23 octubre 2006

La culpa

La culpa no es que sea mala, es que es espantosa.

Yo quiero dejar claro que no tengo ninguna necesidad de poner a parir películas por escribir una frase más o menos graciosa. Yo digo lo que veo. ¿Que soy dura? sí, vale, pero no se trata de venganza. Se trata de justicia.

Y no tengo ningún problema en tirar por la borda el esfuerzo de todo un equipo en un par de líneas. Porque vale, yo puedo imaginar a 45 personas levantándose a las 6 de la madrugada para rodar una peli durante 4 semanas, pero la peli sigue siendo un espanto. Y me jode tratándose de quien se trata, que considero que ha hecho el mejor terror de la historia del género en España.

Pero el nivel de las películas para no dormir es cada vez peor y parecía imposible (aunque yo tengo todavía grandes esperanzas en Paco Plaza porque soy así de soñadora).

Se preguntarán como es que sigo con este pack, pues porque es una cuestión de principios. He dicho que las voy a criticar todas y lo voy a hacer aunque me cueste la cordura.




La culpa es una película que se ríe de sí misma pero sin querer. La cosa empieza bien porque estamos en los ochenta, la dirección artística y la fotografía parecen de película de Garci y las actrices son estupendas, nunca mejor dicho. Una doctora lesbiana (Nieve de Medina) contrata a una ayudante (Montse Mostaza) para que se vaya a vivir a su consulta, que también es su casa. Ésta es madre soltera de una niña que nada tiene que envidiar a Dakota Fanning a excepción de su enorme fortuna.

La niña que da mucho miedo porque es rubia y tiene dos trenzas de lo más aterradoras es bastante echada palante, o sea, que si hay una puerta ella la abre y si cree ver algo debajo de la cama ella se agacha (Tuvo suerte de no salir en otra entrega que yo me sé porque se le iba a acabar la tontería).

Entonces estamos en una casa de estas grandes, con patios internos, áticos polvorientos y una consulta médica totalmente equipada, con una lesbiana con ganas de ligar, una madre soltera de muy buen ver y una niña inquieta. Y por si eso fuera poco hay una puerta misteriosa pero con la llave por fuera. Y aquí yo me empiezo a mosquear porque las llaves nunca deberían estar en las cerraduras. A lo sumo en un cajón. La segunda vez que sale la puerta misteriosa, la ayudante, mosqueada claro, ve que se mueve el picaporte.

Como me he lanzado la voy a contar toda así que a partir de aquí cuidado. La ayudante intenta sonsacar a la doctora a ver si hay algo en la casa pero ésta dice que no. O miente o no sabe que tiene gente viviendo en la habitación de al lado.

La tercera vez que sale la dichosa puerta ¿quién pasa por ahí? Efectivamente, la cría. Entonces hace lo que todos los críos en esas situaciones. En cuanto ve moverse el picaporte pues entra, no vaya a ser que el fantasma o el monstruo salga corriendo.

Una vez dentro de la habitación extraña, la niña ve velas como para surtir a una urbanización en caso de apagón, todas en su candelabro. Esto le parece de lo más normal porque sigue adelante. Y entonces se encuentra una cama muy adoselada con una señora bastante mayor dentro. Para más inri aparece por detrás otra persona que toca a la niña. Claro que a nosotros, que hemos visto hace tiempo la cerradura, las velas y la vieja en la cama, esta última aparición no nos produce ni un temblor. Pero bueno, como intención es buena.

Hasta este momento la película nos está encantando pero nos empezamos a preguntar, más que nada porque estamos por el minuto 30 que de qué va.



A partir de este momento empieza a plantearse el tema de los abortos. La doctora parece que ejerce mucha influencia en sus pacientes. Es como si quisiera que las mujeres no tuvieran hijos.
Pero esto, que es bastante interesante, solo se intuye, no hay intención de contar tal cosa.

