24 mayo 2010

Crónica de un final

Me desperté a las 9, muy nerviosa. Me enfadé. La idea era dormir hasta el mediodía para que el día se hiciera corto. Iba a ver el final de LOST después de comer, cuando volviera mi novio de trabajar. Siempre lo habíamos visto juntos, solos, a oscuras, después de comer y esta vez iba a ser igual.

No estoy acostumbrada a tomarme el café sin mirar Internet así que encendí el ordenador. Me tapé medio ojo por si acaso algún mail pusiera en su asunto algo como final, decepción o mierda. No había nada raro, di el siguiente paso y entré en Los teóricos para ver cuántos comentarios había. 24 a las 9 de la mañana. Estaba aterrada. Nadie escribe tantos comentarios positivos. Me fui de allí como si aquello estuviera ardiendo. En Facebook se sentía calma chicha. Mis amigos estaban igual que yo, a la espera. Cerré.

No sabía qué hacer, no podía trabajar, no me concentraba, ni ver la tele por si acaso daban cualquier noticia o ponían cualquier video. No tenía ganas de ponerme otro capítulo de Espartaco, solo podía pensar en LOST. Eran sólo las 11 y el día iba a ser larguísimo. Entonces llegó el sms de Esther. Pensé en no abrirlo, pero dije, bah, Esther me conoce, no será por la serie. Lo hice. La única frase que leí fue "Mi padre me ha contado el final y...". Quería morir. Apagué aquello y lo tiré al suelo, en ese momento me llamó mi hermano y le grité histérica, tenía que salir de esa casa y tenía que hacerlo enseguida. Sudar era lo mejor así que me fui al gimnasio que era arriesgado porque iba a estar delante de 12 televisores de plasma encendidos a la vez con todos los canales, pero mi Ipod y mi concentración me ayudarían a no mirar nunca hacia la luz. Lo hice bien todo el tiempo, excepto en el último segundo, en que vi un plano de Locke. Reaccioné rápido. Volvió la calma.

Cuando llegué a casa mi novio ya estaba aquí, no había ni tiempo de hacer la comida. Tallarines con pesto y ya. Ni postre, ni yogourt, nada. Lo que pasó en las siguientes dos horas lo pueden leer aquí.

Me hubiera gustado vivir la historia en directo, pero viví la mía y no la cambiaría por nada. Para saber cómo han sido las otras historias, dos amigos me han hecho el favor de contármelas. Algunos tuvieron Woodstock, nosotros tuvimos LOST.


Crónica de Sisterboy

Me levanté a las seis de la mañana justo media hora antes de que comenzara el capítulo. Cuando encendí la tele en Cuatro estaban poniendo precisamente el capítulo del pasado martes-miércoles, ojalá lo hubiera sabido antes pues me hubiera levantado a las cinco y media y hubiera enlazado los dos últimos episodios.

Los fallos durante el pase consistieron en la congelación durante unos segundos de la imagen lo que traía aparejado la desincronización de los subtítulos y por consiguiente algún pasaje que estaba enteramente sin subtitular (por ejemplo la conversación entre Flocke y Jack mientras Desmond desciende por la cuerda).

Con todo lo peor fue un salto de unos cuantos minutos (hubo bastante confusión sobre la duración del mismo, en principio hablaban de 15 minutos pero al final creo que han sido como siete) que creo que empezaron después de que Locke se econtrara con Desmond en el campamento de Rose y Bernard. Se pueden imaginar la sorpresa del espectador cuando por arte de birli y birloque de repente aparecía Fran Lappidus y se veía como el grupo de Flocke y el de Jack se habían unido.

