subtítulos. Pusieron el making of del casting de dobladores en el que nunca llega a verse una secuencia doblada de la serie.

Me encantó conocer por fin a las chicas de Bytheway, que participaron en una mesa redonda sobre estrenos de 2009, pero que acabaron hablando de todo. Me encantó la descripción que hizo Concepción Carcajosa (eminencia televisiva) del gafapastismo del espectador de The wire que dice que eso no es televisión, que The Wire es literatura y cine y... NO COÑO ¡QUE ES TELE! ¡Y no pasa nada!

Por cierto, la moderadora de la charla les dio una lista de obras maestras de la televisión de los últimos años para romper el hielo. No había NI UNA COMEDIA.

Me reí muchísimo con Trashorras, Colubi y Boris Izaguirre. Fue una charla muy loca, Boris acaparó toda la atención, no dejaba participar a nadie pero fue muy divertido y en vez de hablar de Lost se habló de Dinastía y de Melrose place. Se habló también del final de las series, de esos momentos de desamparo y absoluta tristeza que uno siente cuando su serie acaba para siempre. Colubi tiene los 3 últimos capítulos de Los Soprano preparados para verlos. Pero no lo hace. Dijo que estaba esperando. "Un hombre solo se va a enfrentar a un último capítulo una sola vez en su vida". Y sí. Es verdad, habría que dejar de ver finales de series para que duren eternamente.

Un amigo está viendo Lost y me tiene contenta. La empezó a ver hace dos meses y ya va por la cuarta temporada. Va a lo loco claro, quiere pillarnos para poder ver la sexta en vivo. Sus sensaciones son completamente distintas a las nuestras, me refiero a las de todos aquellos que vivimos la serie como drogadictos y sufrimos cada ausencia. He vuelto a revivir todo lo que significó Lost en estos años y sé que para él no significa lo mismo. Y aunque ahora la está compartiendo, no es ni por asomo lo mismo. En el Festival de series hablamos de series con pasión. Nos encanta hablar de series, por eso sé que por más blogs que haya, por más facebook, por más foros, jamás será lo mismo coger una caja y zamparte 7 capítulos seguidos que verlos una vez a la semana frente a la tele. La libertad es maravillosa, pero la certeza de verte compartiendo la serie lo es más. Colubi tiene Los soprano en stand by, cuando la vea será fantástico, como lo fue para mí este agosto pasado, pero nunca podrá ser como en julio de 2007. Eso nunca se podrá repetir. Y esta es la eterna discusión.

11 noviembre 2009

Noviembre

Estoy en esa etapa en que no quiero salir. Muchos pensarán "es normal, a tu edad". No, bueno, yo salgo mucho, sobre todo de lunes a jueves. Siempre hay algo que hacer en Madrid y siempre te enteras esa misma mañana. Pero desde que volví de Nueva York, desde que tengo acumuladas temporadas enteras de series, no quiero salir. Adoro que lleguen las 10 de la noche y ponerme un par de capítulos acurrucada en mi sofá con mi mantita fucsia de Ikea. El problema es que no me lo están poniendo fácil. El jueves es Gran Hermano y eso es intocable, cada vez que surge un plan el jueves maldigo. Pero ahora encima hay otro problema semanal, el problema de los martes. Por alguna razón hay que ver Flash forward cada martes. La cosa es que yo quiero tirar la toalla, pero no se me permite. Y no es por gusto, no es por obligación, creo que lo que nos hace seguir viéndola es el pánico. Pánico a que empiece la fiesta y no estar allí. A que de pronto haya un giro radical que haga que medio mundo se vuelva loco y perdértelo.

Ayer martes mi vida fue un infierno. Además de tener que aguantar el partido del Real Madrid, tuve que ver un flashforward grabado para luego poder ver el flashforward en directo. Se preguntarán ¿por qué los martes? Ahora con Internet ¿no te la puedes bajar y así la ves cuando quieras? Ja. ¿Ustedes se creen que si yo la tuviera a mi disposición la vería? Para nada, por eso la vemos cada martes en directo, porque es la única manera.

Los martes nada más despertarme, antes de pisar el suelo lo primero que pienso es "Puto joseph fiennes". Tengo una teoría por cierto, pero me aburre tanto contarla como ver la serie.


Otra cosa que detesto últimamente es que hay que ver los estrenos. Esta temporada solo vi dos, The good wife, que no me acaba de convencer aunque sólo vi el piloto y de la que sólo puedo decir que la Margulis creo que aún no estaba preparada para dejar de ser secundaria. Y V.

V me parece una pérdida de tiempo, pero supongo que veré el segundo capítulo porque es algo que hay que hacer. Yo nunca he visto la serie original, no recuerdo por qué, creo que me pilló en el cambio de país, en España ya se había estrenado y en Argentina creo que no. No lo sé, la cosa es que no la pillé. Eso sí, todo el mundo por aquella época hablaba de ella. Yo no tenía el menor interés, estaba en esa etapa en que pensaba que las series de ciencia ficción eran para niños.



Del piloto me molestó que dieran por sentado que todo el mundo había visto la serie original. Que el descubrimiento de que se trataba de reptiles fuera verbalizado y no enseñado. Yo no tengo la culpa del éxito de la serie ¿por qué tengo que asistir a semejante anticlimax? ¿Qué clase de remake es éste? Haber hecho una segunda parte. No me gusta que la protagonista sea una secundaria de Lost. Que para eso era secundaria en Lost, ¡si no habría estado en el avión antes de estrellarse! No me va mucho el casting, pero reconozco que la Morena Baccarin es muy mona. Yo me quejaba de ella cuando se dijo que iba a ser la nueva Mujer maravilla, pero la verdad es que podría haber estado bien. En cualquier caso, esas cosas siempre es mejor no comprobarlas.

Además de los nuevos estrenos que no enganchan, están los otros, los nuevos estrenos a los que ya te has enganchado pero que te dejan fría. Es el caso de Modern family. Hay capítulos que me gustan mucho, como el último, el del esgrima pero en general me carga. Me carga sobre todo la hispana, no la soporto. Sobreactúa mucho y no me hacen gracia los chistes acerca de su pasado en Colombia (en Me llamo Earl estos chistes tenían mucha gracia, pero es que en Earl estábamos en un universo de paletos).


El problema que le veo a Modern family es que la veo excesiva, creo que las actuaciones deberían ser más tranquis. Esto no debería acercarse a un Arrested Development, debería ser más un Office porque la cámara es parte del tema. Deberían comportarse con más naturalidad empezando por la rubia, la madre de los 3 hijos, que me encanta ojo, soy fan desde Boston legal, pero no puedo con su sobreactuación. El mejor es el gay pelirojo y el hijo de la hispana, que es total. Es una serie que me gusta, la veo, me río (no mucho) pero siempre siento que estoy perdiendo la oportunidad de ver algo que realmente me vuelva loca, como Nip tuck, Como conocí a vuestra madre, Ugly Betty, Glee...

28 octubre 2009

Meme definitivo

Como no tengo mucho tiempo voy a hacer este meme que está dando vueltas por los blogs de los teleadictos, voy:

La peor serie nueva: Diría Flashforward, pero es que Cougar Town es más mala que la peste... no sé qué me pasa con Courtney Cox... no sé si es porque el Botox no la deja reirse, por su melena tan negra y tan lisa... pero me cuesta verla como un ama de casa normal. Bueno, también me cuesta ver todo lo demás, esos secundarios supuestamente graciosos metidos con calzador... buff...

La mejor serie nueva: GLEE!!!!!

Qué series has abandonado esta temporada: Daños y prejuicios pero esa fue después de la temporada 1 y de las nuevas solo Cougar Town.

