28 junio 2007

Cine español

En muchos blogs ha habido ayer un debate sobre el problema del cine español a raiz de la encuesta que dice que a los españoles en general no nos gusta nada. Nadie parece saber qué provoca la crisis. Hay todo tipo de respuestas, el papel de las televisiones en la compra de derechos, de todos los intermediarios que hay entre el autor y el espectador, la incultura audiovisual del público que va al cine, etc...

A mí me parece que el cine español necesita cambios. No sé qué puede hacerlo mejor, pero sé lo que le sobra. Necesita ser menos cine de autor. Se necesitan menos directores haciendo de guionistas y claro, más guionistas que escriban para otros.

Se necesitan historias buenas. Pero para rodar historias buenas además de personas que las escriban se necesitan personas que las sepan leer. Se necesitan productores que sean artistas, que se impliquen en la película como un autor. Que sean capaces de encontrar los problemas en el guión y que le digan al director que será otra persona la encargada de arreglarlo, y que el director lo acepte. En tantas películas se nota tantísimo el capricho del autor. Y uno se pregunta ¿Es que nadie se ha dado cuenta de este fallo?

Que las películas no se distribuyan, que se produzca poco, que no tengan espacio en los cines, es una mierda, pero yo entraría en ese debate si estuviera solucionado el tema de la calidad.

Ayer decían en la Ser que El laberinto del Fauno había funcionado porque estaba bien producida. Y que es impensable estrenar una peli como esa por semana. El laberinto del Fauno funcionó por muchas cosas, por todas en realidad, porque tuvo una publicidad cojonuda, porque estaba bien producida, pero es que además era una película buena, fácil de llegar. Se pueden decir muchas cosas de su guión, pero no se le puede negar a Guillermo del Toro su gran talento como narrador. Si una historia está bien contada tiene ganada más de la mitad de la carrera.




Las pelis españolas no son creíbles, y eso es un problema de muchas cosas. Si los actores no están bien dirigidos y sus frases no son naturales no te crees nada. En general es un cine frío, porque reniega de la fórmula americana. Quiere salirse de lo normal, y se vuelve anodino. No emociona.

Hay cosas estupendas, como La noche de los Girasoles. Pero seamos sensatos y malévolos, comparémosla con Fargo. La diferencia fundamental es que una es eficaz y la otra te remueve. La cosa es que si La noche de los Girasoles estuviera dirigida por cualquier mindundi americano, y sus protas fueran Angelina Jolie y Steve Buscemi, la tacharíamos de mediocre. Y no me digan que no.

Ya está bien de cine de autor, de ladrones, de yonquis y de putas. ¿Por qué está tan mal visto el cine entretenido? ¿Por qué los productores deshechan por principios una comedia clásica? ¿Una peli de género? ¿No puede haber un equilibrio? Lo sé porque lo vivo cada día. Muevo guiones y los dramas costumbristas reciben muchas más alabanzas que las comedias, que siempre son tratadas de entretenimiento instrascendente.

Lo malo del cine español es eso, que pretende trascender, de lo que no se enteran, es que generalmente, antes de salir de la sala ya se nos ha olvidado la película.

25 junio 2007

The Office

En el año 2001 Ricky Gervais revolucionó la manera de hacer televisión introduciendo en la ficción el concepto de telerealidad.

La diferencia con los falsos documentales hechos hasta el momento, los de Cristopher Guest por ejemplo, era que en estos se mostraba cómo personas completamente normales vivían situaciones extraordinarias, ya sea recorriendo el país para asistir a una competición canina o ensayando para representar un musical. El desafío de Ricky Gervais estaba en mostrar lo esencial. El día a día. Lo ordinario. Lo real.

Para esto se inventó una fábrica de papel en las afueras de Londres y allí metió a sus personajes. Un jefe chabacano, David Brent, machista, racista y fanfarrón, que se cree gracioso pero al que sólo le ríe las gracias su ayudante, el lameculos más feo y desgarbado que podamos imaginar. El resto de los empleados lo conforman un desmotivado aunque encantador vendedor y una recepcionista desilusionada, eterna prometida de un paleto que nunca se casará con ella.

