Recuerdo haber disfrutado como loca del Show de Dick Van Dyke, aunque no recuerdo ni el show ni mucho menos otro Dick van dyke que no fuera desollinador. Era muy pequeña y seguramente no entendía nada de lo que veía. Pero a mí el tipo me hacía gracia y no me perdía ni un capítulo. Mi padre me cuenta que nunca jamás se había reído tanto viendo la televisión.
Por lo visto Dick Van dyke era el guionista de un programa llamado El show de Alan Brody. En esa época se usaba mucho esto de ponerle a una serie el nombre del actor protagonista, aunque el personaje ni siquiera se llamara como él (era Rob Petrie).

El nombre de este blog es el bonito título en castellano de El show de Mary Tyler Moore donde ella tampoco hacía de sí misma. Esta serie no solo no la recuerdo sino que ni siquiera la he visto. Pero cuando una necesita el nombre de un blog se agarra a cualquier cosa. Y encima luego me enteré de que estaba usado por otro blog además muy famoso sobre televisión. Así que llevo meses intentando encontrar otro nombre pero no doy con el bueno. Si tienen alguna idea ya saben, regálenmela.
En esas series el mundo de la televisión se abría por primera vez al espectador y además lo hacía con unos personajes totalmente nuevos, amas de casa que hasta hacían la comida en pantalones y mujeres que salían a trabajar.
Aquí la televisión podía contarse de cualquier manera porque el público aún seguía anodadado con el hecho de la existencia del medio. Así que se creía cualquier cosa.
Estas formas de egocentrismo televisivo han cambiado de los 80 para acá. Curb your entusiasm está protagonizado por Larry David, pero es que además es el Show de Larry David. Ambos son productores y claro, el Larry David personaje solo muestra una parte del real.
En este momento, en el que todo está inventado y donde cualquier atisbo de originalidad es bien recibido, hacer Curb your entusiasm, un reality ficcionado sobre las neurosis (que no son pocas) de un productor de televisión es una apuesta segura. Claro que aquí el mundo de la tele y del cine se ve de lejos. Lo importante es la estupidez de este hombre y su manera de enfrentarse con la vida.
Yo soy muy fan de una serie que se puso en el plus hace más de 8 años. Se llamaba El show de Jackie Thomas. Y aquí el personaje sí se llamaba Jackie Thomas pero no el actor que era Tom Arnold. Esta serie iba sobre unos guionistas provenientes de varias series famosas (el que venía de Cheers se jactaba de ello a todas horas) que formaban un grupo de trabajo donde tenían que pelear constantemente con el ego de la estrella, que era Jackie, un hombre machista, misógino y paleto que quería acapararlo todo. Recuerdo un capítulo donde pedía que quitaran del guión a un pastor alemán porque le robaba plano. El personaje que hacía Jackie Thomas era el típico personaje de Sitcom entrañable, del estilo de Bill Cosby y claro, era totalmente opuesto a la personalidad real de su protagonista.

Los guionistas pasaban verdaderos calvarios para sacar un capítulo adelante. Esto es lo más parecido que había visto hasta ahora acerca del mundo televisivo real, que al final salía bien parado porque creo recordar que todos acababan ganando a costa de Jackie que siempre la cagaba. Me encantaría recuperarla pero no la encuentro por ningún sitio.
Hay muchas maneras de imaginar el mundo de la televisión. Leyendo un montón de blogs que hay por ahí te encuentras con anécdotas de guionistas realmente duras.
Yo con la televisión no tengo relación, pero la tuve una vez. Yo había escrito algún corto y me llamaron de una tele autonómica para que escribiera un guión de programa de variedades, un sketch del estilo de Noche de fiesta. Me dijeron que era una prueba. La escribí y la mandé. No me contestaron. El programa empezó y pensé que no les había gustado nada. Pero a la semana me llamaron para ver si quería escribir todos los capítulos. Dije que vale pero que cuánto. Me dijeron que muy poco. Yo que era muy chula, dije que por menos de 300 euros no encendía el ordenador. Miren que cantidad más absurda pero bueno. La tele estaba empezando, el tío me lloraba... Me decía que era mi oportunidad de entrar en la televisión y bla bla bla. Yo que quieren que les diga. A mí escribir comedia me estresa mucho y no me pensaba estresar por menos de 300 euros el sketch, que además era de 15 folios. Dije que no y ya.
Unos días después mi capítulo salió al aire ¡Mi prueba! Sin mi permiso. Empecé a llamar por teléfono como loca. Nadie me atendió claro, hasta que una secretaria me comunicó que ya podía pasar a cobrar. El cheque era de 15.000 pesetas. Que dicho en pesetas suena como más humillante.
La serie Studio 60 comienza con un director que le pide al ejecutivo de turno que por favor durante el show que está a punto de empezar le permita poner un sketch. El ejecutivo dice que el sketch no es gracioso. El director le dice que no sólo es gracioso sino que es lo único gracioso del programa. Después de una acalorada discusión el director acepta el trato. No habrá sketch, y todo seguirá como siempre. Pero en cuanto el programa empieza el director irrumpe en el plató y suelta un discurso a lo Peter Finch en Network acerca de la televisión, del mal gusto y de la estupidez general. El discurso dura 53 segundos, el tiempo que tarda un revolucionario realizador en cortar la emisión que encima es en directo. Y en cuanto corta empiezan los créditos.

Cuando esto sucede a una le entra un sudor frío por todo el cuerpo y de pronto se encuentra con los ojos como platos y la boca abierta pensando que le da igual que la serie se acabe para siempre que con eso ya tiene.
Studio 60 es una serie real sobre la televisión real. Supongo que habrá mucho de edulcorante, no lo sé, pero promete sangre y verdades extremas. Es una serie elegantísima con una fuerza visual bestial que ríete de Urgencias y sus steadys. No sé lo que pasará en el futuro. No sé si la cosa va a empeorar. La serie tiene componentes estupendos. Tiene una pareja de ex maridos que siempre da juego. Hay una relación de profunda amistad entre los dos guionistas. Hay una soltera de muy buen ver que seguramente le robará el corazón al divorciado. Hay un tremendo malvado al que seguramente veremos humillarse. Y lo más importante de todo, es muy graciosa. Pero ya les digo que me da igual lo que pase, yo con esos primeros diez minutos tuve de sobra. Supongo que es el mejor principio de la historia de las series.
Studio 60 la echa la NBC y ha perdido muchísimos espectadores desde el comienzo y baja en picado. Sólo tendrá una temporada pero eso sí, acabará.
Y no me extraña esta pérdida de público porque ¿A quién le gusta enfrentarse con la verdad? Si uno ve la tele para evadirse de los problemas ¿Le sentará bien que le digan qué clase de basura ve a diario y que le muestren de esa manera tan cruda el mecanismo interno de su pasatiempos favorito? Hay verdades que es mejor no saber.