Nada más terminar el capítulo empezó el programa de Ana García Siñeriz que se dedicó íntegramente a comentar lo sucedido con algunos colaboradores entre los que sólo reconocía a Flipy el de El Hormiguero. No se puede decir que fuera demasiado afortunado incluso desde la perspectiva del escepticismo ya que insistieron en la versión "todos están muertos", en su descargo tengo que decir que yo mismo estaba en estado de shock debido a la hora y la explosión de comentarios que había por toda la red así que comprendo que metieran un poco la pata a este respecto. Lo más interesante fue contemplar a la gente que salía de la proyección de los Ideal, algunos con lágrimas en los ojos y la mayoría en el mismo estado de confusión que todos nosotros.

No puedo decir que no haya disfrutado de la experiencia de algo retransmitido simultáneamente en 59 países y que han vivido millones de fans al mismo tiempo por más que ello haya traído también algunos inconvenientes. Ahora sólo quiero verl el capítulo como Dios manda.


Crónica de Pablo López Muñoz.

Partiendo como newbie en esto de Lost, resulta curioso que fuera el más enfervorizado de mis amigos en vivir la series finale como si me fuera la vida en ello. Mi esfuerzo y, por qué no decirlo, un par de contactos, me dieron la oportunidad, una oportunidad que no he podido rechazar. Con la tranquilidad que da llegar a un sitio sabiendo que eres parte de la lista de los elegidos, los que sí o sí van a entrar, me aventuré a rondar los cines Ideal a las 22 horas, para encontrármelos infestados de losties de viejo cuño (el nuevo cuño estaba durmiendo, probablemente), auténticos fans enfervorecidos que habían estado más de 12 horas en el mismo sitio para conseguir esa entrada.

La cita daba comienzo a las 00.40. A la entrada recibimos el mejor regalo de merchandising que se puede dar en un maratón en cine sobre una serie de accidentes de avión: una almohadilla cervical hinchable de Oceanic Airlines. Un sonoro ¡BRAVO! por la mente pensante de semejante acierto. Con todo el mundo sentado y las indicaciones previas daba comienzo la primera proyección: las dos partes del episodio piloto en flamante alta definición subtitulada. Primer error: mal formato de imagen. Corremos a poner el grito en el cielo, pero el señor encargado nos dice convencido: 'esto ya está probado, así es como mejor se ve'. Intentamos no darle una patada voladora y volvemos a nuestro sitio.

Nada nos sorprende a estas alturas. El piloto es nuestra Biblia y Jack y Locke nuestros profetas. A estas dos proyecciones les sigue 'A través del Espejo (II)' y 'El Incidente (II)', pero antes, una sarta de promos pro y amateur de la serie. No está mal un poco de comedia para desentumecernos del sueño. Momentos míticos revividos en una pantalla grande. Los nervios a flor de piel y comenzamos con lo más reciente: 'Por lo que murieron' en calidad estandar pero sorprendente mejor que todo lo anterior. Nos ponemos al día en cuestión de 40 minutos y llega el gran momento: 25 minutos para las 6, hora de emisión de la season finale en Fox HD.

Digital+ pasa al proyector, y con ello los nervios aumentan. Llegan las seis y puntual, comienza la emisión... ¡CÓMO! ¡SIN AUDIO! Los primeros cinco minutos de deliciosa música incidental de Michael Giacchino nos los vemos entre pitos y gritos de los asistentes, pero el error, por lo visto, viene de los USA. El audio se establece justo para darnos algo de la emoción de esos planos introductorios y para comenzar con el diálogo. Ha habido suerte y podemos disfrutar de los guiños a la serie desde el principio. Las risas invaden el patio de butacas.

El metraje continúa sin incidencias mientras la sala enmudece y vitorea cada decisión, cada escena, cada acción. Con el salto puño en ristre de Jack contra Locke la sala queda en negro. Han pasado los primeros 52 minutos, y ahora solo nos separan 8 minutos de la última pieza de 'Lost' que nos queda por ver, los nervios aumentan y el capítulo continúa su curso apenas sin dar respiro. Todo va sobre ruedas hasta que en la escena clave en la que Jack y Kate se reencuentran al acabar el concierto la imagen se pixela. Continúa siendo fluida, pero hay píxeles muertos que nos acompañan hasta el final del capítulo, hasta la redención de Jack, hasta que todos los personajes siguen adelante.

