31 agosto 2018

El final de Heridas abiertas

Hay veces que vamos a comer a un resturante y todo está muy rico pero llega el postre y es un horror. Es muy difícil que salgamos contentos. Pero otras sucede lo contrario y los primeros platos mediocres se olvidan por un postre espléndido. Cuando es así, siempre, siempre, siempre, el recuerdo del lugar es positivo. Qué difícil es hacer un buen postre, qué difícil es acabar por todo lo alto.

Pues eso pasa con "Heridas abiertas", una serie con un buen piloto (gracias a Amy Adams más que a ninguna otra cosa), pero con unos capítulos intermedios soporíferos, todos iguales, sin sustancia, pero que gracias a su impecable final, siempre estará ahí, en el saco de los recuerdos televisivos válidos y recomendables. 

La serie cuenta la historia del asesinato de dos adolescentes en un pueblo de Missouri donde la gente parece vivir en otra época y el regreso a casa de Camille (Amy Adams), una periodista que escribirá sobre los crímenes y para ello tendrá que enfrentarse con sus demonios del pasado. 

Si hablamos de demonios del pasado con un director como Jan Marc Vallée (Big Little lies), ya sabemos lo que toca: Flashbacks cortitos a tutiplén. Pum, Pum, uno tras otro, corte aquí, corte allá. Me miro en el espejo, veo a alguien, ¡flash! no, que no había nadie. Salgo, entro, portazo... ¡Pum!. Coche, aparco, mirada aviesa, chupito, me subo al coche, veo a  una pationadora ¡Chas! No que no era nada. Todo muy Alan Parker de otro siglo. 




Lidiar con todo esto durante 7 capítulos es jodido pero pensaréis: "Bueno, si había asesinatos, esto será entretenido porque habrá una investigación, habrá un sospechoso, esto será un Whodidit de libro". Pues si os digo la verdad yo no tuve ningún sospechoso hasta el capítulo 7.  La cosa es que la serie no iba de eso. Y el problema es que LA SERIE NO IBA DE ESO.

Si lo único importante es lo que siente Camille con respecto a su pasado, a los traumas creados por Adora, una madre sobreprotectora (Patricial Clarkson) y a su relación con Amma (Eliza Scanlen), su nueva hermana, que cuando no se emborracha con sus amigas patinadores, juega con una casa de muñecas y se viste como si tuviera 10 años...Si es así, entonces disimula un poco. Pon un poco de tu parte para que yo me crea que lo de los asesinatos significa algo, que te interesa algo más que el interior de Camille. Y que vamos en una dirección.

Para sobrellevar este paseo por los rincones más turbios del -pasado de Camille- pueblo, hay escarceos con un detective, que no creáis que hace más que ir de bar en bar bebiendo, hay un sherif que se intuye que ha tenido un affaire con Adora y que no investiga casi, hay entradas y salidas a casas de sospechosos donde no se pregunta NADA. Hay vecinas alcohólicas que rellenan el espacio... y así durante 7 capítulos. Igual la novela de Gilliam Flynn (Perdida) aportaba un poco más de cordura a estas idas y venidas pero sinceramente la imagino igual de coñazo.




Sin embargo llega el final y claro, entendemos que Camille era la protagonista absoluta y que ni el guionista Marti Noxon, ni Jan Marc Vallée tenían ninguna necesidad de apartarnos del camino. Los asesinatos les daban igual. Esto iba de tres hermanas y sólo de ellas. Y lo que más me ha gustado es que Vallée que se había pegado todo el principio mostrando flashbacks (mini flashes) que justificaran el comportamiento actual de Camille, ni siquiera se molestó al final en mostrarlos enteros. Esa supuesta violación, ese funeral de la hermana menor, esos deprecios de Adora, se intuyen pero nunca se muestran más que de manera ínfima. Hasta el capítulo final, Vallé se mantiene fiel a su ritmo y es en el capítulo 8 cuando todo cambia. Cuando desaparecen los flashes y Camille por fin ve la vida con la mirada tranquila de alguien que se ha curado.

(SPOILER)

El capítulo final de Heridas abiertas es espléndido de principio a fin. El sacrificio de Camille para salvar a su hermana, la insoportable escena en la bañera, con una Adora con Síndrome de Munchausen en éxtasis por poder por fin expresar su "amor" envenenando a sus únicas dos hijas, después de haberlo logrado con la primera. También es bonito que Camille sea salvada por su tutor, ejerciendo del único padre que le queda... Y para terminar la aparición en la cocina de la pinza que arrancara los dientes de las chicas muertas.

