17 abril 2008

La secundaria

Dedico esta entrada a Adri, que sé que es fan.

Ayer estaba viendo el nuevo capítulo de The office, el 4x9: Dinner Party y llegué al éxtasis. Esta entrada es solo para los que vayan al día. Los que no tienen tele si quieren pueden leer.

¿Cómo es posible que Jan se haya convertido en eso? La gracia de esto es que el proceso ha sido largo y tan sutil que el resultado es sorprendente. Jan aparece en el piloto, promete ser ese secundario que estará siempre dando por culo y poniendo orden en esa oficina desastrosa. Es el contrapunto de Michael, es eficaz, lista, reflexiva. Muy seria. Tanto que cuando se fueron al caribe nos sorprendió a todos. ¿Esa mujer en topless? Pero ¿cómo?

Pero vamos por partes. Jan era la jefa de Michael. Lo detestaba. Eso no era ni siquiera una tensión sexual no resuelta. No era nada. Era Michael flirteando con una jefa que pasaba de él. Que siempre pasaría de él porque era su naturaleza. Jan odiaba a Michael y sus apariciones en off a través del teléfono eran fantásticas. Sus silencios y sus frases condescendientes mientras veíamos la cara de Michael, que aguantaba el tirón avergonzado, eran fantásticos. Pero de pronto aquella noche van y se lían. Y todos nos quedamos pasmados. ¿Pero cómo puede esta mujer estar con ese hombre? ¿Qué vio? Desde luego le gustó que Michael usara sus retrógadas armas para hacerse con aquel cliente, pero ni así. Es que no nos lo podíamos imaginar nunca.


Melora Hardin

La respuesta vendría después. Primero pensamos que había sido cosa del alcohol. Porque Jan al día siguiente quería borrarlo todo. Pero a los guionistas se les ocurrió algo magnífico. Jan sería una máquina sexual. Y Michael su objeto de deseo. Michael Scott de pronto pasa de ser un hombre solitario víctima de nuestra compasión, a ser un hombre sometido a los caprichos de una obsesa sexual. El colmo. Porque los hombres como él, los perdedores, no pueden ganar. Cuando consiguen algo, debe esta estropeado.

De cualquier manera la naturaleza de Jan, su desenfreno sexual en principio no era del todo malo. Quiero decir que dentro de lo malo, pues es algo a lo que te puedes acostumbrar. Michael sin embargo no se acostumbró y decidió dejarla pero entonces ella se operó las tetas y ya no tuvo elección. Iba a quedársela para siempre.

Cuando Jan y Michael empezaron una vida juntos vimos a otra Jan. En principio Michael se había acostumbrado a ella y ella parecía quererlo cada día más. Incluso durante el juicio, a pesar de comprobar que él seguía siendo igual de idiota, Jan seguía loca por él. Cuando lo fue a buscar a la vía del tren vimos amor en sus ojos.

Pero desde aquel capítulo Jan prácticamente no apareció. Y de pronto ayer llegamos al clímax. Cuando pensábamos que íbamos a ir a una cena aburrida, llena de situaciones incómodas, propiciadas como siempre por la estupidez de Michael, en una continuación de lo que sucede cada día en la oficina, nos sorprenden con una Guerra de los Rose. Jan es el diablo. Y no nos habíamos enterado. Pero todo encaja una vez que lo ves. Ese top rojo ajustado, esas velas con olores vomitivos, ese folk insoportable (me encantó, quiero esa canción ya), esa tele de 200 dólares ¡por Dios! ¡Esa cámara de vídeo en el dormitorio! ¡Ese colchón en el suelo! ¿En qué clase de infierno ha estado viviendo Michael todo este tiempo? Adoro a Jan, deseo que se separen pero no quiero que esa mujer deje de salir en la serie. Pero que lo haga poco, como hasta ahora. Porque su personaje ha crecido con el tiempo ganando importancia y ganando matices de manera exponencial.

Jan es de esos secundarios que hacen las series inmensas. Tiene la fuerza de esos maridos en Off como Richard, Vera, Maris o Stanley. Pero ella está en On. Gracias a Dios.

4 comentarios:

Deckard dijo...

Y la frase:

"No tienes ni idea del desgaste que producen tres vasectomías en una persona".

Adri dijo...

La verdad es que a mi me gusta mucho la evolución de este personaje.

Pasa de ser severa, fria e inteligente, por un periodo en el que duda de sí misma hasta que comienza su relación con michael y las cosas van a peor y peor hasta el punto en el que está desquiciada del todo..

me encanta, y ella es una gran acrtiz.

Adri dijo...

gracias por la dedicatoria, por cierto!!!

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón, el episodio, aparte de una inyección de vergüenza ajena clavada directamente en el corazón, desvela el infierno en el que vive Michael, que solo se habia dejado entrever. La escena en que se tira en el camastro junto a la cama medio doblado o a Jan intentando sacar a bailar a Jim, que no se levanta, son simplemente antológicas. Además el episodio termina con un gag (Jim arrodillándose) absolutamente estraosférico. Viva The Office.
Gran blog, por cierto
Beebop