Esta mañana terminé Los Soprano. Me había despertado resfriada por culpa del exceso de aire acondicionado así que me pegué casi 6 horas tumbada en el sofá viendo los últimos 6 capítulos de la Sexta temporada. Cuando termina una serie como ésta te entra mucho miedo porque han sido muchos capítulos, muchos muy buenos y no quieres algo que desentone. Quieres coherencia y respeto. Yo no me merecía mucho respeto porque vi la serie en los últimos dos meses, pero sí todas aquellas personas que se pegaron 7 años. A ese miedo hay que sumar también el otro miedo, el del final de la historia de Tony, que podía desembocar en tragedia, redención, fracaso o felicidad. Las posibilidades eran muchas para una cabecita soñadora como la mía. Lo que nunca imaginé es que iba a ver lo que vi.
Cuando termina Los Soprano una quiere MATAR. Así que cuando terminó, cuando aparecieron los créditos, esas letras blancas contudentes como una patada en la boca, lo primero que hice fue llamar a mi novio y pedirle explicaciones de por qué me había permitido acercarme a esta serie sabiendo lo que me esperaba al final. ¿Un fundido a negro? ¿Un fundido a negro de 11 segundos? Lo primero que se te viene a la cabeza es "¿Por qué?". ¿A qué viene esta necesidad de tomarnos el pelo? ¿Es más importante la trascendencia mediática que tu historia? . "Gratuitamente" es lo segundo que se te pasa por la cabeza. Después de matar quieres gritar, insultar pero entonces sucede... Las ideas se recolocan y el negro de tu cabeza se difumina para dejarte ver la verdad.
La cosa es que la serie podía haber acabado de otra manera. De muchas maneras y contar lo mismo, pero hay que ser un genio y David Chase lo es, para impactar a tu espectador de esa manera. Para dejarlo con el cerebro dando vueltas y el corazón del revés.
Dice mi novio que la historia está abierta, que Tony sigue vivo. Y yo creo que no, que Tony Soprano muere en esa cafetería, sin enterarse. Lo último que ve es a su familia, y lo último que oye a es Meadow entrando por la puerta. Los mejores aros de cebolla de New Jersey y un fundido a negro. Ya está. Nada más. Bobby en el barco le había explicado que así sería. Tres intentos de asesinato. Meadow intenta aparcar y logra hacerlo a la tercera. No tiene pérdida.
Los Soprano es una serie errática. Difícil de ver. Con historias abiertas, con personajes que de pronto desaparecían durante 5 capítulos, o morían sin más. Es una serie que nunca subrayó nada, que siempre nos dejó decidir. Para mí era muy frustrante, yo quería que Tony se enterara de que el propio Ralphie había mandado matar a Jackie Aprile, pero nunca se entera, nunca nadie lo sabe. Ralph muere en el momento menos esperado, cuando podría seguir dando juego, cuando podría dar pie a muchas nuevas historias. De pronto en la última temporada Vito cobra protagonismo cuando nunca había pintado nada. No es una serie normal. Se saltó todas las reglas.
Hay un momento que me encanta. Carmela recibe la llamada telefónica de la rusa y se entera de que Tony se tiró a la coja (no puede soportar estar por debajo de una coja, de las demás sí, lo ha hecho todos estos años, pero lo de la coja es demasiado humillante), así que espera a su marido histérica y va a pedirle por fin el divorcio. Entonces Tony aparca el coche, está escuchando "Layla" de Eric Clapton, una de las canciones emblemáticas de una de las grandes pelis de mafiosos de todos los tiempos, Goodfellas (es la canción que se oye durante la masacre a la familia, cuando van encontrando a los muertos abandonados en camiones frigoríficos o en aparcamientos). Tony está contento, se baja del coche y entra en la casa para encontrarse con la ira de su mujer. Ya no estamos en Goodfellas, la peli de gansters se convierte en un drama familiar común. Y esa es la clave de Los Soprano.