La estrategia es mostrar el contraste entre lo que hacen los personajes y lo que dicen a cámara mediante una serie de entrevistas personales. La genialidad de Gervais, como actor y como director, es la manera en que se relaciona con la cámara, la manera en que busca la comprensión del espectador pero que genera el efecto contrario, porque nos mira buscando empatía mientras hace cosas que nos producen rechazo. Y pone esa media sonrisa... que a mí particularmente me mata. Miren.



En esta escena David Brent está intentando que sus empleados rellenen un cuestionario así que habla con la recepcionista, e intenta que ésta le nombre a él como "persona más influyente en su vida". Ella primero nombra personas como su madre, su padre, su amiga... pero él la va reconduciendo para que la única respuesta posible sea su nombre.



The office ganó un Globo de oro y docenas de premios en Inglaterra. Solo hay 14 capítulos, pero los fans de Gervais pueden seguirlo en Extras. Por supuesto, no se puede ver doblada, por fin han aparecido los subtítulos de la versión inglesa.

Primera temporada.
Segunda temporada.

En 2005 la serie cruzó el charco con Ricky Gervais como guionista y productor ejecutivo, su papel lo interpretaría Steve Carrell, que ahora se llamaría Michael Scott y rodarían en Pennsylvania solamente 6 capítulos para la primera temporada. La segunda fueron 22 y ya va por la cuarta.



La primera vez que vi The office versión americana la vi doblada. La quité enseguida, es un doblaje horrible sobretodo por la voz de Michael. Hace menos de una semana empecé a verla en inglés y voy a una media de 4 capítulos por día, un vicio. El espíritu es el mismo, los guiones están perfectamente adaptados, pero hay diferencias.

Por un lado el personaje principal. Al principio me chocaba. Acostumbrada a Ricky Gervais, ver a Steve Carrell me tiraba para atrás, sencillamente porque me daba pena. David Brent era un hijo de puta, lo odiaba, era tan estúpido, que no me importaba nada si los empleados lo criticaban a sus espaldas o pasaban de invitarlo a fiestas. David Brent era odioso pero Michael Scott no. Durante los dos primeros capítulos sentí tristeza y no podía disfrutar de la comedia con esa sensación en el cuerpo. Pero luego entré en el juego y descubrí que en esa dicotomía estaba el encanto de Michael Scott y entonces me di cuenta de que estaba viendo una serie americana, y que ahora el alma de la serie eran los personajes.

Además, la nueva versión tiene muchos más gags visuales. Tiene escenas desternillantes como la partida de baloncesto o el combate de karate. Y en cuanto a los guiones, hay menos humor inglés, menos chiste sexual, más edulcorado ya saben. Yo lo prefiero.

En cuanto a actores, no hay una gran diferencia. Hay razones para quedarte con unos y con otros. Mi favorito siempre será Gervais, y no sabría elegir entre Mackenzie Crook o Rainn Wilson, pero adoro a toda la plantilla americana. Soy totalmente fan de Jim (John Krasinski) y creo que la serie ha ganado con el cambio en el personaje de Pam (Jenna Fischer), que en la inglesa era demasiado borde. La tensión sexual entre Pam y Jim es una de las razones principales de mi adicción. Pero el que me resulta brillante es B.J. Novak, que hace que Ryan, el trabajadador de contrato temporal, no se ría jamás.

Éste es uno de mis capítulos favoritos. Michael y sus empleados juegan al baloncesto contra los del almacén, entre ellos está el prometido de Pam. Michael elige a su equipo según su particular instinto, así que pone de Pivot al único negro de la plantilla, a pesar de que muchos otros le aseguran que son buenísmos jugando. Los que pierdan, tendrán que trabajar el sábado. Disfrútenlo.




Actualización:

Uno sabe que se ha convertido en un fanático cuando se pone a buscar cosas como éstas. Es un making off que hizo Jenna Fischer, del episodio de la segunda temporada Booze Cruise. Casualmente lo vi anoche y pensé que seguramente después del baile de Steve Carrell todo el equipo se habría descojonado. Aquí está la respuesta.