Todo bastante bien, ni muy rápido ni muy corto y llevábamos 3 capítulos preparando a Adora para lo que iba a venir. Es verdad que no contaron cómo Adora había matado a las chicas pero bueno. Mostrándonos la verdadera naturaleza de esa mujer ¿qué más daba? nos podíamos imaginar cosas terribles. En el juicio, la última vez que Camille ve a su madre, ésta está vestida de blanco. No tiene pérdida. ¿Que podían habernos hecho un resumen? ¿Que podían habérnoslo contado mejor? Ya., bueno, es Vallé... es sutil. Ya está. Todos contentos.

Queda media hora de capítulo. Vaya, esto me interesa, ahora me cuentan la vida de las dos hermanas por fin libres, por fin en San Luis, lejos del infierno.

Amma tiene una amiga nueva que se llama Mae. Están cenando en casa del tutor de Camille todos juntos, como una familia. Parece que Camille va a publicar su primer libro, Mae cuenta que va a ser periodista y Amma tan impertinente como siempre, dobla la apuesta y dice que va a ser presentadora de televisión. Camille observa en ese momento una marca en la mano de Mae. Pone "Call Mama". Está escrito en boli. Camille tiene toda su cuerpo marcado de palabras autoinflingidas y la frase de la amiga de Amma se puede borrar perfectamente con jabón. En ese momento este detalle pasa desapercibido pero es definitivo. 

Al día siguiente Mae desaparece. Camille encuentra en la basura un mini edredón de la casa de muñecas de su hermana y va a colocarlo. Al abrir el techo de la casa, réplica exacta de la casa familiar, Camille observa estupefacta que el suelo de la habitación de Adora está hecho de trozos de dientes de las víctimas de los asesinatos. Cuando Camille sostiene uno de elos dientes con la mano, de fondo entra Amma y dice un maravilloso, cómico, aterrador y contundente: "No se lo digas a mamá".

Créditos. 

Ya no necesitamos más, está todo claro. Pero por si acaso en medio de los créditos hay un caramelo: 5 flashbacks de poquísimos fotogramas cada uno que hay que ver más de una vez para entenderlos, de Amma matando a las chicas con ayuda de sus amigas, las patinadoras. Jan Marc Vallée no podía contárnoslo de otra manera. Tenía que ser así. No podía cargarse todo un estilo sólo por contentarnos. La serie entera estaba contada desde el punto de vista de Camille y la única forma de pasar al otro punto de vista era así. Mínima y rotunda.

La mano de Mae, esa frase escrita en boli es la explicación perfecta. Si Camille, que había sufrido esa infancia aterradora no pudo evitar autolesionarse a base de cortarse cada centímetro de su cuerpo ¿Cómo es posible que Amma no tuviera secuelas? La vía de escape de Amma era asesinar. 

Amma era un acrónimo de Mamá. Lo teníamos todo el tiempo delante. Y al final lo gozamos.

¿Qué la broma nos costó 7 capítulos aburridos y uno magnífico? Sí, qué más da. Estamos en verano.

05 marzo 2018

Oscar 2018

Después de la gran decepción por el triunfo de la mediocre "La forma del agua", sólo nos queda hablar de lo esencial: la alfombra roja, que esa sí que nunca defrauda.

La cara de la mujer de Armie lo decía todo: "Estoy aquí Bitches, no os acerquéis a mi hombre". Le habrán entrado todos los males cuando vio a Gal Gadot tontear con él. Porque la tía tonteó.


Los que me cononcen bien saben que no puedo con Gal Gadot. Esa melena sin volumen me pone muy nerviosa. Carda un poco nena, qué te cuesta.




Con Margot tengo sentimientos encontrados. Estaba preciosa pero Ay... no sé, muy angelical. Eso sí, me dio ganas de ir a la peluquería y hacerme ese corte de pelo ya.




Después, en la Fiesta de Vanity Fair estaba más especial, más brilli brilli que es lo que toca. No sé si le estoy cogiendo manía porque detesto Yo, Tonya, pero seguro que se me pasa con la llegada de su Isabel I de Inglaterra.