Durante toda la serie yo no hacía más que preguntarme qué me estaban queriendo contar. No entendía por qué el tipo iba al psiquiatra y ¡esa mujer! ¡por dios! ¡La doctora Melfi! ¿por qué no lo ayudaba? ¿Al final la terapia iba a dar sus frutos? ¿Tony iba a huir con su familia a Venezuela después de declarar contra toda la cosa nostra neoyorquina? Yo estaba intentando ver otra cosa. Estaba deseando ver otra cosa.
Y hasta el último capítulo no lo entendí. No entendí que Tony era un criminal que intenaba justificar su naturaleza gracias a las sesiones de terapia. AJ seguramente acabará siendo capo de la mafia en pocos años. Todos terminan salpicados y el que no acaba muerto lo hace en la carcel o solo como Junior, encerrado en un hospital, sin alma y sin memoria.
No me gustaron los capítulos oníricos pero me encantó el primero de la Sexta, el del coma en el hospital y la vida paralela del otro Tony. Me morí de risa con el capítulo de Paulie y Christopher perdidos en la nieve. Disfruté como una enana con cada escena de Pantoliano y de Aida Turturro, me emocioné con la vuelta de Annabella Sciorra y aplaudí cada gesto de Carmela, su maravillosa evolución estética, su cambio de color en la ropa, en su peinado, en todo menos en las uñas. Rebobiné escenas de Gandolfini para verlas de nuevo y sólo lloré dos veces, cuando Carmela llega al hospital y ve a Anthony Junior hablando alegremente con su padre en coma y cuando Tony saca a su hijo de la piscina. Quise llorar más, pero no pudo ser. No me dejaron, los cabrones.
Los Soprano cuenta el paso de un hombre en la historia de la mafia. Una historia que existía sin él y que continuará sin él. Está en nosotros recordarlo como asesino o como víctima. Maldito seas David Chase, nos has convertido en la doctora Melfi. Tony nos hablaba todo el tiempo a nosotros. Y ahora es cuando viene el análisis, de Tony y claro, de nosotros mismos. Malditos guionistas, maldita HBO.
Los Soprano es una serie errática. Difícil de ver. Con historias abiertas, con personajes que de pronto desaparecían durante 5 capítulos, o morían sin más. Es una serie que nunca subrayó nada, que siempre nos dejó decidir. Para mí era muy frustrante, yo quería que Tony se enterara de que el propio Ralphie había mandado matar a Jackie Aprile, pero nunca se entera, nunca nadie lo sabe. Ralph muere en el momento menos esperado, cuando podría seguir dando juego, cuando podría dar pie a muchas nuevas historias. De pronto en la última temporada Vito cobra protagonismo cuando nunca había pintado nada. No es una serie normal. Se saltó todas las reglas.
Hay un momento que me encanta. Carmela recibe la llamada telefónica de la rusa y se entera de que Tony se tiró a la coja (no puede soportar estar por debajo de una coja, de las demás sí, lo ha hecho todos estos años, pero lo de la coja es demasiado humillante), así que espera a su marido histérica y va a pedirle por fin el divorcio. Entonces Tony aparca el coche, está escuchando "Layla" de Eric Clapton, una de las canciones emblemáticas de una de las grandes pelis de mafiosos de todos los tiempos, Goodfellas (es la canción que se oye durante la masacre a la familia, cuando van encontrando a los muertos abandonados en camiones frigoríficos o en aparcamientos). Tony está contento, se baja del coche y entra en la casa para encontrarse con la ira de su mujer. Ya no estamos en Goodfellas, la peli de gansters se convierte en un drama familiar común. Y esa es la clave de Los Soprano.
Durante toda la serie yo no hacía más que preguntarme qué me estaban queriendo contar. No entendía por qué el tipo iba al psiquiatra y ¡esa mujer! ¡por dios! ¡La doctora Melfi! ¿por qué no lo ayudaba? ¿Al final la terapia iba a dar sus frutos? ¿Tony iba a huir con su familia a Venezuela después de declarar contra toda la cosa nostra neoyorquina? Yo estaba intentando ver otra cosa. Estaba deseando ver otra cosa.