Hay un personaje misterioso llamado Cristina que por lo visto vivió allí y de la que la doctora estuvo enamorada.

Luego nos enteramos de que las que viven en la habitación misteriosa son las verdaderas dueñas del edificio, así que la mujer que tocó a la niña y la vieja, son simplemente vecinas. Eso no se sabe en su momento, así que la escena de la niña termina con una mano por detrás y hasta varias escenas después no nos cuentan quien la tocó.

La ayudante se queda embarazada y decide abortar básicamente porque lo dice el guión. La doctora la induce y además ella hace una llamada telefónica al supuesto padre que está pasando el fin de semana fuera, así que claro, como no coge el teléfono decide quitarse el niño de encima.
Normal.

Estamos en el minuto 45 y no sabemos de qué va la película. Pero llega el aborto y pasa algo inquietante. El feto desaparece. Pero para este momento ya estamos hartos de preguntarnos qué nos intentan contar y empezamos a ponernos nerviosos.

En este momento la niña sube al ático por primera vez. Y a partir de aquí subirán al ático no dos, ni tres, sino CINCO veces. Carcajadas y lágrimas me salían cada vez que álguien subía una escalera. La niña coge del ático una preciosa lata de galletas y la cuida como si fuera un juguete nuevo. Las dos mujeres mosqueadas por la desaparición del feto, y por las cosas raras que pasan en la casa (la basura por ejemplo aparece tirada en medio de la cocina) empiezan a sospechar que la niña lleva el feto de su hermanito en la lata.

Bueno... vamos a abreviar... la cosa es que muere gente. Una paciente que ha ido a abortar aparece muerta cuando la doctora se va a la cocina a preparar una manzanilla. La doctora no ha sido claro, y en la casa solo está la niña y el presunto feto asesino.

Una noche la doctora va hacia la cocina y se encuentra con el siguiente panorama, el cubo de la basura tirado y al mirar hacia los estantes ve -y vemos- que se mueven algunos recipientes.

En ese momento alguien la mata.

La ayudante ve a la muerta, va hacia el ático y allí está la niña. Y entre lágrimas y gritos, la madre confiesa que es la asesina, en realidad no lo dice, pero se entiende y claro, ni feto ni leches. Así que seguramente los botes de la cocina se habían movido porque algún ratón pasaba por allí.

Y todo, los actores, la dirección artística, la fotografía, la puesta en escena... no tiene ningún valor, cuando la historia no existe.

20 octubre 2006

Empachos de realidad

En otros tiempos la vida era perfecta. Yo me quejaba del verano sí, pero qué jugo dio. Exprimíamos las pocas horas de tele con temporadas enteras y así a lo tonto, en plan vamos a acabar con esta de la funeraria, tocamos el cielo.

Y a pesar de eso nos quejábamos, que a ver cuando llegaba Perdidos y cuando llegaba Verónica Mars... Pero claro ¿quién se iba a imaginar que con el otoño las cadenas se iban a volver locas e iban a hacer la temporada de telerealidad más intensa de la historia de la televisión en este país?

Porque yo me entrego con garra a un Gran Hermano, lo hago con orgullo y sin prejuicio. Y me entrego con garra a un OT, pero ¿a los dos a la vez? No es saludable. Pero eso es solo el principio. Está también Supermodelo 2006. Y yo tengo pesadillas en las que Elisabeth y Javi se van a tomar unas cañas y planean acabar con la humanidad.

Hay tres tipos de Gran Hermano, aquél en el que los malos se hacían pasar por buenos (Ismael y Patricia Ledesma), aquél en el que los buenos resultaron no serlo tanto (Juanjo, Fresita) y aquél en el que los buenos lo eran de verdad (Pepe, Sabrina).




Hay una característica general para los tres, a la vista del votante eran BUENAS PERSONAS. Está claro que en casa cada uno ve lo que quiere ver, se entrega tanto a un concursante que no le ve defectos, pero lo que está pasando en esta edición no tiene parangón, o el público está ciego, o el público es más malo que la peste o está cansado de Gran Hermano y quiere sangre en Guadalix.

