Cuatro ha decidido arreglarnos la vida a todos, primero ayudándonos a domar niños y luego enseñándonos a comer. Las diferencias son brutales porque Supernanny dependía mucho de los niños que salían. No es lo mismo domesticar a una parejita de niñas gritonas que a un psicópata de 4 años que te da patadas y te amenaza con clavarte el tenedor en la rodilla.
Supernanny, a pesar de acabar siempre igual, solucionando la vida de los padres, mostraba diferentes estilos de educación (o de no educación mejor dicho) con padres dejados, irresponsables, perdidos o desesperados y unos hijos más o menos irreverentes.
Sin embargo Soy lo que como es siempre igual. Porque la comida sana es una sola. Y la mala comida también. O te comes una pizza o un puré de verduras. El abanico es amplio pero se repite de nevera en nevera. Quien dice pizza dice fuet y big mac y patatas fritas y croquetas y tortilla y donuts y... todo lo que es rico.
La encargada en educarnos es una nutricionista llamada Yolanda Sanz que no se ríe jamás y no porque parezca amargada, que lo parece, sino porque no le alcanza la piel para reirse de las miles de operaciones que se ha hecho. Si somos lo que comemos, esta mujer se ha pasado con los limones.
No me parece bien que la encargada de demostrar a España que somos lo que comemos sea una persona insegura de sí misma, que se ha destrozado la cara no una sino varias veces y ha antepuesto la belleza a la salud. No me parece nada sensato ni de buen gusto.
El programa empieza mostrándole a las víctimas su aspecto dentro de 20 años. Esto lo hace con un programa informático que realiza una proyección morfológica de la persona a través de sus pautas de alimentación actual. Un mes después, cuando la pareja protagonista ha cambiado sus hábitos alimenticios el programa les enseña la evolución otra vez y normalmente difiere bastante de la primera.
El programita es demoníaco y tiene una mala leche tremenda porque el aspecto de la persona de 40 años con una mala alimentación siempre es horrible, y no solo es una persona gorda y feísima, sino que está amargada y no se ríe nada. Con una buena alimentación está delgada, guapa, maquillada, bien peinada y se ríe mucho.
Pero bueno... vamos a darles el beneficio de la duda. Vamos a pensar que los delgados y sanos siempre se van a reir y los gordos nunca. Es lo de menos...
Lo peor del programa es la nutricionista de los cojones. Que llega a las neveras de la gente y se pone a mirar todo con lupa y con asco (no le cuesta mucho, siempre tiene esa cara). La mujer odia los zumos de fruta en tetrabrick y los productos precocinados. Y cualquier tipo de alimento comprado y que venga en bolsa. Ella solo está de acuerdo con ir al mercado y comprar carne, fruta y verdura.
A este respecto la asociación de nutricionistas seguramente alertados por las grandes empresas de alimentación se han quejado a Cuatro porque lo que no puede ser es que esta mujer se cargue todos los alimentos preparados con conservantes de un plumazo.
A mí me hace gracia cuando dicen que el proceso no consiste en hacer dieta sino en cambiar los hábitos. A ver, si yo dejo de comer pizzas y cheeseburguers es que estoy a dieta. Si como pollo a la plancha, que es lo peor de lo peor, lo más soso y seco del mundo con ensalada de lechuga y tomate es que estoy haciendo una puta dieta.
Y así pasen cuarenta años y yo siga comiendo verduritas y carne a la plancha y diciendo que no a la pregunta "quereis ver la carta de postres?" en todos los restaurantes a los que vaya, no habré cambiado mis hábitos no, es que seguiré a dieta.
Bueno, la cosa es que estas dos, la presentadora (la chicaparatodo de la cadena Raquel Sánchez Silva) y la nutricionista monstruosa, están 24 horas con la parejita de turno, les miran la nevera, les compran comidita sana y se piran hasta dentro de un mes. Y en todos los programas igual, cambian el fuet por la judía verde y la magdalena por la pera. Un arte vamos.
Claro que no vemos nada de lo que pasa durante ese mes. Pero vemos el resultado final. La nevera ahora está llena de frutas y verduras (lo cual no es garantía de nada, porque pudieron ir a comprarlas por la mañana) y vemos a las víctimas, las que han cambiado de hábitos, pero cuidado, porque muchas veces el cambio consiste en que han ido a la peluquería y se han maquillado como dios manda.