Y hasta el último capítulo no lo entendí. No entendí que Tony era un criminal que intenaba justificar su naturaleza gracias a las sesiones de terapia. AJ seguramente acabará siendo capo de la mafia en pocos años. Todos terminan salpicados y el que no acaba muerto lo hace en la carcel o solo como Junior, encerrado en un hospital, sin alma y sin memoria.
No me gustaron los capítulos oníricos pero me encantó el primero de la Sexta, el del coma en el hospital y la vida paralela del otro Tony. Me morí de risa con el capítulo de Paulie y Christopher perdidos en la nieve. Disfruté como una enana con cada escena de Pantoliano y de Aida Turturro, me emocioné con la vuelta de Annabella Sciorra y aplaudí cada gesto de Carmela, su maravillosa evolución estética, su cambio de color en la ropa, en su peinado, en todo menos en las uñas. Rebobiné escenas de Gandolfini para verlas de nuevo y sólo lloré dos veces, cuando Carmela llega al hospital y ve a Anthony Junior hablando alegremente con su padre en coma y cuando Tony saca a su hijo de la piscina. Quise llorar más, pero no pudo ser. No me dejaron, los cabrones.
Los Soprano cuenta el paso de un hombre en la historia de la mafia. Una historia que existía sin él y que continuará sin él. Está en nosotros recordarlo como asesino o como víctima. Maldito seas David Chase, nos has convertido en la doctora Melfi. Tony nos hablaba todo el tiempo a nosotros. Y ahora es cuando viene el análisis, de Tony y claro, de nosotros mismos. Malditos guionistas, maldita HBO.
11 comentarios:
Lo más jodido de Los Soprano es que identificarse con Tony Soprano o con Carmela no es gratificante para el espectador.
Tengo todas las temporadas alineadas en el estante de pendientes (estante virtual se entiende) aunque lo que sí he hecho es ver muchos capitulos sueltos cuando los pillaba por casualidad en el satélite. Algo que creo que se puede hacer con esta serie porque al fin y al cabo el argumento es el mismo desde el primer capítulo hasta el último.
También he visto el episodio final y me gusta aunque no creo que sea seguro que Tony muera tras el fundido en negro, puede que sí o puede que no y eso es lo grande.
Los Soprano no es una serie con principio y fin, no se estrella un avión en la primera temporada, es un corte longitudinal de un mafioso que va al psicoanalista y por lo tanto no empieza ni termina nunca, como el Universo.
Respecto a identificarse o no con los personajes creo que la serie también es honesta en ese sentido, aunque podamos sentirnos atraidos por ellos nunca nos dejan olvidar que son unos hijos de puta y a veces de un modo brusco. La vida de los mafiosos es un asunto breve, brutal y desagradable, como decía Henry Hill en Goodfellas "dos tipos discuten un diez segundos después uno de ellos está muerto".
Ahí está por ejemplo esa escena en la que Christopher Moltisanti está cabreado por haberse convertido en el último mono de la familia y descarga su ira liquidando al guionista de su pelicula.
Los Soprano no es televisión, es otra cosa.
Los Soprano no responde a nada de lo que uno espera. Es otra cosa.
Los Soprano no te hace ser mejor, ni pensar cosas buenas. Es otra cosa.
Sin quererlo y sin pensarlo eres Tony Soprano, eres Carmela, eres Silvio..no quieres pero es así.
A mi me fascinó. Coincido contigo en los grandes momentos, el capítulo en el que están perdidos en el bosque es genial y los esfuerzos y la angustia de Tony por salvar a su hijo me dieron escalofrios.
Para mi otro personaje genial..es la hermana, la odias pero al mismo tiempo es un descojone.
Yo escribí sobre como me quedé al terminarla.
http://molinos1282.blogspot.com/2009/05/sindrome-de-abstinencia.html
Hola,
Creo que tu post resume muy bien lo que es la serie. A lo largo de él describes sensaciones, la sensación que te despertó el final, los personajes, etc. y es que Los Soprano no dejan indiferente. Los Soprano es una bofetada continua a la moralidad, es como si estuviéramos viendo una peli de indios y vaqueros y quisiéramos que ganasen los indios.