El grupo de Javier formado por el sociópata de Dani Rubio, el lerdo de Dani López, la histérica (con trastorno bipolar) de Naiala, la víbora verborreica de Laura y el inclasificable Pulpillo ha demostrado no tener humanidad, ser egoístas, prepotentes, mentirosos, cagarse en sus compañeros... Pero por raro que parezca ganan.




Hablan en voz alta de sus estrategias. No ocultan su maldad, humillan, usan su inteligencia para desprestigiar a los demás, se burlan por detrás y por delante. Javier es tan cínico que seguramente esté desarrollando alguna patología esquizoide. No se puede ser así tantas horas al día y mantener el cerebro en buen estado.

Hay un grupo enorme de gente, capitaneado por Belén Esteban que ha visto algo en Naiala y ha decidido defenderla cueste lo que cueste. Gente que por raro que parezca acepta comportamientos misóginos, racistas, egoístas... ¿por qué? Porque algo ha cambiado. La gente quiere algo diferente. Y esta vez no es por ceguera o ignorancia porque aquí no hay engaño que valga.

Naiala y Laura son malas, pero malas a consciencia. Saben que son odiadas y entonces dan razones. ¿Dónde se ha visto? Ni en un cuento de Andersen. Pero lo de Naiala puede dar un giro. Porque ahora su grupo la desprecia, Javier la trata como el culo, Laura la insulta cada dos por tres y Dani López la está usando en un inusitado -y secreto- plan para ganar dinero. Si estos imbéciles convierten a Naiala en una mártir, nadie la quita del podio.

Pero bueno, queda una esperanza. Como Gema y Kiko eran los más problemáticos del grupo de los buenos, es posible que ahora las aguas vuelvan a su cauce y que empiece el concurso otra vez. ¿Lo bueno? Que los malos han festejado como locos anoche. Y eso solo puede llevar a una cosa: la caída será más dolorosa.

Pero esta tendencia maquiavélica cruza fronteras. En Supermodelo 2006 hay dos grupos clarísimos liderados por Elisabeth y Yasmin. Las dos de Tenerife y las dos jodidas. Yo soy del grupo de Yasmin, que es la más inteligente, la más guapa y la más chic y también soy fan de Mayte que creo que va a ganar. Que por cierto, la vi el otro día por la Gran Vía, iba toda vestida de negro, super gótica, era como una jirafa delgadísima y le llevaba una cabeza al novio ¡Era muy desagradable! Esa tía podía salir perfectamente en una peli de Tod Browning. Pero las top son así, en el mundo de los vivos asustan pero en la pasarela arrasan.

En el grupo de las malas está una despiadada Elisabeth que es tremendamente guapa pero con una Naomi estamos servidos y la cateta de María José que es algo asi como una mala pero sin querer. Es mala por ignorancia. No sabe hacer otra cosa que putear. Buena modelo sí que es, ojo.

Y luego está Malena que es bellísima pero que se metió en el grupo equivocado (¡cómo sale en las fotos esta chica por Dios!) Ella tuvo la culpa de que la buena de Graciela abandonara el concurso.

Lo que nos faltaba es que esto también sucediera en Operación Triunfo que se supone que es la cuna de los cándidos. Hay unas tías malas hasta decir basta que están de morros todo el día y se meten con los jovencitos. Son Encarna la sorda y Mercedes, la Chenoa salsera.
No se puede ir por la vida con esa mala leche. Y más cuando tenemos enfrente a personas sin ninguna maldad.


Porque si hay un santo en la Academia ese es Xavi, que bajó 20 kilos en dos meses y se tiñó de rubio. Un tío que a pesar de tener el sentido del ritmo anquilosado, de no saber ni caminar con gracia y de llevar siempre unos pantalones dos tallas más grandes para ocultar quién sabe cuanta flacidez, es capaz de subirse a un escenario ante millones de personas, se merece el cielo.