Qué series crees que deberías haber abandonado ya: Sé que Gossip girl está siendo muy mala, soy consciente de ello, pero no estoy en el momento de plantearme abandonarla porque todavía me lo paso bien. Me sobran todos... pero es que está Blair.

Cuál abandonaste y ahora piensas que deberías haber aguantado: Fringe. Sé que volveré pero me da una pereza...

Qué series ves a ritmo de USA: True Blood, The office, Mujeres desesperadas, Nip Tuck, Gossip girl, Como conocí a vuestra madre, Modern family, Greek, Dexter, Mad Men, Lost, Glee, 1o razones para odiarte, Californication, Entourage, Nurse Jackie, Ugly Betty, Parks & Recreation, Party Down y Flashforward que tiene los días contados.

Otra serie que veas actualmente: Curb your enthusiasm.

Qué estreno nuevo esperas con más ganas: Tengo muchas ganas de ver The good wife, pero de las no estrenadas no tengo ni idea.

Cuál es la serie de la que nadie habla pero que tú siempre intentas recomendar: No suelo recomendar mucho porque las comedias que me gustan no le gustan a nadie. Pero supongo que de las desconocidas la que más he recomendado es Party Down.

Qué serie esperas con más ganas cada semana: GLEE!!!! (mientras Lost no está claro)

Tu cancelación mas dolorosa: Verónica Mars.

Personaje femenino que te vuelve loca actualmente: Sue Sylvester (Jane Lynch) en Glee.

Masculino: Cappie de Greek porque está bueno, básicamente.

Ese actor o actriz que hace que veas una serie aunque no te llame nada: Ricky Gervais.

Eres de drama o de comedia: De los dos.

Esa serie que tanto te cuesta defender: Supongo que Gossip girl, ya no tiene defensa alguna, pero tampoco lo intento, soy consciente de la debacle.

Y esa otra que muchos defienden y tú no lo comprendes: Big Bang Theory no me hace ni puta gracia y The it crowd me saca de quicio.

La de ¿debería darle una oportunidad?: The Wire... me duermo... pero por lo visto tengo que verla.

Qué serie ves una y otra vez sin cansarte: durante años fue Cheers. Ahora no suelo ponerme series antiguas pero si pillo por la tele algún capítulo repetido de Arrested development, Malcolm o The office no puedo apartar los ojos de la pantalla. En general cualquier sitcom buena podría verla mil veces.

16 octubre 2009

Por qué no me gusta Flashforward

1) Joseph Fiennes:

Por alguna razón este chico no solo fue considerado actor sino que se lo premió por un trabajo mediocre en una de las pelis más mediocres de la historia. Joseph Fiennes es soso de cojones pero pretenden que su personaje sea ingenioso y graciosete. O escriben diálogos insulsos para él, o cambian de actor, pero tal como está, está mal.

2) Los malditos flashes:

No puedo soportar esos flashforwards constantes de colores naranjas y velocidades de obturación diferentes. No puedo. ¿Qué estamos en el 84? Son mareantes, repetitivos y fáciles.

3) Previsibilidad:

Se ve venir todo lo que va a pasar, si un personaje episódico dice que no vio nada durante el sueño, tienes un flashforward, sabes que la va a palmar en la escena siguiente.

4) El tono:

No sé si por la presencia de Joseph Fiennes, pero la serie es super seria y sombría. Sin embargo, de pronto se sacan de la manga una escena como la del inspector negro en el water que es graciosa y no pega nada.


5) El concepto:

Lost puso de moda los flashbacks y los flashforwards, pero de una manera inusual. Nunca necesitamos el cambio estético de la imagen, sabíamos que se trataba de un flashback porque las escenas estaban escritas y dirigidas con inteligencia. Es más, con el tiempo se empezó a ocultar en qué época se desarrollaba la escena, no saber que estábamos en 2007 o 2004 formó parte del juego.

En Flashforward la existencia del recurso forma parte del drama. Estamos ante una catástrofe mundial, todos los habitantes del planeta se han desmayado a la vez y han tenido un sueño que los ha llevado a vivir los mismos minutos durante un día determinado de abril de 2010. Cuando esto acaba y la gente se da cuenta de lo ocurrido, comienzan a contar todo aquello que han soñado para, juntos, poder solucionar el enigma.

Todos estos flashforwards los vemos. Y las imágenes nos las enseñan una y otra vez para que no nos perdamos. Casi diría que la importancia de los personajes está más relacionada con su visión que con su presente. Nos interesa la mujer de Joseph Fiennes no por lo que hace ahora, que es nada, sino porque en el futuro dejará a su marido para irse con otro hombre.

Hay una cosa muy graciosa, resulta que han creado una web para que la gente entre a contar su visión. De pronto hay 600 mil declaraciones de gente que ha contado lo que soñó. Una detective está sentada frente al ordenador leyendo las historias y entonces te das cuenta de que todo lo que está dentro de ese ordenador y que no puedes ver es mucho más interesante que lo que ves. Estás viendo a una tipa sentada en su oficina frente a un PC ¿Qué serie es esa? Prefiero ver la visión de un hombre que a una mujer contándome esa visión mientras mira una pantalla de ordenador.

Cada detalle de cada flashforward es mostrado una y otra vez y la repetición cansa. Lost es la prueba de que no es necesario. Si en Lost, cada vez que nos quieren recordar algo nos pusieran un flash, la serie sería interminable. Si lo que nos cuentan es eficaz no necesitamos recordarlo todo el tiempo.

En Heroes hubo un punto de inflexión que cambió la historia de la serie en su primera temporada y fue un Flashforward. Bueno, hubo varios, el primero fue cojonudo porque dio el pistoletazo de salida. Hiro era testigo de la explosión de la ciudad de Nueva York ¿cómo iban a lograr nuestros héroes cambiar el futuro y salvar a la humanidad? ¿Lo lograrían? Y lo que es más importante ¿alguien sobreviviría? El hecho de no saber lo que le puede pasar a tu héroe es lo que te hace estar ahí capítulo tras capítulo aguantando el tirón. Casi al final de la primera temporada el capítulo "Supercuerdas" lo cambió todo, es un capítulo brillante pero un error que se cargó la serie. Se trata de un flashforward en el que vemos a todos nuestros héroes varios años después. Sabemos exactamente quienes sobrevivirán y quienes no, sabemos quién está con quién, cómo se va a comportar, dónde va a vivir... así que el suspense, las batallas, las peleas se vuelven ineficaces para siempre.

Flashforward tiene dos bazas, uno quiere saber qué coño ha pasado y segundo, está en el aire la eterna pregunta ¿Todo va a suceder realmente como se predijo? ¿O va a suceder porque se predijo? ¿Es la visión del futuro la causa de nuestros comportamientos?

La cosa es ¿El fin justifica los medios? Nunca me encontré con una serie como ésta. Nunca sentí tantas ganas de irme directamente al final saltándomelo todo. No hay nada en el camino, los personajes no interesan, ni siquiera interesan los acontecimientos, porque no hay una historia clara. Hay un final que no tiene mucho sentido, no sé qué pasa con esas muñecas, ni qué busca Joseph Fiennes en su oficina (ningún flashforward es lo suficientemente interesante, son garabatos sin ton ni son). Lo único que nos interesa es saber qué coño ha pasado y quién es ese tipo que no durmió. ¿No podían haber hecho en medio una serie buena?

No digo yo que no la siga viendo, a lo mejor dentro de 4 capítulos me engancho a tope. Así que por si acaso me ciega la pasión, era éste el momento de contar la verdad.

