El 4 de noviembre de 2007 escribí un post sobre el primer capítulo de la quinta temporada de Nip Tuck. Hoy, 17 meses después puedo hablar de la temporada entera. No hay spoilers (no busquen fotos por internet, ni mucho menos en IMDB porque hay spoilers de la quinta).
Con la huelga de guionistas la quinta temporada se escindió en dos. Y cuando creíamos que iba a empezar una nueva, no fue así. De los 15 episodios habituales esta temporada pasó a tener 22. En el último capítulo antes del gran parón la historia había terminado, parecía que Los Ángeles había dado todo de sí y sin embargo justo antes del final feliz, sucedía la tragedia.
Lo que me fascina de Nip Tuck es que su universo no tiene límites. Podríamos decir que su límite está en la realidad pero tampoco es cierto. Posiblemente ningún personaje salga volando pero quizás pueda alimentarse de sangre humana. Cualquier cosa puede pasar. Y puede porque las cartas fueron dadas así. Cuando se juega con el tono y se educa al espectador, nada nos molesta y lo más gracioso de todo es que sigue sorprendiéndonos.
Nip Tuck se ha movido siempre en la realidad, los sentimientos de sus personajes han sido siempre reales y sin embargo las situaciones son estrafalarias y llevadas al extremo. Las relaciones entre todos sus personajes imitan la estupidez de series como Melrose place o 90210. Si hay una chica tendrá que pasar por la cama de todos y si hay dos chicas las combinaciones serán cada vez mayores. Kimber ha sido novia de Christian, de Sean, de su hijo, de su productor de porno, de la novia del productor de porno. Pero de pronto se enamora y hasta se convierte en una mártir y durante media temporada la adoramos. Todos pasan por todos los procesos vitales. Y por más bajo que caigan, siempre terminan renaciendo.
La cosa empieza cuando a uno se le ocurre hacer una serie sobre dos médicos de cirugía estética. Es muy probable que la gente que pase por la consulta tenga sus facultades mentales mermadas. Es muy probable que su nivel de autoestima esté bajo y su nivel de locura alto. Las situaciones que viven estos pacientes son siempre singulares, como un hombre que quiere parecer 10 años mayor para acercarse a la edad de su esposa, la que fuera su maestra cuando tenía 12 años. Las historias sientan la base del capítulo, Christian y Sean son testigos silenciosos, pero terminan tocados y lo superficial se vuelve solemne.
La 5º temporada tiene como protagonista absoluta a la agente Colleen Rose (Sharon Gless), un personaje de esos que pasan a la historia. Tiene una escena en esta quinta temporada que te revuelve el estómago. Quizás la escena de terror más inquietante que yo recuerde haber visto en la tele. Es que en Nip Tuck pasan cosas muy tochas. Siempre hay asesinos, pero su nivel de locura se hace mayor. En la primera temporada era un narco que mataba para librarse de la cárcel, luego hubo un asesino en serie de libro y a medida que pasan las temporadas los malos se vuelven más estrafalarios. Porque son nuestros chicos los que ayudan a crear el monstruo. Era difícil pero el nivel de sadismo se ha disparado. Ahora ya no hay tanto sexo, pero hay más sangre y tanto dolor que cuesta enfrentarse a un nuevo capítulo.
Primera y segunda parte de esta quinta temporada tienen un inicio espectacular. Todos recuerdan la tragedia antes del parón, un personaje es herido, nos lo dejan tirado en el suelo cubierto de sangre y la solución llegará varios meses después. Pero en vez de seguir por ahí, se repite todo desde el punto de vista del agresor. No tiene más sentido que el estético. Una de esas escenas bonitas de la serie con una música espectacular. Esta serie tiene una banda sonora exquisita, y ésta es una de las razones por la que me encanta Nip Tuck, de pronto te meten un video clip de 5 minutos con gente andando a cámara lenta y todo es maravilloso. Es pura televisión.
La segunda parte de la 5º temporada es la más dura de la historia de Nip Tuck. El cachondeo desaparece completamente y todo se vuelve gris. Si antes nos hablaban de la naturaleza de la belleza, del amor, de la identidad, ahora nos hablan del paso del tiempo, de la vida y de la muerte.
Pero la cosa ya prometía desde el inicio. Sean Mcnamara en Hollywood logró por fin dejar de ser una sombra de su amigo. En Los Ángeles es el médico bajito el que triunfa y Christian ya no se folla a todo lo que se mueve porque es consciente de que los años pasan y de que ya no es la misma persona. En esta segunda mitad, la diferencia es aún mayor. Y la historia dará un giro fundamental con Roma Maffia como protagonista. En la sexta temporada todo cambiará pero lo maravilloso de todo esto es que no podemos ni por asomo imaginarnos cómo.
Hubo un capítulo en la temporada 4 que nos dejó a todos boquiabiertos. Resulta que corrían los rumores de que la serie podría ser cancelada, la verdad que no sé si por esto o por un simple capricho, los autores se sacaron de la manga un episodio llamado Conor Macnamara que nos mostraba la vida de nuestros protas 20 años después. Todos pensamos que estaba bien, porque si la serie terminaba abruptamente podíamos conocer el final de los personajes. Por otro lado no tenía ningún sentido, porque ¿cómo puede interesarte lo que pueda pasar a tus personajes cuando sabes el final? Cuando una serie es buena, esta pregunta es ridícula, por supuesto que podíamos seguir viéndola y emocionarnos. Pero... todos necesitábamos que ese capítulo desapareciera de nuestra mente. Y ellos lo sabían. Así que en esta temporada se inventaron un sueño de Sean Macnamara y entonces aquel capítulo entró en el plano de lo ambiguo, puede que eso suceda pero puede que no. Y es genial.
El plano final promete tanto que a una se le llena el corazó de dicha. Habrá que esperar muchísimo, pero sabemos de sobra que valdrá la pena. Habrá Nip Tuck hasta 2011. Gracias a Dios.
5 comentarios:
El personaje de Sharon Gless es insuperable, Katee Sackhoff mola porque está buenísima, tanto que voy a verme todas las temporadas de BG sólo por ella, pero no la echaría de menos en la sexta temporada.
A ver si no hay que esperar mucho por la sexta temporada.
He empezado hoy a ver Galáctica! Ya era hora y por ahora es mi personaje favorito. Pero en Nip Tuck la odiaba!! me parecía muy sobreactuada. Ahora soy fan.
Que complicado es ver GB, cuando creía que ya tenía todas las temporadas resulta que me faltaba la miniserie.
Me quedan dos capis, corro a verlos
La motera me recordaba tanto a Cameron Díaz que ahora se mezclan sus caras en mis recuerdos
Como se nota que no has visto Galactica, después Katee Sackhoff es Katee Sackhoff.
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