Pero bueno... como siempre parece que se quedarán los malos. Y esto no debería preocuparme. Pero me preocupa. Porque ayer un amigo dejó de ver Gran Hermano en el preciso momento en que Mercedes nombró a Kiko. Y eso a mí me jode. Porque me deja sin tertuliano. Y ya solo me queda este blog. Confío en Ra y en Manga, para que me acompañen en estos momentos tan tristes.

17 octubre 2006

Weeds

En otros tiempos existían dos tipos de series, las sitcoms y los dramas. Hasta que en el 97 David E. Kelley inventó la dramedia con la maravillosa Ally McBeal, una serie que en 45 minutos condensaba comedia esperpéntica, musical y encima le sobraba tiempo para atender alguna que otra trama jurídica.

Weeds es algo así como una sitdram. Es una serie de media hora en la que te ríes intensamente pero poco y siempre te emocionas.

Hay muchas razones para ver Weeds, pero sobre todo dos: Mary Louise Parker que renace de las cenizas con el personaje de su vida y la indescriptible Elisabeth Perkins.

Los créditos lo dejan todo claro, es un barrio residencial, con gente conservadora y aburrida donde todo el mundo ejerce su profesión sin molestar a nadie, hay 100 médicos iguales y 100 amas de casa iguales… y entre ellos Nancy (Mary Louise Parker) que se dedica a vender marihuana.



Nancy se ha quedado viuda y tiene dos hijos, uno adolescente y otro de 10 años que tiene problemas en el colegio por cosas como escribir un rap sobre como asesinar a sus compañeros.

Cada uno aguanta su vela como puede e intenta sobrellevar la ausencia de un hombre que los hacía profundamente felices.

Pero como en toda buena sitcom, la sal está en los alrededores. A Nancy la acompaña su vecina Celia (Elisabeth Perkins) que no es precisamente su amiga pero está siempre ahí. Celia es el House de las amas de casa, cínica, desgraciada y cruel... hasta con sus hijas, a la pequeña le cambia el chocolate por laxante porque está demasiado gorda.




La señora de la limpieza es una versión del mayordomo del príncipe de Bel Air pero en latina. Escupe mala leche en castellano y manda más que la propia dueña de casa.

El contable de Nancy es su mejor cliente. Se gasta su sueldo en hierba y forma, junto con el marido de Celia el equipo de fumetas más dicharachero del barrio.

Cuando parecía que estábamos todos, en el capítulo 5 de la primera temporada aparece para quedarse el cuñado de Nancy (Justin Kirk), que se podría decir que reune las características más desagradables (en el buen sentido) de todos esos personajes desagradables de la televisión. Es el típico personaje que llega y lo destroza todo, un descarriado. Pero es guapo y es lo que importa.

La guinda la pone la familia negra que provee a Nancy de la droga. Unas personas encantadoras mientras no se les deba dinero.

La gracia de la serie está en la dicotomía entre los estrambóticos personajes y el lugar donde están. Nancy es la única persona capaz de llegar a los sitios más apartados y oscuros de esa sociedad perfecta en la que cada ama de casa es una Bree Van de Camp y en la que cada marido es recto y fiel.


Hay un cruce -yo es que soy de buscar cruces- entre Doctor en Alaska y Las chicas Gilmore, por las situaciones extravagantes pero vamos, que es una serie de personajes, con diálogos perfectos, sutilmente medidos, con momentos divertidísimos (casi todos en off) y con unos actores fantásticos.

La echan en Canal plus pero no sé qué día. Esta web y yo tenemos serios problemas de entendimiento.

15 octubre 2006

Regreso a Moira

Con este título Mateo Gil pone su granito de arena al pack de películas para no dormir que tantas alegrías nos da.