15 octubre 2009

Los ricos Gómez

No puedo hablar de Los Gómez porque se me olvidó por completo, bueno, en realidad no sabía que se estrenaba ayer, pero el problema es que estoy en Las Palmas y aquí como todo empieza una hora antes me coge siempre desprevenida.

Sin embargo vi un poquito, no voy a criticar el episodio porque no vi casi nada, lo que sí vi es que la serie bebe de cada centímetro cuadrado de The Riches, esa fantástica serie de FX, de la que solo pudimos ver dos temporadas porque a un malnacido se le ocurrió cancelarla. The Riches era buena por dos cosas, por el tratamiento de unos personajes que se movían constantemente entre el bien y el mal y por la fuerza de sus cliffhangers, que mantenían la tensión con el ir y venir de los que pretendían desenmascarar a la familia. Porque The Riches contaba la historia de una familia de gitanos que tras un accidente mortal, se hace pasar por una familia de ricos, suplantando su identidad y viviendo en una mansión.

Pero The Riches tenía varios problemas... no para mí, porque yo la adoraba, pero quizás eran aspectos muy cuestionables. La serie tardó varios capítulos en definirse. No sabíamos qué estábamos viendo, la línea que separa el humor del drama era imperceptible pero yo creo que el mayor problema (repito, no para mí) estaba en el personaje de Dhalia, la madre (Minnie Driver). Era un personaje al límite, una ex presidiaria drogadicta, mentirosa, que no dedicaba mucho tiempo a las labores del hogar y que no encontraba su lugar en el mundo. Dhalia era un personaje complejo, difícil de interpretar y de desentrañar. Desde luego necesitábamos unas cuantas temporadas para hacerlo, pero nos quitaron esa oportunidad. La cosa es que seguramente por alguna de estas cosas la audiencia se resintió y la serie no funcionó.

Los Gómez es prácticamente lo mismo que The Riches, una familia se muda de un barrio pobre a un barrio rico porque son testigos de un asesinato. Es decir que los perseguirán, pero además eran ladrones, también tienen hijos, pero esta vez uno de ellos es muy pequeño, así llegan a más público. Salmerón y Borrachero ponen un acento barriobajero y ya está, el trabajo es perfecto. La serie es la misma.

A mí me parece bien, qué quieren que les diga. Me parece genial que veamos cosas estupendas y pretendamos hacerlas. Creo que es cojonudo aprender de lo bien que hacen las cosas los americanos, pero no parece que Los Gómez pretenda indagar sobre el bien y el mal, sobre la familia, los valores y la identidad. Ésta va a ser una serie familiar con todas las letras. O sea, una serie sin sustancia. Eso sí, que tengan cuidado porque pueden caer en los problemas de su original. Ayer vi una escena muy esclarecedora. Borrachero va al colegio para defender a sus hijos de un par de gamberradas. Pillan a la hija adolescente en el baño tirándose a uno. La madre mira la foto y dice "Es mono ¿Usted no hacía esas cosas a su edad señor director?". Y eso, qué quieren que les diga, está bien cuando el tono de la serie es bastante más serio. Cuando los personajes son reales y no caricaturas. A lo mejor el público español tampoco entiende la propuesta. La similitud de Borrachero con el personaje de Minnie Driver es brutal. Tiene hasta gestos parecidos. La pena es que el personaje español no tiene ni por asomo, la complejidad del otro. A lo mejor es que sin personajes esta serie no cuaja ni de casualidad.

Un 12% de share es un fracaso estrepitoso. Mi consejo es que la próxima vez que copien estudien con lupa lo que están copiando. Y que se pregunten si vale la pena. La cancelación quizás era una pista. Una idea original no sirve para nada si no es efectiva. Y en este caso ni siquiera era original.


29 septiembre 2009

De tetas y de aprendices

Irte a Nueva York al comienzo de una nueva edición de Gran Hermano es una verdadera putada. No hay manera de entender lo que está pasando. Yo todos los años hago un esfuerzo por engancharme porque siempre me coge de improviso y me pierdo la Gala cero (que además me aburre soberanamente) pero lo hago. Este año sin embargo, me cuesta. Porque todo empieza desde el conflicto. No hay principio, hay directamente nudo. Y cada vez está más enredado. ¿Por qué hay dos casas? ¿Cuál es la gracia? Si tienes una Nagore, no crees los dos grupos nada más empezar para que la echen a patadas ¡Déjala suelta! Es de cajón. Los grupos siempre terminan formándose ¿para qué forzarlo?



Como aún no estoy enganchada ni sé los nombres de nadie, el domingo me grabé el debate para verlo en flashforward (esto me recuerda que tengo que hablar del nuevo piloto de ABC) y entonces me encontré con un capítulo de Sin tetas no hay paraíso. Empecé a verlo y a lo tonto ¡me enganché! Nunca había visto la serie y me dejó embelesada. Me encanta el universo rameril, esas bellezas que van siempre tan divinas y tan bronceadas, el ruido de sus tacones y sus mansiones de catálogo. No puedo ser más fan de Amaia Salamanca. El único problema que le veo a la serie es que no hay un galán claro.


El supuesto galán

Parece que ahora el sustituto del duque será el policía corrupto. Pero habla muy raro, no sé si es porque fuerza el acento para hacerlo neutro o porque no sabe actuar. No me gusta su personaje, no sé si es porque está mal dirigido o porque no sabe actuar. Pero me da igual porque me engancha todo lo demás, la verdad que la trama principal me la sopla. Me gusta que haya un futbolista casado con una rubia hortera de piernas larguísimas y que tengan un chalet demencial. Me gustan los diálogos rebuscados y las miradas aviesas que prometen venganza. Esta serie funciona porque es seriamente exagerada. Se toman en serio cada detalle, las escenas de acción son estupendas, los decorados, el vestuario... Es un melodrama desvergonzado que no se esconde y que juega todas sus cartas. Encima los protas son más malos que la peste. Yo digo sí a Sin tetas no hay paraíso.

Hoy se estrenó El aprendiz, el nuevo relity de La Sexta, que está basado en su homónimo americano presidido nada menos que por Donald Trump (Por cierto, visité la torre Trump de la 5º avenida y aquello es una horterada de proporciones bíblicas). En este caso el encargado de enseñar a los concursantes será Luis Bassat un famoso publicista catalán. Al principio pensé que sería un error que el presentador no fuese una cara conocida, pero después de ver el programa de hoy me di cuenta de que la decisión ha sido acertadísima. Está claro que es bastante atractiva la presencia de un Trump, pero tampoco en España tenemos empresarios tan carismáticos y conocidos. El aprendiz español es exactamente igual que el original. Dura una hora, todo está perfectamente montado así que se pasa en nada y su baza principal está en la sabia elección de los concursantes y de los ayudantes del jefe. El de la gestapo y la mujer de hielo prometen juego y maldad a partes iguales.

En este primer capítulo había dos grupos, las chicas y los chicos. Tenían que vender aceitunas en un mercadillo. El grupo que más vendiera ganaba. No piensen todos que qué tontería, no. Es muy complicado, hay que nombrar un líder, decidir la política de precios, tomar decisiones en pocos minutos. Es un sindios. La cosa es que el grupo de las chicas dejaba mucho que desear y los chicos eran los que parecían más preparados, pero fueron los que perdieron.


En The apprentice pasó lo mismo. Durante la primera temporada que ya tiene unos 6 años ¡¡¡constantemente ganaban las chicas!!!! Había una de ellas que era la hostia, grupo en el que estaba, grupo que ganaba. Los mejores siempre la elegían a ella para que los ayudara. Al final quedó finalista junto con dos chicos y durante la entrevista final ¡FUE DESCARTADA! De verdad que vale la pena ver este programa porque se aprende muchísimo del mundo empresarial que es fascinante. Pero lo mejor de todo es que por fin podemos ver un reality donde a los concursantes se les entiende perfectamente cuando hablan.

