Fue una noche larga pero aguanté hasta el final. Ayer, de 2 a 6 de la madrugada se entregaban los premios
Emmy de televisión en Los Ángeles. Este año habían terminado un montón de series y la cosa prometía. Ya saben, eso de justicia poética, de darle a cada cual lo que se merece y había ansiado durante tantos años. Fue así en parte. Pero es imposible hacer justicia cuando el nivel es tan alto.
Aquí los ganadores.
No soy una estudiosa de estos premios y tengo demasiada resaca de coca cola como para buscar en google así que seguramente meteré la pata... pero diría que fue el primer Emmy de
Kiefer Sutherland por
24, que se llevó también el premio gordo a mejor serie dramática. Yo la sigo por Antena3 y todavía estoy esperando ese giro que me permita entregarme apasionadamente. Pero sé que vendrá, porque Jack Bauer lo vale.
En comedia hubo tristezas y alegrías a partes iguales. La mejor serie de comedia fue
The office que no la he visto, pero desde ya puedo afirmar que es imposible que
Steve Karell supere al original
Ricky Gervais, que es el hombre más desternillante que ha dado la televisión desde
Dick van Dyke.
Me alegré muchísimo por
Jeremy Piven, ese secundario que durante el capítulo (de
El séquito) estás deseando que aparezca. Supongo que el hecho de que su personaje sea un chiflado gritón ayuda. Pero vamos, es absolutamente genial. Me he alegrado tanto que ni siquiera he pensado que él era el causante de que perdieran Jack de
Will & Grace y el padre de
Malcolm, dos personajes que jamás tendrán una oportunidad porque ambas series terminaron para siempre.
Pero de
Will & Grace ganó
Megan Mullally, que creo que era su segundo Emmy. Eso nos puso muy contentos.
No sé si se acuerdan de mi teoría del 50% (que es la misma de
Belén Rodríguez durante los grandes hermanos), cuando hay dos favoritos gana un tercero. Y eso pasó en varias categorías.
En actor de comedia había tantos favoritos que ganó el de siempre:
Monk. Oye, que me parece estupendo, es un actor cojonudo, pero es un poco pesado el tema ¿no? Yo soy de las que opina que hay que premiar a los actores de sitcoms. Y
Monk no lo es.
Esto pasó también con la actriz de comedia y miren que lo avisé. Estaban la
Kaczmarek y la
Messing, y ganó la histriónica de
Julia Louis-Dreyfus. Eso sí, estoy deseando ver su serie.
Y por desgracia también pasó con actriz dramática. ¿Como pudieron
Frances Conroy y
Allison Janney perder ante ¡
Mariska Hargitay de
Ley y orden!?

Se me ha quedado el cuerpo con ganas de ver
Elisabeth I, que se llevó todos los premios a miniserie posibles y la sitcom
Mi nombre es Earl, cuyo piloto acaparó todos los artísticos (guion, dirección). Sale
Jason Lee. Tiene una pinta estupenda.
No me gustan estos premios de televisión porque premian guiones determinados, la dirección de un capítulo... Si yo diera un premio de televisión lo haría a los guiones en general. A todos los guionistas, a todos los directores... claro que hay tantos. Qué desastre de propuesta. Olvídenla.
Bueno, vamos a lo importante... los cotilleos.
Esto...
Los ángeles de Charly. Dios. Como hacían un homenaje a Aaron Spelling se juntaron los tres ángeles.
Farrah Fawcett, Jacklyn Smith y Kate Jackson aparecieron mientras la platea entera intentaba cerrar la boca que se le había abierto del susto.
Kate jackson estaba bien, había envejecido como Dios manda, con su fealdad, su delgadez... pero con tanto maquillaje parecía un poco travesti. Farrah Fawcett estaba horrible, bueno, ya la habíamos visto unos años antes en aquellas fotos con cara de recién levantada y sin una gota de maquillaje. Aquella aparición levantó la polémica porque a nadie le gusta ver a una sex simbol en su momento de decadencia. Pero es que esta vez iba maquillada y peinada, y seguía estando horrible. Mientras que sus dos compañeras hablaban del homenajeado, Farrah se tocaba las manos y miraba de arriba a abajo a Jaklyn Smith segurmanete maldiciéndose por no haberle pedido el teléfono de su cirujano. Porque Jaklyn estaba arrolladora. Parecía que acababa de salir del plató de
Los ángeles de Charly. Esa mujer invirtió todo su dinero en hilos de oro y en los mejores tratamientos de belleza de La mer, de Estee lauder y del mismísmo Belcebú.
Pobres las otras dos, qué desastre puede hacer un bisturí mezclado con un miedo atroz a la vejez.

No entiendo por qué la gente no sigue los pasos de
Hellen Mirren que estaba deliciosa con un vestido blanco inmaculado y con todas las arrugas en su sitio.

El resto de mujeres nada destacable, La
Longoria horrible,
Evangeline Lilly estaba guapa... El bellezón fue Hethear Locklear que para eso es una estrella exclusivamente televisiva. Y Alexis Carrington estaba estupenda como siempre, claro... con esos novios tan jóvenes que se busca. Heidi Klum estaba para mojar pan, pero la cabrona es modelo y no cuenta.

Pero de todos el más llamativo, el más estrafalario fue...
Barry Manilow ¡qué espanto por Dios! Su cara era como la de Doña Rogelia con implante de pómulos. Llevaba unas hombreras que ni yo a los 17. Pero qué feliz estaba con su Emmy.

Conclusiones:
1) No hay nadie más cómico en USA que
Jon Stewart y su troupe.

2) Los actores tienen glamour pero los que están detrás de las cámaras ¡son de un hortera! En Hollywood sin un estilista estás perdido.
3) Es necesario abrir una web pidiendo que estos eventos se den con media hora de diferencia para que les de tiempo a poner subtítulos porque es insufrible escuchar a esos traductores infernales. Es imposible pillar el chiste sobre la marcha por más inglés que uno sepa. Y si se ponen a titubear intentando traducir ya no pillamos nada más.