Termina el capítulo. Termina la serie. Y hay leves aplausos sordos que interrumpen un incómodo silencio que hace presagiar lo que comprobamos entre churros y chocolate: la gente ha salido muy decepcionada, son hombres de ciencia, no hombres de fe, y buscan explicaciones empíricas para una serie que ha ido virando hacia lo espiritual en sus últimas entregas, que nos han anticipado con perfecta precisión el tipo de resolución dramática de la historia y que en definitiva, más allá de toda la parafernalia narrativa que los guionistas montaron en determinado momento de la serie, trasciende más allá para hablar de la esencia del ser humano.

Un final difícil, un final dogmático, y en definitiva un final que, para bien, para mal, o como consecuencia de todo lo anterior, ha hecho historia de la televisión mundial.


06 mayo 2010

Nurse Jackie

La razón por la que nunca he hablado de Nurse Jackie en este blog es porque me daba pánico no estar a la altura. Adoro esta serie, como todas las de Showtime, se visten de pequeñitas pero son potentes e inspiradoras.

Nurse jackie es una serie de hospitales y quizás sea la primera que trata -no tanto como nos gustaría, pero sí con esmero- el tema de la seguridad privada en Estados Unidos. Aunque en Urgencias esto se planteó más de una vez, la serie no iba de eso. Nurse Jackie tampoco va de eso pero su protagonista sí, y a través de esta lucha emerge, vicodin en mano, heroica, mártir y completamente infeliz, lo más parecido a una Santa del siglo XXI.

Pero más que una serie de hospitales, Nurse Jackie es una serie que mantiene las constantes creadas por la cadena de Weeds, Dexter y Californication, la doble cara de unos personajes disfuncionales que luchan por mantener el tipo y fingir una vida normal.


La doble vida de Jackie viene no sólo por que sea una drogadicta sino porque está casada, tiene dos hijas y un amante. Y lo inmoral funciona en los dos sentidos porque en el hospital siempre termina beneficiando a los más necesitados a costa de saltarse las normas. Y sí, vale, no sólo se salta las normas, no sólo falsifica unos documentos para que un muerto pueda donar órganos, también tira una oreja por el Water para que el violador no la recupere.

Nurse Jackie no es un House, no entiendo de donde viene esta comparación sino es meramente promocional. No se parece en nada, ni siquiera nos interesan las enfermedades de los pacientes. La estructura no podría ser más opuesta. Es más, si trabajaran juntos, House acabaría siendo su marioneta. Porque la serie tiene la gracia de enaltecer a la protagonista a costa de poner en evidencia a los que están a su alrededor, sobre todo a los médicos, porque todo el mundo sabe que los doctores solo diagnostican, para curar están las enfermeras.



Una de las cosas que más me llama la atención de Nurse Jackie es que la mayoría de sus personajes son muy feos, con la excepción de Facinelli (el último camaleón) que "hace" de guapo pero que su belleza es constantemente ridiculizada. La Nueva York más fea también es parte de la serie. Su casa en Queens, los delis cochambrosos, las calles sucias... Lo único bonito que vemos son esos restaurantes a los que la lleva su amiga rica. Eso sí, Jackie siempre va en bata.


Como en todas las series maravillosas, con la segunda temporada llega la magia, porque empiezan a tomar cuerpo los secundarios (estrafalarios hasta el extremo), las historias se bifurcan y todo se vuelve más complejo. Y como decía antes, lo mejor es que se trata de una serie de Showtime donde las reglas desaparecen y los formatos se reinventan. Nurse Jackie es una serie de 20 minutos. Drama intenso y complejo en bote de comedia negra.

Seguramente todo esto sería fantástico con cualquier actriz. Pero que se trate de Eddie Falco hace que lo bueno se convierta en glorioso.