23 septiembre 2009

Nueva York

Nueva York es una ciudad complicada que no acepta términos medios, o la detestas o la amas. El tema es que puedes detestarla y amarla al mismo tiempo. Esto diría que es casi lo normal y es lo que nos pasó a nosotros. La amas durante 100 metros y la detestas los 300 siguientes. Por la noche, los pies destrozados te hacen odiarla y por la mañana vuelve el amor. Nueva York necesita libro de instrucciones.

Escribo esto desde el avión, estoy deseando llegar a casa porque 10 días han sido demasiados. Durante estos diez días hablé pestes de Nueva York pero también la disfruté muchísimo. Hoy era la última mañana. Me desperté a las 7 para quemar los últimos cartuchos y me fui paseando a Columbus circle para dar una última vuelta bordeando el Central park. Ver a la gente saliendo de sus casas del Upper west side para hacer footing un domingo por la mañana no tiene precio. Más tarde crucé la calle y me encontré con un lugar llamado Sarabeth´s donde servían Brunch y me tomé unos pancakes con fresas y sirope de arce. El sitio empezó a llenarse y a las 10 aquello era un desfile de preciosas Serenas Van der Woodsen y mini Lourdes María. Copos de avena con plátano por aquí, Eggs Benedict por allá, y en ese momento me di cuenta de que es ridículo ver Nueva York desde la barrera. Si vas a Nueva York, por dios, tienes que vivirla.

Día 1:

Llegamos al aeropuerto a las 4 de la tarde y a las 6 estamos en el hotel, en pleno Times square. Times square es espectacular, pero tanto tanto que una vez que pasas por allí no quieres volver nunca más. Qué agobio por dios. Si repitiera, desde luego no me alojaría por esa zona. Tiraría más hacia la calle 34 que realmente está en el centro de Manhattan. Fue un error además porque la mayoría de chinchetas de mi mapa estaban de la calle 14 para abajo que es donde están los mejores restaurantes y los sitios más especiales.


Esa noche cenamos en Hell´s kitchen que es un barrio pegado a Times square, y que va de la 50 a la 40 por la 9º avenida. Hay muchos restaurantes, es casi como un Chueca en Madrid. Un poco "mucho ruido y pocas nueces". Ambiente agradable, cenamos bien.

Día2:

Llueve a cántaros, así que solo queda una opción: museos. Irte a un museo el primer día es mortal. Al menos creemos que por culpa de esas 4 horas en el museo nuestros pies gritaron Socorro y nos jodieron vivos. El museo de historia natural es un coñazo de mil pares de narices (o cojones). Los dinosaurios son espectaculares pero el resto es insufrible. ¡¡No hay más que dioramas!! así yo también hago un museo.


Nuestra intención es dar una vuelta por el Upper west side pero es imposible así que nos tenemos que ir a un lugar cerrado. Yo grito Macy´s y Ángel que es un santo, me sigue. Macy´s que en las películas parece un sitio como muy especial es bastante hortera y chabacano. No obstante me compro 4 vestidos. Macy´s te sorprende porque vas a pagar algo y te cuesta siempre menos de lo que crees. Primero porque te hacen el 10 % de descuento por ser extranjero y segundo porque cambian los precios constantemente. Con decirles que volví para cambiar el vestido de talla y me pagaron 5 dólares.

Después de Macy´s paseamos por la quinta avenida. Aquello es muy feo. Había que haberse apuntado qué parte de la quinta avenida es la que mola. Suponemos que lo descubriremos más adelante. Vamos a la Biblioteca pública porque nos la encontramos de casualidad y hay que cobijarse de la lluvia. Es realmente bella. En el Bryant Park nos sorprende la semana de la moda de Nueva York!!!! oh yeah, esto pinta bien. 100 metros después vuelve todo a ser muy feo.

Llueve a cántaros pero hay que cenar así que tiramos de "MI LISTA ESPECIAL" que tardé 6 meses en confeccionar y nos vamos a Beacon para probar LA MEJOR HAMBURGUESA de Nueva York. Yo realmente pensé que la crítica exageraba pero dije: “comprobémoslo por dios santo”. Beacon es un restaurante caro, nada más entrar nos invitan a pasar a la barra y sin dudarlo me pido un Cosmopolitan, que a partir de aquél momento será mi bebida favorita del mundo. Pasamos a la mesa y cuando llega la mejor hamburguesa de Nueva York, pensamos “bah, no era para tanto”. Viene cortada en dos. Los ingredientes aparte y una salsa de tomate a un lado. Cómo explicarles… EL CIELO. Pepinillo dulcísimo, pan tostado, no el típico de hamburguesa sino más duro, cebolla frita, tomate a la plancha, todo asado con el jugo de una carne exquisita. No puede ser ¿Es esta la mejor hamburguesa que he comido nunca? La cosa no termina ahí porque las patatas fritas son: LA LOCURA. Tienen un regustillo a canela así que deduzco que se trata de una pimienta árabe.


Aprovecho el momento para hablarles del tema de la propina. Hay que dejar un 18% que es algo demencial. Todas las cartas mienten, el solomillo no cuesta 20 dólares, ¡cuesta 24! Encima lo haces con rabia porque no te tratan bien. Hacen que te tratan bien, actúan, pero tú sabes que en el fondo piensan que eres un coñazo de cliente y sólo te sonríen porque está estipulado en su contrato. En Londres la sonrisa de cada camarero es real. Mierda, ya empiezo con las comparaciones.


Día3:

Llueve, pero pensamos "a la mierda ¿acaso no trajimos chubasqueros?" así que nos vamos a Riverside Park que es un parque precioso que está en el Upper West side, al norte, casi llegando a Harlem.


Allí se rodaron las escenas de Tom Hanks y Meg Ryan encontrándose en el parque en "Tienes un Email". La gente hace footing recorriendo la Ribera que da al río Hudson y el lugar es encantador. No son ni las 12 y no podemos más. Ángel se muere de dolor de pies, y yo también, propone comprar unas Nike con cámara de aire y ahí empiezan los problemas. Tenemos que salir del parque y encontrar una tienda para comprar unas zapatillas. Uno piensa, comprar unas zapatillas en NY está tirado! YA, y un cojón. Tardamos 15 calles en encontrar un sitio (y eso que estamos en la calle Broadway) y lo vemos de casualidad porque en Nueva York todo está escondido. Ahora me dirán que no, , que está todo bien señalizado ¡pues quiero pruebas!. Por eso decía que no es una ciudad fácil. Si te vas a comprar unas zapatillas más vale que sepas donde ir. La cosa es que a nosotros nos encanta pasear por las ciudades y descubrir lugares nuevos. Pues desde aquel parque tan bonito del primer párrafo a la tienda de zapatillas fue todo BASTANTE HORRIBLE.

Después de cambiarnos y de estar comodísimos con las Nike más horteras que ningún ser humano debería calzar jamás, nos vamos a uno de los barrios más estimulantes de NY: el meatpacking discrict, una especie de nuevo Soho en el que gente como Stella McCartney y Alexander McQween le cambian la cara a los antiguos mataderos que tanto y tan bien grabara Martin Scorsese. Comemos en un italiano exquisito que huele a carnicería y luego subimos a High Line que es una especie de parque creado por los vecinos en las antiguas vías del tren. La gente se tumba, hace picnics improvisados debajo de los puentes (!!!), pasea, mira la ciudad desde una altura razonable y así a lo tonto pasa el sábado.