Cuando nos encontramos con una peli como ésta creo que casi siempre nos hacemos la misma pregunta ¿Qué productor en sus cabales puede leer un guión así y decidir producirlo? Pero no es el caso. Aquí la pregunta es otra ¿Qué productor en sus cabales ha tenido los santos cojones de terminar de leer este guión? Porque miren que hay que tener paciencia ¿eh? Además que no haces otra cosa que pensar en eso durante la peli. Y aquí está el verdadero terror de esta entrega ¡¡¡Imaginas que te llega esto en 90 páginas!!! Y lo pasas mal.

La segunda pregunta que te viene a la cabeza es ¿Por qué Mateo Gil? Aunque en realidad la pregunta es ¿Por qué extraña unanimidad se ha decidido que Mateo Gil es un buen guionista? No creo que ser un coguionista convierta a álguien en buen guionista. Me explico. Cuando este señor escriba un guión cojonudo solito es posible que nos empecemos a plantear que lo es. Pero no ha sucedido.

Que este hombre ha escrito El Método, que es el ejemplo perfecto de como estropear una estupenda obra de teatro quitándole todo lo bueno y cambiándolo caprichosamente por novedades que no van a ninguna parte. Imaginen 12 hombres sin piedad con paradas para ir al baño. Sí, es así, salvando las infinitas distancias.

Que es el autor de Nadie conoce a nadie por Dios Santo.

Pero lo más importante de todo, es el guionista de Allanamiento de morada. Esto a mí me pone excesivamente nerviosa. Yo no entiendo por qué a la gente se le hace el culo pepsicola con este corto. Un amigo me lo recomendó y me quedé de piedra. Le dije a mi amigo "¿Has trabajado de vendedor alguna vez?", lo negó, entonces le conté que yo sí había trabajado de vendedora y que el guión del corto era exactamente igual al guión que nos daban en la editorial que hacía esas enciclopedias médicas valoradas en 200.000 pesetas y que teníamos que encasquetar a familias que no llegaban a fin de mes (yo aguanté 2 días haciéndolo porque aunque no lo parezca, tengo algo de humanidad y por aquella época más).

Pero lo que yo no entendía es donde estaba la propuesta de Mateo Gil. La venta es algo que todo el mundo conoce. Es así, cruel, cruda, despiadada. Mostrar un proceso de venta... tan normal, que la gente ve a diario... yo no entendía la gracia. Hubiera sido más interesante ver que esos vendedores necesitan el dinero tanto como esa mujer, y que tienen que luchar contra sus valores.

Pero bueno, reconozco que es algo personal y que las personas que nunca han vendido nada pueden encontrarlo original.

Al grano que me lío. Regreso a Moira cuenta la historia de Tomás (Jordi Dauder) un hombre de unos 60 años que tras la muerte de su esposa recibe una carta del Tarot que le hace volver a España para enfrentarse con su pasado. Durante el regreso recuerda su juventud en la que conoció a Moira (Natalia Millán) cuando ésta se acababa de mudar al pueblo. Tomás (Juan José Ballesta) tenía 16 años y fue a espiarla junto con sus amigos.




La película empieza con una imagen onírica y aquí el director saca su primera carta terrorífica. Porque claro, si estamos en una peli de terror y encima soñamos ¿como no vamos a sacar a un fantasma? pues eso, que sale el fantasma. Así que la cosa promete.

A partir de este momento pasado y presente se van a dar la mano en varias ocasiones. A veces metiendo el contraplano del yo futuro, y a veces metiendo ambos personajes en el mismo plano como hiciera John Sayles en Lone Star, cosa que queda estupenda cuando la usas siempre y no en una escena suelta.

La cosa es que este cambio de contraplano resulta TAN PESADO que la peli se hace lentísima. Tomás va hacia la casa de Moira, plano de Ballesta, plano de la casa, plano del viejo, plano de la casa, plano de Ballesta... En esta película caminan más que en El señor de los anillos.