No se puede tener más estilazo que Zendaya. Este vestido marrón es una absoluta maravilla. Me dio pena que luego se lo cambiara por el otro, pero ésta está preciosa siempre.



 Jane Fonda siempre guapa, siempre elegante. Siempre joven.


Saorise acertó de pleno con el rosa. Estaba radiante.


Muy pero que muy mal Emma. Siempre estás preciosa, incluso con esto que te has puesto. Pero no puedes ir a los Oscar en plan "Estoy de vuelta de todo, hoy no es mi noche". Un poquito de respeto, un poquito de glamour.


Y en la fiesta posterior, la pifiaste también.


Como hablar de la siguiente sin faltar. A ver, Salma Hayek ¿Tienes espejo en casa? ¿En qué estabas pensando? 

Esta mujer nunca acierta pero este sindios no tiene explicación.


Pero es que luego en la fiesta de Vanuty Fair tampoco lo arregló ¿Qué te ha dado por el Bollywood hija de mi vida?



Sin embargo Salma, la palma a la peor vestida de la noche se la lleva la mujer de Mathew Mcgonoghey que se fue a uno de esos realities de vestidos de novia de Atlanta y se encontró esto en el outlet.


Solo Nicole puede defender esta cosa y hacerla maravillosa. Si estás preciosa, estás preciosa, nena.





Lupita siempre sensacional. A mí dame un dorado y hazme feliz.


Y por eso mi vestido favorito de la noche y la más guapa de todas ha sido Jennifer Lawrence con este Dior de infarto.





Me los llevo a casa y los adopto.


Estoy muy triste porque Greta y Thimothe no hayan ganado su Oscar pero ella estaba preciosa con este vestido amarillo (aunque su collar no molaba nada) y él estaba radiante de blanco. 



La fiesta de Vanity Fair es para lucir tu lado más salvaje. Te quitas el vestidazo y te pones algo loco, un poco más cómodo y más destroyer para darlo todo. De esto Kendall Jenner sabe lo suyo ¿Qué quién es esta mujer? Pues una del clan Kardashian que no me preguntéis en qué punto del árbol genealógico está. Pero si ella no lleva este vestido no sé yo quién lo hará. Aplausos.


Siempre me vuelve loca el look de Emma Roberts, este amarillo de lentejuelas me flipa.


En la fiesta de Vanity Fair Miley ganó.



Elegantísima Allison Williams, me gustaron sus dos looks muchísimo. El del brilli brilli más, porsupuesto.




Y para terminar posiblemente una de las peores de la noche, que al menos lo de Salma brillaba.  
Paz Vega  ¿Qué es esto?




17 enero 2018

Time´s Up sí pero ojo con tocarme a mis ídolos


Hasta Louis CK todo iba bien. Con Kevin Spacey y Harvey Weinsten la cosa parecía clara: demos voz a las víctimas que siempre tienen la razón. Pero cuando uno de esos nombres te cae simpático todo se derrumba y a pesar de nuestro super feminismo, empiezan las justificaciones:

"Sabías donde te metías"
"¿Por qué has ido a su piso si sólo querías charlar?"
"¿En serio? ¿Subes a su coche y pretendes que no se saque la chorra?".



Lo de Louis CK fue el primer jarro de agua fría porque el tipo les pedía amablemente que lo vieran masturbarse. Y pensamos: "Joder, el pobre se lo curraba, eso no es acoso por el amor de Dios". Pero hasta él mismo lo reconoció. Una cosa es pedirle a cualquiera que te mire tocarte y otra es hacerlo desde tu posición de poder. Era un caso de acoso en toda regla. Aún así pensamos: "¿Por qué decirlo en público? Haberle mandado un wattshap. Yo quiero ver más Louie, dejad esta mierda". 




Hace una semana se me rompió el corazón con la noticia de que James Franco también era uno de los acusados de abuso. Pero claro, piensas ¡Es James Franco! Que a nadie se le escapa que el tío no es un santo. ¡Que ese señor se subió a presentar la noche de los Oscar puesto hasta arriba de marihuana!. Lo raro es que te subas a su coche y simplemente te lleve a casa. ¡Que sabes donde te metes!   