Justo debajo está el Chelsea Market que es mi lugar favorito de NY, es un mercado solo de cosas ricas, pastelerías, supermercados orgánicos, tiendas de galletitas, cupcakes… qué les voy a contar.


Día4:

Sunshine. Todo cambia. Los días se vuelven calurosos, y nuestros pies van mejor. Es importante abrir un paréntesis y explicar que yo el turismo lo hice por dos. Me desperté todos los días a las 6 de la madrugada, como un reloj. El jet lag me acompañó hasta el final. Asi que a las 7,30 salía del hotel me daba mis vueltas por ahí y quedaba con Ángel a eso de las 10.

El Rockefeller center mola, lo vemos de pasada y vamos hacia Central Park. Al llegar a la quinta avenida entendemos que esa es la zona buena, sólo son 5 calles.

Entramos en el Central park por la puerta del Apple Store y bordeamos toda la parte bonita, es decir, que no la vemos. Todo el mundo está perdido, somos unos inútiles. Vemos los otros dos lagos y el importante no aparece por ningún lado. Bah, ya volveremos otro día. La cosa es que en realidad debería dar igual, si te equivocas de puerta… deberías disfrutar igual. En el Hyde park por ejemplo (mierda, ya lo hago otra vez) no importa por donde entres, es todo maravilloso. Ya les digo, manual de instrucciones…

Salimos del parque para dar una vuelta por el Upper east side. Caminamos por la Avenida Madison. Joder, en Mad Men sale más bonita. Nada del otro mundo. No nos sorprende. No veo edificaciones interesantes. Todo muy normalito. Entramos a comer en el típico restaurante americano, me tomo mis primeros eggs Benedict y flipo, qué cosa más rica. No recuerdo nada más de ese día. Nueva York huele mal.



Día 5:

Ese día toca Soho, Little italy y Chinatown pero lo hacemos todo al revés. Primero porque no entendemos muy bien donde está el centro neurálgico del Soho y nos lo saltamos, después porque en little Italy son las fiestas de San Genaro, que nos hacen mucha ilusión porque nos recuerdan mucho a Los Soprano, pero no nos dejan ver el barrio. Y tercero porque Chinatown es un horror. Solo cruzamos la calle Canal para echar un vistazo y salir huyendo. Yo no tengo ninguna intención de comprar imitaciones. Chinatown es un pedazo de China. Un pedazo feo.


Comemos en la MEJOR PIZZERÍA DE NUEVA YORK: Lombardy´s ¿Creen que exagero? Pruébenla, nada volverá a ser lo mismo. Mi afición por la pizza viene de familia. Somos todos muy pizzeros, pero no porque seamos muy de llamar a Telepizza los martes. No. En mi familia hacemos pizza, la amasamos y toda la pesca, y en los cumpleaños en vez de solomillo cenamos pizza. El que mejor la prepara es mi tío Jorge, que es el que lleva la iniciativa y el que dice si hay que usar harina cuatro ceros o bizcochona.

La pizza de Lombardy´s es exquisita sobre todo por su salsa de tomate que es lo suficientemente picante, la mozzarella que lleva además nata y por la albahaca que le ponen encima. Lo que me encanta de los americanos es que siempre están compitiendo, por eso hay pizzerías espectaculares porque hay gente como yo que hace listas y las vuelve mejores.


Seguimos buscando el Soho y no lo encontramos, hace mucho calor y hay mucha gente. Decepción. Subimos al Top of the rock. Las vistas son impresionantes. Ángel dice, Nueva York es más bonita desde arriba. Es súper divertido buscar tu rinconcito para hacer fotos, a lo tonto se te pasan las horas. En ese momento pienso que todo lo hemos visto mil veces, pero no lo hemos visto de cualquier manera, sino mejorado. Lo hemos visto en el cine, donde cada rincón se perfecciona y los defectos no existen. Es normal que de alguna manera nos sintamos decepcionados. Por la noche Chicago en Broadway, una gozada.



Día 6:

Es martes. Vamos a B+H la tienda de tecnología regentada por judíos, y hacemos que sangre la Visa. No puedes parar de comprar. Hay tanto y es todo tan barato. Son todos súper amables, se desviven por hablarte en español, te explican las cosas 20 veces y súper lento, para que los entiendas. Por fin tenemos un objetivo bueno para la cámara y nos vamos a hacer turismo con el equipo completo. Agárrense que vienen curvas: próxima parada Brooklyn.


Hace tiempo había leído en Intenet que Brooklyn era el nuevo Manhattan y que una parte determinada entre las calles Bedford y Grand St. era el nuevo Soho. Lo escribía una argentina, si la ven tráiganmela para que la mate. Nos bajamos en Grand st. para ver el nuevo Soho. El nuevo mojón vimos. Qué cosa más horrible, me gustaría mostrarles la imagen pero no la tengo porque ni siquiera me plantée que podía hacerle una foto a aquello. Es una zona de avenidas grandes con ferreterías y tiendas horrorosas donde te pintan flores en las uñas. Pensamos que quizás andando un poco…. Me planteo coger un taxi pero entonces caemos en la cuenta de que por allí nadie ha oído hablar nunca de los taxis. Ni autobuses, ni nada. Solo camionetas oxidadas.

Preguntamos por la Avenida Bedford y no la concen. Llegamos a una gasolinera, entro y me siento a punto de ser raptada por una familia de mongólicos para torturarme durante 5 días y luego matarme. Vemos un comisaría de policía y por fin alguien nos dice como llegar. Pregunta que si vamos andando y ríe a carcajadas. Cruzamos una avenida y todo cambia. Ya no estamos en la Matanza de Texas, ahora hemos viajado en el tiempo. Estamos en 1950, es el barrio judío. Los hombres van con abrigos y sombreros y las mujeres con trajes de cuello alto, faldas de lana, chaquetas y sombreros. Hace 30 grados.


Las calles parecen bonitas pero de pronto, 200 metros después todo se vuelve horrible. Queremos huir de allí, llevamos una hora dando vueltas, definitivamente no hay taxis y es una locura dar marcha atrás y volver al metro. Yo casualmente tengo apuntadas unas paradas de autobús para ir al Prospect park que es como el hermano menor del Central park . Esperamos al autobús exactamente 45 minutos bajo el sol infernal, suerte que los judíos y las judías pasan por ahí todo el rato porque es un espectáculo verlos (que me perdonen los judíos, pero no me digan que no son graciosos con esos ricitos ridículos). El autobús parece que nunca va a llegar a destino, no sabemos si nos hemos perdido, no sabemos nada. Por fin nos bajamos en Prospect park. Por supuesto pasamos olímpicamente del parque. Le grito a Ángel "crucemos el maldito puente ya, volvamos al siglo XXI por lo que más quieras".

Antes del puente comemos en Grimaldy´s, que es la segunda mejor pizzería de NY. Es igual que la de Lombardys pero aun no han logrado copiar su sensacional salsa de tomate.

El puente de Brooklyn… bien. Es un puente no sé. Es divertido hacer fotos. Al llegar a Manhattan nos encontramos con la zona del City Hall, es una edificación súper bonita, muy inglesa. Yo creí que mucho New york iba a ser así. Brooklyn nos ha matado. Queremos cambiar de estrategia. Decidimos que se acabó el turismo, a partir de mañana. COMPRAS Y SÓLO COMPRAS.


Día 7:

Compras. Tal cual. Empezamos por el Apple Store, nos compramos este Mac Pro (sigo en el avión). Seguimos en Gap, vaqueros a tutiplén. Tienda Disney, regalos para mi sobrino, Fob Swartz, me subo al piano. Tienda HBO: mil cosas. Me jode no comprarme la sangre de True Blood porque tengo miedo que se me rompa la botella en el avión y me estropee los vestidos (qué teléfila de pacotilla estarán pensando las chicas de Bytheway). Y el día es maravilloso. No obstante no veo nada que me sorprenda, todo muy convencional. Cenamos en un italiano de mi lista: Da Rosina en pleno Times square, en la calle de los restaurantes, la 46. En ese momento no nos podemos imaginar que nuestro viaje va a dar un giro radical.

