10 agosto 2012

Community


No sé por qué razón hubo un día en que odié Community. Vi el piloto, me pareció exagerado, artificial y fue un no rotundo. Tan rotundo que pasaron 3 años hasta que volví al capítulo dos. Supongo que volví por la sequía veraniega, y porque le creí a mi novio cuando me contó que en comunidades bastante fiables se hablaba de un in crescendo notable.

Así que se hizo con las 3 temporadas y nos pusimos a verla. Cuando pasa eso, cuando te pegas un atracón de serie, es decir, 72 capítulos en dos semanas, tu vida cambia por completo. La cosa es que pudimos parar, pudimos estirarla en el tiempo, repartirla entre agosto y septiembre, y nos lo planteábamos cada día, unos segundos antes de darle al play. Y no, porque cuando una serie te entra, te entra hasta las entrañas. Y todo es maravilloso hasta que se acaba, y entonces te quieres morir porque cuando Community se va, tu vida sigue en Madrid pero tu corazón se queda en Greendale.


Community es una sitcom de 22 minutos creada por Dan Harmon y su piloto, como el de casi todas, cumple sin más. Nos presenta a los personajes, y creo que a mí me tiró para atrás por la cantidad de referencias cinéfilas que soltaban casi todos. No me gusta cuando se ve al creador en boca de cada personaje (como pasa en Girls). Además, de todos los secundarios posibles (que son infinitos), en el piloto sale el que menos me gusta, el profesor de Antropología, un tipo que no me hace ninguna gracia. Así que ante un piloto que me dio igual y con tanta serie que ver, hace 3 años tiré la toalla, aunque la presencia de Chevy Chase fuera un aliciente muy tocho.

La cosa es que en esas referencias está el quid de la cuestión. El piloto nos cuenta que aquí el leit motiv es y será siempre el "Club de los cinco" y vaya si lo es. Porque la serie toca el cielo en lo esencial: cuando los personajes están reunidos en la sala de estudio, Community es brillante.

La primera temporada cuaja enseguida, y cada capítulo va a más. Es imposible no hacerlo con la presencia de Ken Joang, el profesor de Español, que en el capítulo dos da el pistoletazo de salida para llevarnos a un universo cada día más absurdo. Un universo que no puede tener otra mascota que no sea el "Ser humano" perpetrado por Pierce y el decano.


Pero aunque la disfrutaba, a mí había una cosa que me mosqueaba bastante. La chica, la de la tensión sexual oficial, Britta, no tenía el sex appeal necesario para tenernos ahí pegados. No era Robin Sparkles. Era graciosa, pero tenía la cara como muy operada, su rubio no parecía natural, y la química con el bombón de Joel Mchale era nula. Era como muy artificial, muy metida con calzador. Y no hablo de belleza que con Pam y Jim en The office quedó claro que podemos babear con una pareja que no sea lo suficientemente mona. Hablo de carisma.

Así que mientras mi corazón y mi razón se debatían entre interesarse o no por los pormenores de esta pareja, Dan Harmon tomó la decisión de cargarse de un plumazo la tensión sexual, nada de amor, nada de parejas, nada de fondo, aquí a lo sumo vamos a preocuparnos por si llegamos a tiempo a la cafetería para tomarnos la ración de pollo frito. Y así la serie empezó a crecer y crecer, haciendo de lo referencial su identidad. Para conseguirlo necesitaba de un paladín y ese iba a ser Abed, un estudiante con Asperger, que sólo logra habilidades sociales cuando se pone en la piel de un personaje de ficción. Así que Dan Harmon, como buen cuarentón friki, juega a ser dios haciendo en cada capítulo el homenaje que merece toda esa ficción que lleva en el alma. Y todo esto pudo hacerlo porque la serie nunca fue un Friends, al no ser una bomba de rating, uno puede hacer creativamente lo que le de la real gana.


Los personajes son 7, son muchísimos y completamente distintos. Jóvenes, viejos, negros, blancos y todos han tenido que volver a estudiar porque por alguna traumática razón han visto interrumpida su formación universitaria. Es gracioso que un tipo de 40 años que está de vuelta de todo estudie en la universidad, pero lo es más que sea el mejor amigo de uno de 18. Así que aquí hay mucho de nostalgia ochentera: "Esta gente ha crecido en los ochenta, todavía usa el teléfono para llamar" dice Troy en un capítulo en el que Britta pide que escondan su móvil para no quedar con su ex. Y es mucho más eficaz cuando no lo hace de manera desenfrenada como en el horrible capítulo del videojuego en que los personajes son figuras de 8 bits.