21 junio 2007

Bomberos y tejanos

Siento haber estado tan alejada del blog, pero desde que Lost se fue, mi relación con la televisión se ha vuelto apática. Me he hecho fan del Internado, ya ven.

Anoche empezamos a ver un par de series nuevas, por aquello de seguir adelante porque el show must gon on, así que pusimos Rescue me que es una serie de bomberos que va por la 4º temporada en USA y Friday night lights que es una serie de jugadores de football americano. Bien. Cuando mi novio intenta engancharme a una serie tiene dos opciones o hablarme de sus protas "esta es la nueva de Courtney Cox", con eso sabe que me tiene ganada, o me dice esto "dicen que es buena". Y yo le creo ¿por qué iba a mentirme? Por ejemplo cuando intentó engancharme a Bones no me dijo eso, por lo tanto creo que cuando lo dice es porque realmente tiene referencias.




Cuando una serie de bomberos empieza, lo pasas mal. Deseas que te enganche rápido para no soportar el tedio de los primeros minutos, que no todos los pilotos son como el de Studio 60. Algunos se hacen esperar. Pero cuando el prota empieza a hablar con un fantasma, su primo, un bombero que murió el 11 de septiembre, te recolocas en el sofá, coges el mando, pones pausa y preguntas que quién dice que es buena.

Porque claro, no es lo mismo que lo digan fanáticos de Lost en pleno mono, a que lo diga un crítico del Times. Yo no es que sea muy paciente, pero he visto muchas series, he visto muchos pilotos y segundos capítulos y hasta cinco antes de tirar la toalla. Pero me parece que hacer un esfuerzo para ver la televisión no es bueno. Cuando algo no te va, no te va. Seguramente le daré otra oportunidad, ya veré. Anoche no estaba yo para fantasmas graciosetes.

La otra era la del football. También me dijo que era buena y la verdad es que lo era. Pero mareaba. Tiene un rollo documental, con una cámara que no se queda quieta. Mi novio me avisó porque conoce mi fobia al tembleque. Me dijo: "dicen que son los primeros dos capítulos". Yo la vi, me gustó, y le doy exactamente dos oportunidades más, o se dejan de mover o paso.



Y no se crean que soy una tiquismiquis, que yo veo 24. Pero esto es otro tipo de movimiento, es como el de Tony Scott, como el de Katherine Bigelow, pero constante, en todos los planos. No me entra en la cabeza que gente de 13 a 20 años quiera ver la tele así. Eso es mentira. Disfrutarían igual de la serie con la cámara quieta. Una cosa es hacer una cámara en mano ¿vale? otra distinta es que parezca que el cámara se acaba de tomar un ácido.

La serie está bien porque va de un equipo de football de un instituto de Tejas, el entrenador es nuevo, acaba de llegar con su familia y la vida de todo el pueblo se mueve alrededor de esos partidos del viernes por la noche. Todas sus ilusiones se concentran en esos chicos que sueñan con hacerse famosos y llegar a jugar en la NFL. Los personajes prometen, el entrenador es un encanto, hay chicos guapos y chicas guapas. Y el tono indie ayuda.

Iba a hablar de The office pero lo dejo para mañana, que hay mucho que decir.

17 junio 2007

Atrapados en el internado

Siento repetirme, pero tengo que escribir esta entrada. Creo que en España jamás se había dado un caso como éste. Yo, al menos, nunca había estado enganchada de la manera en que lo estoy, a una serie que me parece horripilante.

El internado es mala con esmero y las razones se ven, cualquiera con dos dedos de frente puede enumerar sus fallos. Está mal escrita, mal pensada, mal diseñada. Pero es hipnótica. No puedes dejar de verla. No puedes cambiar de canal sin antes poner a grabar. Y si durara 3 horas ahí estarías tú con los ojos abiertos como platos. Y esto lo creo porque después de 4 semanas, me he dado cuenta de que no solo me pasa a mí, sino a mucha gente. En este momento soy incapaz de afirmar si todo ese 23% de share que ve la serie lo hace de la misma manera en que la veo yo. Vamos, estoy segura de que no. Habrá gente que la disfrute de verdad. Pero si fuera así, si al menos un pequeño porcentaje de los espectadores la estuvieran siguiendo como si fuera una comedia, estaríamos siendo partícipes de la creación de un nuevo concepto de serie, válido como cualquier otro: La sitcom involuntaria.