La relaciones pública de Da Rosina es de Madrid. Está loca, es lo más. Nos ordena que vayamos a Café Wah? el jueves a ver al mejor grupo de NY.


Día 8:

El jueves empieza mágico. Por la mañana me voy a pasear por los alrededores de la calle 34 y encuentro una típica cafetería americana. Esas con sillones de cuero unidos por la espalda. Pido un típico apple pie y un café con leche entonces sucede el milagro. Empieza a sonar Don´t stop believe de la última escena de Los soprano. No me lo puedo creer. Esa tarde volvemos al hotel muy temprano porque vamos a salir por la noche.

Ya habíamos estado en Greenwich village pero tampoco habíamos sabido encontrar el centro neurálgico, es lo más parecido a La latina de Madrid. Con las indicaciones de la madrileña fue muy fácil. El Café Wah? está en la calle MacDougall entre la 3º y la 4º. La calle Mc Dougall es el centro del mundo. Está llena de garitos, restaurantes, bares de copas, sitios chulísimos y gente guapa. El grupo es la leche. Tiene 5 cantantes, un negro, una negra, un jamaicano, un rockero y un grunge. Lo tocan todo. Desde Radiohead a Stevie Wonder. No se puede ir a NY y no ir al Café Wah (consejo para Raúl Navarro, alojate en Greenwich Village por lo que más quieras).

Justo antes de entrar en el garito veo una tienda de vestidos especiales y me compro 3 porque soy así de guay.


Día 9:

Me pruebo los vestidos ¿Como pude haberme comprado éste? Me voy a cambiarlo mientras Ángel duerme. Llego a Greenwich Village a las 9, todo abre a la 1. ¿Quéeeeeee? Esto no me puede estar pasando. Me pongo a andar, cruzo la calle Houston (la que divide el Noho del Soho, que justamente debe su nombre a SOuth HOuston) y pruebo otra vez, esta vez tengo que encontrar el maldito Soho. Vuelvo a equivocarme. Me lo salto y llego al río. Veo que pone West Soho en algunos sitios, pero eso no puede ser, son sitios sin gracia. Edificios normales. ¿qué está pasando? Decido pasar de todo. New York es una mierda. No puedes encontrar nada. Y me voy a coger el metro. Entonces sucede. Llego a la calle Thomson con Spring. Y todo cobra sentido. Esto es New York coño. Han pasado 9 días pero lo he encontrado. No puedo quedarme porque todo abre a la 1 y son las 10. Tengo que volver más tarde.

Huyo hacia el hotel, recojo a Ángel pletórica y nos vamos al Central Park, esta vez al bueno. Entramos por la puerta del edificio Dakota. ALUCINAMOS. El lago es más bonito que en el cine. Nos subimos a una barca y disfrutamos cada segundo. Es emocionante ver la fuente, la habíamos visto en tantas pelis. Son las dos de la tarde, repetimos pizza en Lomardys. Y por fin voy al Soho de NY. Veo cosas espectaculares, tiendas rarísimas, cosas que no había visto antes. entro en galerías, en librerías especializadas en diseño. Todo me resulta encantador. Hay una tienda llamada Martina Tarantino, que hace unas pulseras maravillosas imposibles de pagar. Entro en Betsy Johnson. Veo de refilón Chanel y compro regalos para todos. Esta vez sí.

Repetimos hamburguesa en Beacon y esta vez pedimos postre. Algo exquisito llamado souflé de Bourbon con nueces de pecan. No puedo explicar lo exquisito que era.


Día 10:

Solo nos queda por hacer una cosa, ver la estatua de la libertad. Vamos a Wall Street, vemos un poquito el distrito financiero, alucinamos con la locura de los japoneses por las fotos. Qué manera de moverse, qué frenesí turístico. Y llegamos a Battery Park. No nos subimos al Ferry porque nos da mucha pereza así que sacamos el teleobjetivo y la vemos de lejos, ala. ¡A hacer cosas interesantes!

Repetimos Meatpacking district y tomamos el Brunch en Pastis. Lo del Brunch en Pastis merece un capítulo aparte. La gente se mata por conseguir una mesa, porque no se trata solo de tomar el Brunch sino de estar allí. Pastis es un sitio súper abierto con una sala muy grande en la que la gente va a lucirse, pero que su punto fuerte está en la maravillosa terraza donde Carrie Bradshow y su amigo gay almorzaban y lloraban por los hombres. Es muy antinatural comer en Pastis con unas nike pero no me quedaba más remedio, sepan chomprender. Después regalos en Chelsea Market y cena en la pizzería más antigua de Nueva York: John´s Pizzería en Times sq. Muy por debajo de Lombardy´s y Grimaldy´s, a años luz. Aún así rica. Lo que es impresionante es el lugar.



Conclusiones:

Ahora que releo me doy cuenta de que parece que Nueva York no me gusta cuando es fea. No, no va por ahí. Son muchas cosas. Coger el metro es muy difícil, los fines de semana se complican. De pronto vas a Uptown (en dirección norte) y en la calle 42 te dicen que ahora vas a Downtown (dirección sur), que te bajes. La gente no es amable, en general no. Es bastante borde. Cuando les hablas un inglés malo resoplan y luego te contestan. No me extraña, es una ciudad muy estresante, yo no sé como aguantan los pobres. En el caso del metro por ejemplo… nadie se queja. Los cambian de dirección y no se quejan! se bajan del tren y se suben al siguiente, que a lo mejor tarda en llegar 15 minutos. No es una ciudad fácil. Si hay algo que le pido a una ciudad es que me haga sentir cómoda. Para ver imágenes ya tengo internet.


Pero hay algo que para mí es clave. Yo adoro las cafeterías. Me encanta sentarme en un sitio y tomarme un café. Me encanta de pronto parar a tomarme una caña, una coca cola. Descansar y disfrutar de la vida. En NY es impensable. Hubo momentos en los que no podíamos más y no había donde tomarse una coca cola. Pero fíjense en una cosa… los neoyorquinos están creando sus propias cafeterías, cada dos por tres te encuentras con un jardín urbano lleno de mesitas para que puedan tomar sus coca colas en vasos de plástico. La cosa es que el momento delivery tan ochentero, no puede sostenerse más. Miren, en el hotel por ejemplo todos los platos y vasos eran de papel. En cualquier sitio, quitando los restaurantes los vasos son de papel. Tanta cosa con el cambio climático y se pasan el reciclaje por el forro. La pregunta clave es ¿Las cafeterías dejaron de existir porque nadie consumía? ¿O nadie consume porque no tienen donde hacerlo? Está claro que la velocidad a la que va NY hace que se necesite el café de cartón, pero ellos crean sus lugares, entonces es que ese momento de descanso sí que es necesario.



El otro día estábamos buscando un sitio para comer y vemos a un grupo de españoles detenidos junto a nosotros mirando por el cristal de aquel sitio para comprobar que efectivamente era un fast food. El grupo se quejaba y discutía que "dónde comemos". Una dijo "pero no entiendo qué es lo que quieres", y la otra contestó "Lo que quiero es que me sirvan, quiero sentarme, quiero que me traigan la bebida y que me sirvan al comida en la mesa". Es sencillo ¿no? Pues no, cuesta mucho.

