12 septiembre 2006

Late night

Ya han vuelto casi todos nuestros programas favoritos de la tele. Yuju. Esta noche vuelve Buenafuente y ayer hizo lo propio nuestra cómica más dicharachera, Eva Hache. Con novedades claro.

A la vieja lista de cómicos se sumaron el Vicentín chanante (Julián López) y el omnipresente Javier Coronas.

El problema empezó muy temprano. Eva Hache tenía pinta de haber llegado hacía dos horas de Barbados. Estaba como con jet lag (no, no quiero decir borracha como aquella presentadora por Dios).

Yo pensaba que después de un largo verano iban a llegar todos con fuerza, que iban a entregarse a tope con los guiones y se iba a dejar de notar que no se los saben y que las noticias les importan un bledo. Pero no. De todos modos eso no es tan importante. Lo más malo de todo es que hubo chistes con los que no se rió ni Dios (les recuerdo que el programa es con público). Para un cómico eso tiene que ser un jarro de agua fría. Lo que me jode es que todos ellos son cómicos cojonudos, entonces ¿qué es lo que falla? ¿que los guiones son flojos?¿que los chistes no hacen gracia o que no los hacen suyos?.

Uno de mis cómicos favoritos de Paramount era Ricardo Castella, nunca llegué a verlo en vivo pero pillé un montón de monólogos y era realmente bueno. Es muy cómico, claro que cada cómico va pegado a su repertorio. ¿Quién decidió que lo de este hombre era la política? Era un antihéroe perfecto, con su barbita, sus camisetas negras ¿quién decidió que debía llevar corbata? ¿Quién le cortó el pelo? Bueno, no importa. Lo hicieron. Decidieron que era el encargado de política y lo pusieron a contar batallitas mal escritas sobre la política reciente.


No le pega, lo hace mal, no se lo cree, pero es que ayer era el quinto aniversario del atentado de las torres gemelas y esos chistes no hacían ni puta gracia. Y yo soy la primera que me río de todo y creo en el sarcasmo y el humor negro es mi estandarte, pero hasta un punto. Hay que ser muy elegante para hacer este tipo de chistes. Y más aún cuando, en el mismo momento, podías hacer un zapping y ver documentales que te desgarraban el alma. Yo creo que a Eva Hache tampoco le hacían ni puta gracia los chistes (tanto los de Ricardo como los propios) y si no era eso, simplemente estaba apática.




Ricardo Castella fue el primero, después apareció Marta Nebot, que ejerce de borde. Esta sale a la calle y a modo de presentadora de Caiga quien caiga (género AGOTADÍSIMO) da el coñazo a los políticos españoles. Después del resportaje también hay una charla entre presentadora y entrevistadora y en este caso fue igual que el anterior. Apatía, chistes malos, pocas risas. Nadie se creía nada.

El tercer cómico fue Quequé. Y con este cambia todo, será porque tiene a sus espaldas la mejor sección del programa, la Guerra de medios, donde día sí día también ponen un fragmento del programa de Jiménez Losantos que diga lo que diga es muy cómico. Quequé se lo cree siempre, parece que es él mismo el que cada mañana se despierta y pone la Cope para grabarlo todo y por eso su sección funciona. Podría decir que porque es un cómico cojonudo sí, pero todos lo son en mayor o menor medida. La cosa es que Quequé salva cualquier cosa. Recomiendo su blog.

Llegó el turno de los nuevos. Javier Coronas estaba bastante soso. Otra vez el tema de la credibilidad. Retransmitía desde la zona cero de NY (de mentirijillas) y pasó lo mismo que antes, ni puta gracia. Pero bueno, Javier Coronas es gracioso, le pone a todo su toque y te ríes, pero aquí se veía la mano del guionista. Y cuando uno nota eso, se pierde toda la frescura.

Por cierto, aprovecho para recomendar Nos pierde la fama, un programa divertidísimo donde los 3 presentadores están siempre inspirados (un argentino totalmente loco llamado Ronnie Arias, Llum Barrera y Coronas).

Por último vi a Julián López que estaba bien, el chico es muy cómico, pero vamos, lo mismo que los demás. Más perdido que otra cosa.

Por supuesto la sección de Versión original sigue siendo estupenda. Es una pena que no aprovechen el talento que tienen, que los guiones no sean mejores, que los guionistas no se apasionen por su trabajo. Supongo que depende de muchos factores. Todo es importante. El equipo de la cadena y de la productora tiene que saber que no hay nada más importante para este tipo de programas que los guiones. Si tienen que contratar al doble de guionistas deberían empezar a hacerlo. Porque el nivel no puede bajar nunca, se tiene que mantener noche tras noche y más aún, chiste tras chiste.

Y se puede, joder. Se puede.

7 comentarios:

foscardo dijo...

Yo me vi el documental sobre el 11 s que emitio cuatro.
Me gusto muuuuuucho, sobre todo con ese aire de peli catastrofista.
Eva Ache lo vi empezar pero me aburri y pase de todo.

SisterBoy dijo...

De Eva H siempre he dicho que no hay que perderse Versión Original y La Guerra de los medios, el resto prescindible.

También empezo Homo Zapping ahora todos los días un cachito, al loro con la parodia de El rondo, menudo descojono, y con el programa de Iker también.

Mer dijo...

Territorio Champiñón también tiene momentos grandísimos. Hay sketches flojos eh?

El Malvado Ming dijo...

Yo creo que el problema de este tipo de programas es el mismo que el de las sitcom. Copiamos el sistema americano pero no tenemos su historia. Las cadenas quieren The Daily Show de Jon Stewart y a Conan O'Brien, David Letterman o Jay Leno, pero no se dan cuenta de que eso proviene de 30 años de Johnny Carson y de una manera de hacer (y de ver) TV muy, muy distinta.

Mer dijo...

Es cierto, joder, además por más marciano que sea zapatero ¿donde va a parar? Si tuvieramos un Bush otro gallo cantaría. La política española es un coñazo y ni siquiera hacemos guerras por el mundo ni nada.
Tienen que adaptarse, hablar de otras cosas. Y tiene que haber alguien lo suficientemente gracioso para que improvise si se le olvida que palabra viene después.

Deckard dijo...

Frase mítica de Homozapping News el otro día:

"Como diría el padre de Natasha Kampusch: Mamá y yo estábamos empezando a preocuparnos".

Mer dijo...

Manga, Pepe navarro acaba de decir lo mismo que tú en Buenafuente. Que es una cuestión cultural. Que allí llevan décadas de ventaja.