Seguramente mis capítulos favoritos son el homenaje a Goodfellas, el de los zombies, el del paintball, por supuesto el de las 7 líneas temporales y más que todos, el del bolígrafo desaparecido. Mi ojito derecho es Annie, pero muero de amor por Jeff y si mañana me pide que lo deje todo, me voy corriendo (Mi novio me ha dado el visto bueno y dice que lo comprende).


La temporada dos me parece la mejor y con la tres lo pasé bastante mal. Y hay una razón, la misma que tuvo Chevy Chase para empezar su guerra particular contra Harmon. Resulta que como casi siempre, la gran estrella tiene problemas artísticos con el autor. La verdad es que Chevy Chase nunca había hecho nada lo suficientemente profundo como para criticar Community, pero lo hizo, se metió con Dan Harmon y tachó la serie de mediocre. Y yo, que la adoro, siento que el actor no se equivoca demasiado. Noté cada capricho de autor, y cuando esto pasa, lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva.

El problema vino cuando Harmon se volvió loco y se convirtió en un tirano del todo vale. Los capítulos se volvieron autorreferenciales y de pronto estábamos otra vez ante un capítulo de guerra de paintball (aunque sea un capítulo cojonudo, desprestigia al primero y parece que en realidad te has quedado sin ideas), en otro de animación, en otro de tienda de mantas...

También creo que la cosa empezó a ir mal cuando salieron de la escuela. De pronto alguien decidió que estar todo el tiempo en casa de Abed sería más divertido. 


Supongo que fue a mitad de la tercera cuando el bajón fue notorio. Y tocó fondo con el horrendo capítulo del videojuego de 8 bits, que encima en USA se emitió justo antes del doble capítulo final de temporada. Yo, mientras lo veía, me imaginaba a los pobres actores diciendo esas frases tan estúpidas en la lectura del guión y resoplando en voz alta y mirándose los unos a los otros con vergüenza. No sé en qué momento la serie perdió medio millón de espectadores y cuando esto pasa hay que cortar cabezas. 

Chase, creo que muy sabiamente, hizo todo esto público. Si estás haciendo una serie que se hunde, mejor deja clara tu postura para que no se te considere un loser, así que supongo que no le habrá molestado nada que Harmon sacara a la luz un mensaje telefónico en el que Chase lo ponía a caldo, con todos los insultos posibles pero dichos de manera elegante y sin perder la compostura. Harmon, anteriormente había soltado un speech contra Chase delante de todo el equipo en una fiesta fin de rodaje en la que por desgracia para él, casualmente estaban presentes la mujer y el hijo del actor. La razón del cabreo de Harmon era que que Chase había abandonado el set durante el rodaje del último capítulo  porque la escena no le parecía nada divertida.


La cosa es que después de varios rumores sobre la presencia o no de Chevy Chase en la cuarta temporada, al final han despedido a Dan Harmon (seguirá en la serie, pero ya no será el responsable) que será sustituido por David Guarascio y Moses Port (Happy Endings y Aliens in America). 

NBC ha anunciado que el estilo será el mismo pero no seamos soñadores, en realidad nadie está interesado por Community porque nunca fue una bomba. Y ya se sabe lo que pasa con estas series, las mueven al viernes y que sea lo que dios quiera. Pero quedémonos con lo bueno, no la han cancelado (porque querían conseguir los ansiados 100 capítulos para la sindicación) y nos regalan 13 más. 

A veces hay que cambiarlo todo para que todo siga igual. Y yo espero que la serie vuelva a su origen. Aunque me conformo con ver a todos los personajes en la sala de estudio aunque se miren y no digan nada. Bueno, que entre el decano con su disfraz y ya. Podría ser feliz con 13 capítulos así, pero ansío que vuelva la magia. Y por dios, que sea con Pierce Hawthorne, porque sin su maldad enternecedora, esta serie no sería la misma.