Sí, nos equivocamos demasiado pero lo remediamos. ¿Volver? No sé. Dentro de muchos años quizás. Londres sigue siendo mi ciudad favorita del mundo, seguida de Buenos Aires y de Madrid. Nueva York no va conmigo. Y miren que yo intenté ir con ella.

Queda una hora de viaje. Una hora para volver a Madrid... una hora para empezar e echar de menos Nueva York.

Homenaje a Richard Estes en Times Square

08 septiembre 2009

Cuatro y sus tardes locas

No vamos a engañarnos. Los exitosos Pells versión argentina tampoco era para tirar cohetes. No era ni para tirar confeti. Era una serie diaria y como tal, dejaba mucho que desear. Pero la cosa es que parece una obra maestra comparada con su versión española.

No vamos a entrar en por qué la producción de un país mucho más pobre que España está mucho más estudiada, cuidada y mimada. No. No caigamos en eso. Entremos en lo que realmente importa: los actores.

La historia supongo que saben de qué va. Los Pells son una pareja super famosa que presenta un telediario. Así que no solo son famosos por su tremendo sex appeal, sino porque son matrimonio y forman la pareja perfecta de cara a una sociedad que los adora. La cara oculta no tiene nada que ver porque se odian. Ella vive con un chico más joven y él es gay.

Todo esto en Argentina tiene mucho sentido porque está lleno de telediarios con parejas. Y en absoluto se parecen a los de aquí que son más comedidos y serios. Allí parecen más bien un circo. Pero ya digo que esto no es importante.

Otra cosa bastante diferente entre los dos países es que en España el tema gay está más que superado. Y allí sigue siendo muy tabú.

Pero todo eso se puede pulir con guionistas sensatos. Lo que no se puede pulir es la elección de unos actores completamente equivocada. Porque, recuperando el hilo del párrafo 3, los Pells no solo son dos personajes televisivos, son dos monstruos de la tele con mucho sex appeal y además tienen doble cara. Así que son actores haciendo de actores. Y para contar todo esto alguien muy listo apostó por la hermanita de Salvador Piug Antich y por otro chico muy alto y muy delgado (me gustaría ponerles el link, pero todavía no está catalogado en Wikipedia).

El tema del casting en España debe cambiar. Y debe hacerlo por el bien de todos, actores, productores, público, gente cuerda. Por todos. En serio.



A mí Beatriz Segura me parece divina, es monísima, muy buena actriz, pero no es este personaje. Le faltan años ¿que los tiene? me parece perfecto. No los aparenta. Y en este caso, más que edad, el personaje necesitaba aparentar experiencia.

Después de esto, Cuatro nos brinda la posibilidad de vivir la reforma de una casa en primera fila. El programa, presentado por Nuria Roca, se llama Reforma sorpresa y consiste básicamente en que alguien muy querido te manda a dar una vuelta y cuando vuelves, tu casa ha cambiado. En el original se supone que a mejor. Imagino que el programa de Cuatro está basado en el americano While you were out, en el que se cambiaba una habitación especial, no la casa entera, porque solo tenían un día y normalmente era el dormitorio principal o la sala de juegos... habitaciones en las que el decorador podía demostrar sus excentricidades con muy poco dinero. La gracia de este tipo de programas es el proceso. No interesa mucho ver cómo discuten los obreros sino comprobar que el tiempo se les viene encima y no pueden terminar los objetivos marcados... como por ejemplo coser fundas para cojines o crear una lámpara reciclando viejos materiales.

El problema en España es que las casas son pequeñitas y si entra el cámara al cuarto, los obreros tienen que salir. Así que Reforma sorpresa consiste en ver a gente en un pasillo discutiendo sin ton ni son. En el programa de hoy se dijo 30 veces la palabra rodapié. No hubo nada, solo gente peleando porque no se puede pintar sin el papel, pero es que no se puede poner el papel sin la pintura. Vamos, lo mismo que oigo yo todos los días cuando paso por la obra de al lado de mi casa.

Los programas de diseño de interiores en España no funcionan. No con el gotelé. En USA sí que las paredes son de quita y pon, que cuatro tíos fornidos en 3 horas te tiran media casa abajo. España es el país de la siesta. No hagan estas cosas más, por favor.

Lo siento muchísmo, no puedo hablar de las series de las que iba a hablar... a ver si mañana antes de mi viaje. Sigo planchando.

03 septiembre 2009

Crónica de un verano

No se crean que voy a contar anécdotas estivales. No tengo ninguna. Yo en verano hiberno, me quedo en casa a 25º y el mundo deja de existir. Odio el verano pero también odio irme de Madrid en esos meses. En realidad creo que lo que odio es rodearme de gente que está de vacaciones, no puedo con esa mezcla de hawaian tropic, salitre y sudor. No concibo las vacaciones en la playa, aunque cuando por fin voy a la playa siempre pienso "coño, ¿por qué no vendré más?". Por eso desde hace muchos años nuestras vacaciones son a partir de septiembre. Y este año toca Nueva York. Prometo crónica y la prometo en partes, llena de colores, olores y sabores. Google se ha quedado sin chinchetas porque mi mapa las tiene todas.

Lo más importante de este verano ha sido:

1) LA MUERTE DEL CINE.

No es que hayamos ido mucho al cine, pero hemos ido. Hemos visto UP, Harry Potter, Perlham 123... y en todas ha sucedido algo especial. Lo bueno es que hemos ido gratis, hemos pagado y después nos han devuelto nuestro dinero. Ir al cine es una aventura. Si vas a cualquier cine de Madrid (el Kinépolis se salva) durante los trailers vas intuyendo que en esa sala el Dolby Sorround no lo va a poner ni Dios. Pero la espera y la incertidumbre crean burbujitas divertidas en tu estómago. Cuando empieza la peli y el sonido parece salir de una lata de coca cola, miras un poco a tu alrededor, ves que nadie va a salir corriendo (a no ser que estés con tu amigo Cristóbal que tiene el record de los 100 metros lisos para que pongan el Dolby) y sales a pasarlo mal, a sudar y a perderte los primeros 5 minutos de peli. Con suerte si encuentras a alguien, un buen rato después la peli se escucha como es debido.

Decía que el Kinépolis se salva, pero solo del problema del Dolby. Los demás los tiene todos y cada día un problema nuevo. Cuando fuimos a ver Perham 123 la pantalla estaba llena de pelusas. Había una pelusa en la esquina inferior izquierda que ocupaba dos metros de pantalla. Salí corriendo de la sala antes de que empezara la película porque intuí que nadie se iba a poner a limpiar el proyector en los siguientes 2 minutos. Tuve que recorrer 200 metros hasta encontrar a alguien (200 metros corriendo, con mis tacones y después de haberme comido un Longchicken). Claro, con las prisas y el sofoco, cuando por fin encuentras a alguien la explicación no te sale muy bien, creo que grité "Pelos, sala 25, que quiten los pelos" y me volví corriendo. No estaba dispuesta a perderme los créditos de una peli de Tony Scott. Empezó la película y todo el lado derecho tenía una ristra de pelitos que se notaban menos. Pero el de la izquierda no podías dejar de verlo. John Travolta hablaba y tus ojos se iban a la pelusa gigante. De pronto la imagen se descolocó, lo de arriba pasó abajo y todo empezó a temblar, así que mi amigo Pablo salió de la sala a recorrer otra vez los 200 metros y justo en ese momento la peli se paró. Últimamente siempre se paran. Le echan la culpa a la tensión o a las tormentas, depende de si el día está despejado o no. Más o menos a la media hora de película alguien sopló y las pelusas gigantes desaparecieron para siempre. Reclamamos y nos dieron 3 invitaciones.