El otro día había una tía de unos 45 años que se comía el fuet a mordiscos. Le cambiaron los hábitos y empezó a mordisquear naranjas. El programa, además de mirar como está la nevera, los pesa antes y después y les hace análisis de todo tipo. Pues bien, después de un mes dándole a la naranja y al pavo a la plancha la tía pesaba ¡¡¡un kilo menos!!!! Que es normal esto de bajar un kilo en un mes oigan, pero les aseguro que una persona que se come el fuet a mordiscos y bebe coca colas y se come 2 natillas seguidas si se pone a dieta, baja por lo menos 3.
En el último programa una parejita joven hizo el cambio de vida. La chica al mes estaba exactamente igual, es más, parecía que había engordado. Y por primera vez no mostraron los análisis médicos de después. Por algo será.
Así que no entiendo para qué sirve este programa, si los consejos son siempre los mismos. Si no se ve la evolución de la gente. ¿Dónde está la gracia? Que vuelva Supernanny ya, que nos encantan los niños que desquician a los padres sobre todo cuando tenemos un mando a distancia para bajar el volumen de los gritos.
Leo que este viernes Cuatro estrena SOS adolescentes que es lo mismo que Supernanny pero con inadaptados de 14 años. Promete.
La encargada en educarnos es una nutricionista llamada Yolanda Sanz que no se ríe jamás y no porque parezca amargada, que lo parece, sino porque no le alcanza la piel para reirse de las miles de operaciones que se ha hecho. Si somos lo que comemos, esta mujer se ha pasado con los limones.
No me parece bien que la encargada de demostrar a España que somos lo que comemos sea una persona insegura de sí misma, que se ha destrozado la cara no una sino varias veces y ha antepuesto la belleza a la salud. No me parece nada sensato ni de buen gusto.
El programa empieza mostrándole a las víctimas su aspecto dentro de 20 años. Esto lo hace con un programa informático que realiza una proyección morfológica de la persona a través de sus pautas de alimentación actual. Un mes después, cuando la pareja protagonista ha cambiado sus hábitos alimenticios el programa les enseña la evolución otra vez y normalmente difiere bastante de la primera.
El programita es demoníaco y tiene una mala leche tremenda porque el aspecto de la persona de 40 años con una mala alimentación siempre es horrible, y no solo es una persona gorda y feísima, sino que está amargada y no se ríe nada. Con una buena alimentación está delgada, guapa, maquillada, bien peinada y se ríe mucho.
Pero bueno... vamos a darles el beneficio de la duda. Vamos a pensar que los delgados y sanos siempre se van a reir y los gordos nunca. Es lo de menos...
Lo peor del programa es la nutricionista de los cojones. Que llega a las neveras de la gente y se pone a mirar todo con lupa y con asco (no le cuesta mucho, siempre tiene esa cara). La mujer odia los zumos de fruta en tetrabrick y los productos precocinados. Y cualquier tipo de alimento comprado y que venga en bolsa. Ella solo está de acuerdo con ir al mercado y comprar carne, fruta y verdura.
A este respecto la asociación de nutricionistas seguramente alertados por las grandes empresas de alimentación se han quejado a Cuatro porque lo que no puede ser es que esta mujer se cargue todos los alimentos preparados con conservantes de un plumazo.
A mí me hace gracia cuando dicen que el proceso no consiste en hacer dieta sino en cambiar los hábitos. A ver, si yo dejo de comer pizzas y cheeseburguers es que estoy a dieta. Si como pollo a la plancha, que es lo peor de lo peor, lo más soso y seco del mundo con ensalada de lechuga y tomate es que estoy haciendo una puta dieta.
Y así pasen cuarenta años y yo siga comiendo verduritas y carne a la plancha y diciendo que no a la pregunta "quereis ver la carta de postres?" en todos los restaurantes a los que vaya, no habré cambiado mis hábitos no, es que seguiré a dieta.
Bueno, la cosa es que estas dos, la presentadora (la chicaparatodo de la cadena Raquel Sánchez Silva) y la nutricionista monstruosa, están 24 horas con la parejita de turno, les miran la nevera, les compran comidita sana y se piran hasta dentro de un mes. Y en todos los programas igual, cambian el fuet por la judía verde y la magdalena por la pera. Un arte vamos.
Claro que no vemos nada de lo que pasa durante ese mes. Pero vemos el resultado final. La nevera ahora está llena de frutas y verduras (lo cual no es garantía de nada, porque pudieron ir a comprarlas por la mañana) y vemos a las víctimas, las que han cambiado de hábitos, pero cuidado, porque muchas veces el cambio consiste en que han ido a la peluquería y se han maquillado como dios manda.