Cuando la serie empieza, suponemos que a principio de curso, en septiembre, y los alumnos se despiden de sus padres para meterse dentro del Internado, oímos todo el rato sentencias amenazantes desde un altavoz que nos avisan que si algún alumno intenta salir, que si no hace los deberes, que si no mantiene limpia su habitación, será castigado limpiando las cuadras. Los alumnos repiten divertidos las palabras del altavoz lo que nos hace pensar que efectivamente en ese internado lo de la cuadra es una constante, que hay mano dura y que no será fácil escaparse. Pero qué va. Es super sencillo. El portal siempre está abierto. Las crías de párbulos salen del internado de tarde o de madrugada. Es tan escandaloso este punto que a partir de aquí la veda de lo ridículo está completamente levantada.

Otra de las infamias de la serie es el número de estudiantes. Entiendo que hay poco presupuesto. Pero no pueden salir solamente 6 adolescentes y 2 crías. Es totalmente necesario, para la credibilidad de algo como esto, que salga algún alumno entre los 6 y los 16 años. Aunque sea uno distintno cada día, que pase por allí y que diga algo. ¿Cuánto será? ¿200 euros más por semana? ¿300? ¿600?

Pero lo que hace que todo esto sea tan absurdo, lo que hace que nos riamos, y que no podamos quitar los ojos de la pantalla ni para ir a hacer pis, es el asunto de la investigación del misterio. Les pongo un ejemplo para que entiendan por qué estamos tan enganchados.

Resulta que el gallego encuentra una libreta con dibujos que lleva 30 años escondida debajo de unas tejas en el techo del ático (no creo que jamás expliquen qué hacían ahí, porque seguro que no sabrían como hacerlo). Que los papeles estén blancos como la nieve, tampoco importa mucho, nos lo creemos. En esos dibujos sale un pozo y una inscripción: "La puerta".

Estos chicos quieren investigar la desaparición de 5 niños, ex alumnos del internado. No hay nada, ningún lazo familiar, ningún lazo de amistad, nada, que justifique que quieran meterse en ese berengenal a investigar, pero vamos a creérnoslo también. Se aburren, son aventureros y quieren investigar un misterio. Sin motivación alguna, perfecto. El hecho de que un profesor haya desaparecido tampoco es suficiente, que hubiera una amistad entre éste y una de las alumnas está tan cogido por los pelos que no es motivación ni es nada.

La cubana se mete en el pozo con el gallego para entrar por "la puerta" e investigar. Una vez que están dentro del pozo ven la dichosa puerta, empiezan a darle patadas para abrirla, en ese momento un desconocido se asoma y tira la cuerda que les permitirá salir. Los deja en el pozo abandonados. Los chicos gritan pidiendo auxilio. En ese momento les entra el pánico y se sientan en el agua fría, empiezan a tiritar y a quejarse del frío. Hablan de morir congelados. Hablan de temblar, de no haber traído el abrigo suficiente, del frío que les está carcomiendo los huesos (la chica lleva la minifalda del uniforme), hablan de todo eso y se olvidan de que allí hay una puerta que empujar. Ya no intentan abrir ninguna puerta y no hacen más que quejarse y tiritar. Luego se besan claro.



En el momento del beso el novio de la chica, Iván, se asoma. Aún así los ayuda a salir. La cubana se va a su cuarto, ya es de noche, son las 11. Nada más entrar en su cuarto ve un email. El periodista que investiga el misterio le dice "a las 11 en el cementerio". La chica mira el reloj y sale pitando. Sí, la misma que se quejaba de morir congelada y que acababa de salir del pozo, se va corriendo al cementerio. Sola.