Con Harry Potter, también en Kinépolis, pasó algo surrealista. Cuando quedaban 20 minutos la peli se paró. Esperamos un ratito y continuó la proyección. Cuando llegaron los créditos aparecieron al revés. Como en un espejo. Los últimos 20 minutos los habíamos visto invertidos. Hubo un par de momentos extraños como que a Harry la cicatriz le cambiara de lado o el cartel de una tienda escrito al revés, pero claro no le dimos importancia porque pensamos que sería cosa de algún hechizo. Nos devolvieron el dinero y además nos dieron invitaciones.

Se preguntarán ¿por qué seguís yendo a Kinépolis? porque no van muchos energúmenos. Y porque ir al cine es una mierda en toda la puta ciudad.

2) LA MUERTE DE LA TELE

¿No les parece ridículo que en España la televisión desaparezca durante todo el verano? Dan por hecho que nadie ve la tele así que la programación es un sinvivir y todo está lleno de repeticiones o de sustitutos feos. ¿La oferta es nefasta porque nadie ve la tele en verano? ¿O nadie ve la tele en verano porque la oferta es nefasta? Es lo mismo que lo de las tiendas en agosto. ¿Las tiendas cierran porque no hay clientes? ¿O no hay clientes porque las tiendas están cerradas? No puedo entender como puede dejar de producir un país entero todo un mes. Y con la tontería Sálvame se ha ganado a España. Si es que lo único que hay que tener es un poco de cabeza.

3) SIN SERIES NO HAY PARAÍSO

Nurse Jackie, Weeds, 10 razones para odiarte y True Blood en otro post, lo prometo antes de irme a NY.

¿Qué tal Risto ayer? Alguien lo vio?

17 agosto 2009

Los Soprano

De más está decir que si no la han visto entera deben huir de esta entrada.

Esta mañana terminé Los Soprano. Me había despertado resfriada por culpa del exceso de aire acondicionado así que me pegué casi 6 horas tumbada en el sofá viendo los últimos 6 capítulos de la Sexta temporada. Cuando termina una serie como ésta te entra mucho miedo porque han sido muchos capítulos, muchos muy buenos y no quieres algo que desentone. Quieres coherencia y respeto. Yo no me merecía mucho respeto porque vi la serie en los últimos dos meses, pero sí todas aquellas personas que se pegaron 7 años. A ese miedo hay que sumar también el otro miedo, el del final de la historia de Tony, que podía desembocar en tragedia, redención, fracaso o felicidad. Las posibilidades eran muchas para una cabecita soñadora como la mía. Lo que nunca imaginé es que iba a ver lo que vi.

Cuando termina Los Soprano una quiere MATAR. Así que cuando terminó, cuando aparecieron los créditos, esas letras blancas contudentes como una patada en la boca, lo primero que hice fue llamar a mi novio y pedirle explicaciones de por qué me había permitido acercarme a esta serie sabiendo lo que me esperaba al final. ¿Un fundido a negro? ¿Un fundido a negro de 11 segundos? Lo primero que se te viene a la cabeza es "¿Por qué?". ¿A qué viene esta necesidad de tomarnos el pelo? ¿Es más importante la trascendencia mediática que tu historia? . "Gratuitamente" es lo segundo que se te pasa por la cabeza. Después de matar quieres gritar, insultar pero entonces sucede... Las ideas se recolocan y el negro de tu cabeza se difumina para dejarte ver la verdad.



La cosa es que la serie podía haber acabado de otra manera. De muchas maneras y contar lo mismo, pero hay que ser un genio y David Chase lo es, para impactar a tu espectador de esa manera. Para dejarlo con el cerebro dando vueltas y el corazón del revés.

Dice mi novio que la historia está abierta, que Tony sigue vivo. Y yo creo que no, que Tony Soprano muere en esa cafetería, sin enterarse. Lo último que ve es a su familia, y lo último que oye a es Meadow entrando por la puerta. Los mejores aros de cebolla de New Jersey y un fundido a negro. Ya está. Nada más. Bobby en el barco le había explicado que así sería. Tres intentos de asesinato. Meadow intenta aparcar y logra hacerlo a la tercera. No tiene pérdida.


Los Soprano es una serie errática. Difícil de ver. Con historias abiertas, con personajes que de pronto desaparecían durante 5 capítulos, o morían sin más. Es una serie que nunca subrayó nada, que siempre nos dejó decidir. Para mí era muy frustrante, yo quería que Tony se enterara de que el propio Ralphie había mandado matar a Jackie Aprile, pero nunca se entera, nunca nadie lo sabe. Ralph muere en el momento menos esperado, cuando podría seguir dando juego, cuando podría dar pie a muchas nuevas historias. De pronto en la última temporada Vito cobra protagonismo cuando nunca había pintado nada. No es una serie normal. Se saltó todas las reglas.

Hay un momento que me encanta. Carmela recibe la llamada telefónica de la rusa y se entera de que Tony se tiró a la coja (no puede soportar estar por debajo de una coja, de las demás sí, lo ha hecho todos estos años, pero lo de la coja es demasiado humillante), así que espera a su marido histérica y va a pedirle por fin el divorcio. Entonces Tony aparca el coche, está escuchando "Layla" de Eric Clapton, una de las canciones emblemáticas de una de las grandes pelis de mafiosos de todos los tiempos, Goodfellas (es la canción que se oye durante la masacre a la familia, cuando van encontrando a los muertos abandonados en camiones frigoríficos o en aparcamientos). Tony está contento, se baja del coche y entra en la casa para encontrarse con la ira de su mujer. Ya no estamos en Goodfellas, la peli de gansters se convierte en un drama familiar común. Y esa es la clave de Los Soprano.



Durante toda la serie yo no hacía más que preguntarme qué me estaban queriendo contar. No entendía por qué el tipo iba al psiquiatra y ¡esa mujer! ¡por dios! ¡La doctora Melfi! ¿por qué no lo ayudaba? ¿Al final la terapia iba a dar sus frutos? ¿Tony iba a huir con su familia a Venezuela después de declarar contra toda la cosa nostra neoyorquina? Yo estaba intentando ver otra cosa. Estaba deseando ver otra cosa.

Y hasta el último capítulo no lo entendí. No entendí que Tony era un criminal que intenaba justificar su naturaleza gracias a las sesiones de terapia. AJ seguramente acabará siendo capo de la mafia en pocos años. Todos terminan salpicados y el que no acaba muerto lo hace en la carcel o solo como Junior, encerrado en un hospital, sin alma y sin memoria.

No me gustaron los capítulos oníricos pero me encantó el primero de la Sexta, el del coma en el hospital y la vida paralela del otro Tony. Me morí de risa con el capítulo de Paulie y Christopher perdidos en la nieve. Disfruté como una enana con cada escena de Pantoliano y de Aida Turturro, me emocioné con la vuelta de Annabella Sciorra y aplaudí cada gesto de Carmela, su maravillosa evolución estética, su cambio de color en la ropa, en su peinado, en todo menos en las uñas. Rebobiné escenas de Gandolfini para verlas de nuevo y sólo lloré dos veces, cuando Carmela llega al hospital y ve a Anthony Junior hablando alegremente con su padre en coma y cuando Tony saca a su hijo de la piscina. Quise llorar más, pero no pudo ser. No me dejaron, los cabrones.


Los Soprano cuenta el paso de un hombre en la historia de la mafia. Una historia que existía sin él y que continuará sin él. Está en nosotros recordarlo como asesino o como víctima. Maldito seas David Chase, nos has convertido en la doctora Melfi. Tony nos hablaba todo el tiempo a nosotros. Y ahora es cuando viene el análisis, de Tony y claro, de nosotros mismos. Malditos guionistas, maldita HBO.