Así que ¿Por qué tengo que creerle a una rubita, aspirante a actriz, que no ha hecho más que dos cortos en su vida y que puede incluso estar beneficiándose de este escándalo... que este hombre se aprovechó de su poder sobre ella para que le hiciera una felación?. No tengo por qué hacerlo. Tengo que pensar que no era para tanto, que exageró. Como él dijo: "No fue exactamente así". Que los chicos hacen esas cosas. ¡Que de eso al abuso hay un mundo!

Y llega entonces el comunicado de las francesas, abanderadas por Catherine Deneuve y dice que las cosas se están sacando de madre. Y sus argumentos parecen sólidos. Los americanos son exageradamente puritanos y cuando se les mete algo en la cabeza, a ver quién se lo saca. No se puede llamar acoso a cualquier cosa ¿Y qué pasa con la galantería? Los hombres ya no van a querer tocarnos la rodilla, acariciarnos de soslayo... ¿Qué estamos haciendo? ¿Van a tener que mandarnos un burofax para que sepamos que quieren irse a la cama con nosotras? ¿Un burofax que necesitará una respuesta firmada y sellada con un SÍ como una catedral para empezar a hablar? ¿Nos estamos cerrando a la sexualidad? ¿Estamos tirando por la borda tanto esfuerzo por lograr la libertad sexual? ¿Volvemos a los 70? Todo parece problemático y complejo. Es claramente el comienzo de una Caza de Brujas de la que no se va a salvar nadie. ¿Quién será el siguiente? Me han tocado a mi Louie, a mi James ¿Qué me espera, Redios?
 


Y entonces llega el asunto de Aziz Ansari. Él conoce a una chica encantadora, tienen una cita y ella sube a su casa. Están charlando, pasándoselo bien pero ella da muestras de que no le apetece follar para nada. Él estas señales no verbales ni las ve venir y sigue adelante. La besa, se quita la ropa, le quita la ropa, practican sexo oral. Él sigue besándola pero ella no le responde los besos. Ella le dice que se quiere ir. Él le pide un taxi. Ella se va. Al día siguiente él le escribe que pasó una noche divertida y ella le contesta que no lo fue para nada. 

Lo primero que piensas ante este párrafo es "TÍA, COÑO ¿PARA QUÉ SUBES?". Pero entonces lo ves. 

Y todo cobra sentido.

Hagamos una prueba. Cojamos el párrafo anterior y démosle la vuelta:

"Y entonces llega el asunto de Aziz Ansari. Él conoce a una chica encantadora, tienen una cita y él  sube a su casa. Están charlando, pasándoselo bien y él da muestras de que no le apetece follar para nada. Ella estas señales no verbales ni las ve venir y sigue adelante. Lo besa, se quita la ropa, le quita la ropa, practican sexo oral. Ella sigue besándolo pero él no le responde los besos. Él le dice que se quiere ir. Ella le pide un taxi. Él se va. Al día siguiente ella le escribe que pasó una noche divertida y él le contesta que no lo fue para nada". 

La diferencia entre los dos párrafos es que el primero nos suena muy normal. El segundo nos resulta de otro planeta. No va a pasar. Nunca.

Básicamente porque nosotras podemos estar en un piso con un chico charlando y punto. Entrar en la casa, coche, habitación de hotel de una persona no significa aceptar que va a haber sexo. Es más, puedes querer sexo hasta que el tío diga alguna imbecilidad y se te quiten las ganas. 

El problema es que damos por hecho que la casa, coche, habitación de hotel del chico es LA BOCA DEL LOBO. El problema es que ellos han aprendido que esto es así. El problema es que ellos han aprendido que su ERECCIÓN es definitiva. Si la tienen ya no hay vuelta atrás. "Conseguiste que me empalme tía, eres una calientapollas, ahora tienes que hacer lo que has venido a hacer".

Y todo esto es lo que tiene que cambiar. Quizás no tienen la culpa ni James Franco, ni Aziz Ansari ni Louis CK por siglos de sometimiento. Quizás tenemos que aprender a decir que no. Pero por Dios ¿En serio? ¿En serio hay que decir algo tan desagradable como "Un Alvariño por favor. Ah por cierto! que no me apetece follar"?.