En el cementerio, un hombre manco de pupilas inquietas, primero le tapa la boca con el brazo metálico y después la saluda, por aquello de asustar. Luego le pide pruebas del asesinato de los 5 niños. Pruebas para demostrar que en ese internado suceden cosas realmente terribles.

Al día siguiente la cubana decide volver al pozo. Ahora parece que sí que empujará la puerta. La acompaña Iván. El gallego que dijo que se apeaba, que ya no investigaría más, aparece también. Los dos chicos, juntos, empujan la puerta, pero entonces Iván se hace una herida, se enfada y se pira. Luego se va a que la Torné, que es su madre, aunque él no lo sabe, lo cure.

Mientras, el gallego y la cubana siguen intentando abrir la puerta. Logran pasar a través de ella. Musiquita de terror, caras asustadas, álguien los sigue. ¡sorpresa! es Iván con sus amigos. La cubana le pregunta "Y tú que haces aquí?" (pero si acababa de estar ahí ayudándola ¿de qué se sorprende?). Siguen andando por los oscuros pasadizos cuando vuelven a notar que álguien los sigue. Música de terror, caras asustadas, travellings y sorpresa, es la hija de Lolita. ¿Creíais que os iba a dejar solos en esto? Abrazos y besos.

Siguen andando como los Goonies y entran en una habitación en la que hay, atención, un proyector de cine que está pasando una película de los 5 niños desaparecidos. Los niños grabados están en esa misma habitación. Se ve como álguien los mata. Los jóvenes comprueban que los niños han muerto en ese preciso lugar, donde se encuentran ellos en ese momento. Justo entonces la puerta de detrás se cierra ¡¡¡Álguien los ha encerrado!!! Gritos. Pocos segundos después el gallego abre la puerta, ya no está cerrada. Dice "no hay nadie" y salen de allí pitando. En cuanto llegan a la puerta del pozo, el gallego dice "yo no salgo, voy a volver a por la película, que es la prueba que necesitamos".

Al gallego le va la marcha. Los chicos salen del pozo y en ese momento aparece por allí el manco, que para mí que lo hicieron manco para que no pudiera bajar al pozo a hacer el trabajo sucio él mismo. La cubana le cuenta todo lo que acaban de ver abajo y el manco pide la prueba, que donde está. En ese momento el gallego sube con la cinta. Se la da. Es un héroe. Los chicos son felices. Se van a dormir que se lo merecen. Al manco lo matan.

No me digan que no es una comedia en toda regla. Todo lo que pasa, todas las situaciones son tan absurdas, que te hacen reir. Y nada de esto sería tan eficaz si no estuviera planteado de una manera tan seria.

A la niña la abdujeron, yo creo que unos extraterrestres. Habrá que esperar. Esto es más divertido que ver Lost.

No se pierdan este blog, que me ha prometido una entrada del Internado. Sino está hoy estará mañana. Él les ampliará el tema centrándose en la niña que es uno de los personajes más divertidos de la historia de la comedia española.

06 junio 2007

Factor Z

Después de 3 temporadas, los creadores de Operación triunfo descubrieron que quizás los conflictos internos entre jurado y concursante eran más interesantes que los propios concursantes. Se dieron cuenta de que si Noemí Galera le decía a Idaira que era la peor cantante que había pasado por el concurso, el público disfrutaba. Supongo que investigando comprobaron que esto en el American Idol estaba a la orden del día, pero yo juraría que les salió de casualidad.

Al año siguiente no se lo pensaron. Risto Mejide iba a ser el lado oscuro de Noemí Galera, iba a ser nuestra propia voz, la de un público harto de cursiladas, canciones de mierda, estilismos horteras y coreografías ridículas. Risto se hizo una estrella, tanto que hasta salió de invitado en Los serrano. Ahora nadie se acuerda de Risto Mejide, él sí que ha sido un producto y ha caducado. Y aunque repita en otra edición del concurso, la novedad ya ha pasado.