Espero que nos hagas una visita en nuestra web y si te animas a escribir algo sobre el final para ella, estaríamos encantados de publicártelo.
Saludos.
El Consigliere
www.lossoprano.tv
Sin embargo The Shield juega a lo mismo y para mí es un fracaso absoluto, me resulta imposible sentir por Vic Mckay y sus compinches las mismas sensaciones que con Tony y compañia.
Es evidente que muere. Y si no fuera así, me parecía una tomadura de pelo de final. Creo que es una manera elegante de matar a Tony, haciendo lo contrario al baño de sangre habitual de las películas de gángsters.
He tenido que hacer un enorme esfuerzo por no leer tu entrada..., así que la he copiado y me la he guardado en un bonito archivo word para cuando acabe la serie. Es imperdonable, lo sé, pero no he empezado a verla en serio hasta este verano y solo llevo dos temporadas aunque, eso sí, me declaro completamente enganchado a sus tramas, personajes y capacidad para retratarlos. Besos catódicos
bienvenida al club de los ¿¿wtf???
ahora te recomiendo escuchar el podcast fusionado sobre el especial soprano, mira en http://lacajadespoilers.com/
He dado con tu comentario de casualidad y sí, yo también me he visto esta serie durante los últimos 8 meses. Una sabe que ve a un canalla, yo lo ví antes del último capítulo, pero no puede evitar dejar de verlos, de esa caída, de la justificación que busca el asesino, que también busca 'al Gary Cooper' desaparecido de los EEUU actuales. Una gran serie, que no digo que haya tenido todos los capítulos geniales y maravillosos, pero sí muy buenos en su mayoría. Estoy de acuerdo en casi todo lo que dices y en como acaba...yo también creo que Tony se queda ahí y todo da igual al final: Medow es un caso perdido de burguesa que sólo pensará lo que diga su esposo, AJ será otro capo que acabará antes y peor que su padre y Carmela, amargada, enterrada en vida pero también en ese mundo de joyas y dinero que desprecia pero que desea con todo su ser. Vamos, todo tiene que cambiar para quedar igual...¿eso significaba el fundido en negro?
Yo también he terminado la serie en los últimos días, también viendo los 6 últimos enfermo con un poco de fiebre. Já.
Durante toda la serie solía ser invadido por una sensación desconocida para mí durante su visionado. Preguntas e incertidumbres que acababan siempre con una miserable crueldad, de la peor forma posible. Por ejemplo, ¿Le prestará dinero de forma altruísta ESTA VEZ? No; ¿Realmente pueden tener algún amigo esta gente? Parece que sí...pero no; ¿Dejarán pasar este incidente tonto (el que sea)? Joder, si le han roto un vaso de cristal en la cabeza por una chorrada; ¿Respetarán el código de "honor" que prometían con tanto entusiasmo? Y se cargan a Pantoliano sin miramientos.
Me encanta la forma de llevarse al espectador por delante, siempre un paso detrás. Tony mentía a Melfi constantemente, de la misma forma que nos mentía a nosotros, por ello sucedían cosas inesperadas. Quieres que Tony evolucione hacia algo mejor, pero la terapia no sirve, Tony se embrutece más y más. Y lo que es peor, nos hacen creer al principio de la 6ª que podemos acercarnos a él sin miedo, que está transitando hacia el bien. No se dejen engañar.
Me flipaba cómo Tony se justificaba: "Hay gente peor, los pederastras, los gays..." y a ti te dan ganas de darle un puñetazo o mejor,matarle. Luego volvía a casa y era más o menos un buen padre, honesto con su mujer (dentro de lo que significa honestidad para Tony), y te daban ganas de salir de juerga con él. Qué difícil es acercarse/alejarse al/del personaje.
Me encantaba Furio y lo hacen desaparecer sin más, de un plumazo, y esperas que te den una explicación. Otra rama sin echar hojas.
No sé, puedo estar horas hablando de la familia Soprano, pero aquí me quedo. La cosa es que echo muchísimo de menos a la Familia.
saludos¡¡¡alguien recuerda en que capitulo melfi le confeso a tony que la habian violado y si tony la vengo?
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