A veces nosotras también hemos tenido la culpa, por jugar  a aquello de "No, no, ahora no, bueno sí, pero poco". Todas lo hemos hecho, les hemos enseñado mal. Pero ellos no deberían ser idiotas. No deberían hacerse los idiotas, Tienen que saber diferenciar entre un "NO PERO SÍ",  de un "NO VA A PASAR NUNCA". No pueden ser tan listos para unas cosas y tan tontos para esto.

Todas estas mujeres se han sentido humilladas, todas han vivido estas situaciones sin querer y por razones que se les escapan (miedo, shock, admiración, angustia). Pero lo han vivido y deben decirlo. Para que una habitación deje de ser una BOCA DEL LOBO. Para que seamos por fin, iguales.


04 mayo 2017

Girlboss

En la séptima temporada de "Portlandia", esa comedia maravillosa de Fred Armisen y Carrie Brownstein que disecciona la sociedad urbanita a golpe de parodia,  hay una trama en la que se reivindica el poder de los hombres. Una pareja de un padre y un hijo (éste interpretado por Carrie Brownstein) se hacen preguntas del estilo "Qué pasa con los hombres?". Piden firmas, componen un rap y organizan un cineforum para hablarles a los chavales de directores que no conocen como Brian de Palma, que ya está bien de tanta Kathryn Bigelow... porque parece que por fin, en 2017, el feminismo es tendencia.



The good fight, Big little lies, Feud, The handmade tale, son series en las que las mujeres son las protagonistas absolutas.  Girlboss es una de ellas y como no, su productora ejecutiva, Charlize Theron, una de las feministas más influyentes. El problema viene cuando los rumores y noticias sobre la vida real de la protagonista, la millonaria del mundo de la moda Sophia Amoruso, que creó de la nada y en tiempo record la plataforma de venta online de ropa vintage Nasty Gal, ensombrecen el discurso y el feminismo desaparece.

Yo, que soy poco de leer artículos antes de ver una serie, no me había enterado de nada. No sabía de polémicas, ni lo que era Nasty Gal, ni conocía la autobiografía de Sophia. Así que simplemente vi la serie. Y me encantó.

También es verdad que siento mucha empatía hacia las locas integrales. Esos personajes supuestamente fuertes, egoístas, petulantes e inmaduros me fascinan.  No es casualidad que la propia Charlize haya sido el mismo personaje en la obra maestra de Jason Reitman "Young adult", una mujer estancada en los 80 que no podía avanzar. Jason Reitman y Diablo Cody apostaban por una no evolución y su personaje acababa en el principio.

Aquí, no olvidemos que estamos en una comedia y que ya parte con un aviso: "Esto es una versión bastante libre de una historia real". La showrunner Kay Cannon (30 Rock, New Girl) sabe bastante de gente insoportable y mucho más de cómo convertirla en entrañable y si encima tenemos a la preciosa Britt Robertson que parece que en su vida ha matado una mosca, no hay más que hablar: La zorra es nuestra mejor amiga. Por más que la verdadera Sophia Amarouso sea una arpía despiadada, nosotros estamos entregados.

La primera temporada hace un recorrido por los primeros años de la vida empresarial de Nasty Gal, que va del año 2005 a 2008 y es muy gracioso comprobar que a pesar de ser hace escasos 10 añitos, aquello sin Facebook y sin smartphones parecía el paleolítico  (maravilloso el capítulo que muestra un foro de internet que discute frente a frente en una mesa redonda). La serie no pretende ser un panfleto de autoayuda para dummies, ni una oda al feminismo, más bien critica la personalidad egocéntrica de Sophia y repasa los aspectos más importantes de su vida: la problemática relación con su padre, el vacío de su madre que la dejó siendo niña, su pareja, su mejor amiga... y la verdad que hay capítulos que podrían entremezclarse porque el hilo conductor que es la creación de la empresa no tiene más que 4 momentos álgidos. Simplemente son apuntes bien contados, bien escritos, emocionantes a veces, de la vida de una chica que ha llegado a lo más alto y que como todos los genios solitarios, básicamente lo que busca es el amor. 

Realmente leyendo noticias actuales sobre la vida de Sophia Amouroso nada me extraña. No es lo mismo llevar una empresa tú sola que tener 50 empleados y en la vida real una es zorra hasta que se muere. Pero para eso está la ficción, para hacer que los personajes crezcan, recapaciten y te hagan llorar. Y a la mierda las noticias de Google.