Factor X apareció después. Sabían exactamente que un jurado era fundamental, así que el primer casting fue para elegirlo. Y dieron en el clavo. No hay nadie, ni uno de los concursantes que supere en carisma a cualquiera de los 3 miembros del jurado. Está el hortera, la elegante y el moderno.




El hortera es Jorge Flo, un ser anodino que entiende de música tanto como yo de ingeniería nuclear. Pero debe estar ahí, su papel es fundamental.

La elegante es Eva Perales, una mujer radiante de inteligente verbosidad y un gusto musical tirando a clásico.

Y luego está Micky Puig que es el modernete. Que se pone sus converse rosas para enseñarlas a la cámara y se dedica a elegirles a sus chicos canciones clásicas para demostrar su inmensa cultura musical.

Los 3 son un todo indivisible. Me encantan.

El programa empezó con los casting y aquí, como siempre, llegaron a la cima. Porque nada puede ser más divertido que ver a la gente haciendo el ridículo. Encima el jurado se mofaba de ellos. Mientras el concursante hacía la prueba, nos mostraban las reacciones de los 3 miembros del jurado que intentaban enfatizar las caras de asombro y cuando terminaba de cantar lo ponían a parir.

Si intentas reunir a un gran número de freaks, pues está claro que un día te vas a encontrar con frases como "¿Puedo dirigirme al jurado? ¿les puedo partir la boca? Sois imbéciles, ¡porque destruyen sueños!", que es mi favorita.

Y si tienes suerte te chocarás de frente con la canción del verano y arruinarás la vida de una pobre mujer que no es más que la versión anglosajona de Tamara Seisdedos.

Pero todo esto se acaba. Y empieza lo serio. Y lo serio es lo de siempre. Cursiladas, canciones de mierda, estilismos horteras y coreografías ridículas.

Pero hay diferencia. Porque Operación Triunfo se revuelca en el fango. Y eso quieran que no es mucho más atractivo. No se esconde, no disimula y saca a la superficie toda la porquería. En Operación Triunfo puedes ver a álguien cantando una balada de Camilo Sesto, con un traje largo lleno de lentejuelas, puedes ver a 30 bailarines detrás, y sentir desde casa el olor a rancio, sí. Pero tiene su gracia. Tiene su sentido. Ver Operación triunfo te marea, pero lo disfrutas. Porque la canción de Camilo Sesto suena de puta madre, porque los 30 bailarines que hay detrás se mueven de puta madre, porque sus coreografías estrafalarias te hacen reír, porque el vestido de la chica es excesivo y todo eso junto te divierte.

Factor X es la versión minimalista de OT. Y esto no tiene gracia. ¿Qué significan esas chicas vestidas de negro? Que ya les han puesto nombre, se llaman las eXgirls. Son monas, pero para el primer programa. Yo pensé, bueno, en el segundo las pintarán de verde o les dibujarán alguna flor.

Yo puedo soportar a un cantante solo en un escenario pero no cantando a Mike Olfield, no tengo tanto estómago. No pega nada minimalismo con música de mierda. No se llevan bien, una cosa tiene que equilibrar a la otra.

Que hay canciones joder, que hay un montón de música, pero es que encima estos van de alternativos. Pues venga, que no cuesta nada, id a por todas. Tienes ahí a una Pink ¡no la hagas cantar una canción de anuncio de compresas joder!

Y los grupos! bueno... es el colmo... no hay ni un juego de voces. Esas chicas, las Ladys, no me creo que juntas no hayan podido hacer ni una armonía. Bangles, pero a quien se le ocurre. Hasta yo canto a Bangles. Ellas sí que tenían que haber tirado hacia el swing.

Bueno, pero esto es lo de menos. Porque las canciones parecen karaoke, los arreglos son horrorosos y todo suena como el culo. Y las coreografías son un quiero y no puedo. O metes a 30 bailarines o quitas a las chicas pintadas, que dan pena. No hay show ni hay nada.

Al menos en Operación triunfo tenemos algo que criticar, tenemos mil cosas de las que reirnos. Yo prefiero el exceso de caspa, que al menos no es gris.