El otro día había una tía de unos 45 años que se comía el fuet a mordiscos. Le cambiaron los hábitos y empezó a mordisquear naranjas. El programa, además de mirar como está la nevera, los pesa antes y después y les hace análisis de todo tipo. Pues bien, después de un mes dándole a la naranja y al pavo a la plancha la tía pesaba ¡¡¡un kilo menos!!!! Que es normal esto de bajar un kilo en un mes oigan, pero les aseguro que una persona que se come el fuet a mordiscos y bebe coca colas y se come 2 natillas seguidas si se pone a dieta, baja por lo menos 3.
En el último programa una parejita joven hizo el cambio de vida. La chica al mes estaba exactamente igual, es más, parecía que había engordado. Y por primera vez no mostraron los análisis médicos de después. Por algo será.
Así que no entiendo para qué sirve este programa, si los consejos son siempre los mismos. Si no se ve la evolución de la gente. ¿Dónde está la gracia? Que vuelva Supernanny ya, que nos encantan los niños que desquician a los padres sobre todo cuando tenemos un mando a distancia para bajar el volumen de los gritos.
Leo que este viernes Cuatro estrena SOS adolescentes que es lo mismo que Supernanny pero con inadaptados de 14 años. Promete.
10 comentarios:
Yo estoy esperando una supernanny de mascotas, que mi perro no para de dejarme en ridiculo...."si somos lo que comemos esta se pasó con los limones"XDDD. Enhorabuena por el blog
El programa prometía pero los contenidos daban para un sólo episodio a partir de ahí fue más de lo mismo. Menos mal que al final sólo ha durado cuatro semanas, aún así lo han estirado demasiado. Yo flipé el último día ya que el chico un veinteañero con conato de calvicie profunda aparecía en la progresión morfológica primera sin pelo, vaya como será él dentro de veinte años a nos ser que acuda a CORPORACIÓN DERMOESTÉTICA, y en cambio en la segunda se le veía con más pelo, voilà, y eso por comer bien, ja ja, debe ser que los calvos del mundo sólo comen pizza, no sé yo pero eso no es cierto.
Muy buen post!
Soy lo que como me pareció un truñazo, y eso que la idea, en sí misma, no es del todo mala. Al fin y al cabo la gente está obsesionada con la apariencia, y convencida de que por comerse una hamburguesa irán al infierno. Pero la nutricionista no tenía carisma y la presentadora tampoco. Imagina un nutricionista a lo House, y nada de un día sino varios. Que los ponga a correr detrás de un bollycao atado a un palo.
Y lo del programa informático, en fin. En el primer capítulo, a la niña le cambiaba la forma de la nariz sólo por comer mejor. Increíble. La masa es tonta, pero taaaanto...
Buena idea m, deberias venderla a alguna tele.
La dieta del cardiologo: si sabe bien, escupelo
Jo, me encantaría que hubiera un Supernanny de mascotas. Suscribo totalmente la idea y participaría con semblante consternado portando a nuestra preciosa gata psicópata.
Y totttalmente de acuerdo contigo. Especialmente me hizo gracia el cambio de vestuario de las miradas al futuro "antes" y "después" de la dieta sana. El chico, además de gordo, feo y calvo, como señalas, llevaba un jersey rojo como del dúo dinámico (que a mí me parecía muy bonito, pero esa es otra cuetión), mientras que en el "después" de la dieta portaba un traje negro y corbatita mod de lo más modenno. Y parecía Ryan Phillipe, lo juro.
Al loro con SOS adolescentes que mañana sale una piba que en su instituto la llaman "Seven Eleven" por su disponibilidad las 24 horas del día que me lo ha dicho una compañera suya :)
Sisterboy no me lo voy a perder puede dar mucho de sí, ya te digo...
Qué bueno, has tenido unos cuantos puntazos geniales. A mí los programas estos fotocopiados de Cuatro me cansan ya, a ver si se dedican a las series americanas exclusivamente, que es con lo que mejor están atinando, y se dejan de concienciar y servir.
Odio a esa maldita nutricionista. Da casi más asco que encontrártela por la noche con un moco en la mejilla. Horrible
Encontré este post sobre Soy lo que como, me pareció muy divertido: http://www.lacoctelera.com/azabache/post/2007/06/26/soy-que-como-
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