19 abril 2017

Big little lies

Es bastante lógico comparar esta serie con Mujeres desesperadas por varias razones: una muy obvia es que se trata de amas de casa ricas y la segunda razón es que se aprovecha de un misterio para usarlo de excusa para todo lo demás. En aquella ocasión ni falta que hacía saber por qué se había suicidado Mary Alice pero como caramelo era muy rico. Pues aquí pasa lo mismo, habrá un asesinato, aunque no sabemos de quién y nos lo dicen nada más empezar la serie, por si la presencia de Reese Witherspoon, Nicole Kidman o Shailene Woodley no fuera suficiente para mantener nuestra atención. 



El viaje es lo suficientemente bueno como para vivir sin el misterio pero el misterio tiene otra intención. Durante toda la serie nos muestran las reacciones de testigos random que en sentencias tajantes definen a nuestros personajes. Así que vemos la realidad, lo que pasa realmente de puertas adentro en las mansiones de las protagonistas, pero también la imagen que proyectan entre los vecinos de Monterrey, California, un pueblo de ricos en el que las apariencias lo son todo. Y con este detalle esta serie se hace brillante.

También, Big little lies tiene relación con la otra serie del momento, Por trece razones, porque ambas hablan de temas candentes como el bulling, los abusos machistas y el límite del consentimiento. Es verdad que es un tema de moda, pero me encanta que cada vez más entendamos lo que es una violación. Que puede existir aún si la chica ha decidido ir a la habitación con un señor o incluso si ese señor es su marido. En la época de Acusados necesitamos dos horas de metraje, un jurado y docenas de testigos  para entenderlo. Ahora gracias a dios lo entendemos, lo hablamos, lo contamos. 

El creador de todo esto es David E. Kelley (Ally Mc Beal, Boston Legal), está basada en la novela de Liane Moriarty y yo creo que lo mejor es la dirección de un candiense llamado Jean Marc Vallée (Alma Salvaje, Dallas Buyers Club) que juega como un crio con el montaje y la música para mostrarnos lo que pasa dentro de las cabecitas locas de las protas. La BSO es brutal. Toda la serie va en cámara al hombro así que no hay descanso, es incómoda y visceral. Vallée además hace una cosa que me encanta, no se acerca a sus personajes más de lo necesario, no se recrea en los primeros planos. No necesita subrayar nada porque sabe que lo que cuentan es lo suficientemente jodido.

Después de ver estos 7 únicos y resolutivos capítulos queda claro que no habrá segunda temporada pero ahora parece que se lo están planteando. Yo creo que no hay más que rascar, pero cuando gente como ésta se pone, es posible que saquen oro de la nada. Yo mato por ver a estas mujeres en otros 7 capítulos más, mi corazón quiere que suceda, aunque mi cabeza grite que es un error nefasto.





Ver esta serie es un must, pero lo más interesante de todo es comprobar que Nicole Kidman es ya más joven que Reese Witherspoon a pesar de llevarle 9 años. ¿Como es posible que esté tan perfecta, tan preciosa, tan tersa, tan natural si en las alfombras rojas nunca nos convence? ¿Por qué aquí aguanta los primeros planos como una campeona y no tiene ni una arruga ni se adivinan señales de rellenos botulímicos ni nada?  ¿Como puede ser tan Diosa?

Yo tengo aquí mi corazón dividido porque claro ¿¿En los Emmys qué va a pasar?? Yo es que creo que Nicole se lo merece mucho pero es que Reese, Dios! Reese es la perfección. Pero ¿Qué más da? Sabemos que nada de esto será posible porque las bestias pardas de Susan Sarandon y Jessica Lange estarán en la misma categoría. Será el año más injusto de la historia. La única que puede salir ganando es Laura Dern que dudo mucho que se le escape el premio a secundaria. 

Ah! Y por supuesto esto no es comedia negra aunque como siempre, en todas las plataformas se haya definido mal. Es un drama en toda regla. Puedes reirte con los personajes, pero la comedia es otro universo.

Big Little Lies es la serie que mejor ha plasmado en la historia de la ficción lo que es la violencia de género y sólo por eso todo el mundo debería verla. Es una serie sobre mujeres, sobre lo mal que se llevan, sobre lo bien que se llevan, sobre lo sencillo y lo complicado que es entenderse y llegar a la verdad.