Pasamos al tema tópicos que es algo así como interminable. El Tomás viejo se aloja en un hotel, recordemos que tiene una carta del tarot que quizás sea el aviso de la llegada de un espíritu así que sabemos que tiene libertad suficiente para ver todo tipo de apariciones, fantasmas, monstruos, vamos que tiene carta blanca. Entonces es bastante probable que cuando vaya al baño se encuentre con algo en la bañera no? Pues eso es lo que pasa, si es que te das cuenta a los 5 minutos de película de que los tópicos vienen a pares.

Se sube en un coche, y una no puede evitar ruborizarse, por Dios, que no esté el fantasma en el asiento trase... y está. Aquí ya es el desmadre. Y la cosa es que no te partes de risa, no, eso es lo peor. Con Balagueró me lo pasé pipa!!! pero aquí el tedio es tal que no te puedes ni reir!!!!



Estoy siendo dura?? Lo siento pero coño, yo también lo pasé fatal, que en esa hora y veinte (encima!!!) podría haber visto dos capítulos de Nip tuck o cuatro de Scrubs! Es más me lo hubiera pasado mucho mejor rellenando el impreso 130 del IRPF que tengo que entregar el lunes.

Con respecto al tiempo de la película... la segunda imagen terrorífica (la primera es en el minuto 1 recordemos) sale en el minuto 50! Que alguien por favor le explique a este chico lo que es el terror. Chicho podría haber hecho algo más que decidir el color de la portada del DVD que esto de hacer un remake castizo de Verano del 42 es estupendo pero para otro pack.

Con respecto al final... que alguien me lo explique, porque vamos, es la cosa más absurda que se ha visto en años. Piensen en todas las pelis coreanas, chinas, japonesas con tías peludas caminando para atrás, recuerden finales absurdos y seguro que no se acercan.

Pero no dejen de verla!!! Eso sí, con café y algún Termalgin.

10 octubre 2006

Yo sí que estoy perdida

Durante la primera temporada de LOST, cuando mucha gente se quejaba de que no había respuestas sino más y más preguntas yo pensaba... qué idiotas ¿por qué no disfrutan de la serie y se dejan de tonterías? Ahora pienso que esta serie no va a ningún lado y me siento como una paleta dejándose seducir por unos cantos de sirena rancios y artificiales.

La primera temporada era estupenda porque además de los problemas de la isla estaban los flashbacks. Yo estaba sorprendida ¿cómo era posible que unos flashbacks no solo no me sacaran de la trama, sino que me importaran incluso más? Creo que una de las cosas más interesantes de Lost era este tratamiento de los personajes. El personaje en la isla era completamente opuesto al de la "vida real". Y esto también era parte de la trama principal ¿Es posible que esta gente pueda ser tan diferente? ¿Están en esta isla para cambiar? ¿Alguien les está dando una nueva oportunidad? El tema de la fuerza superior que mueve los hilos estaba ahí desde el principio, todo el mundo pensaba en un paraíso donde las personas se encuentran a sí mismas, superan sus traumas y recuperan aquello que habían perdido.

Pero las cosas cambian cuando aparece la dichosa escotilla, los números malditos nos ponen los pelos de punta, quizás el capítulo de Hugo sea el mejor de la primera temporada. Hay una fuerza superior pero parece demoníaca.



La cosa es que la primera termina de puta madre. Hay otras personas en la isla, la francesa tenía razón. Para mí esa era una respuesta cojonuda. Yo la verdad que no necesitaba más. Todo el mundo se quejaba pero yo estaba contenta.

Cuando empieza la segunda temporada pasa algo terrible. Aparecen otros personajes en la isla y se olvidan de nuestros protas. Ana Lucía, el cura... no importa que sean personajes cojonudos, que los hayan creado a las mil maravillas, que sean complejos y sus tramas del pasado nos deslumbren. Yo no quiero saber nada de ellos. Quiero volver a mi Charly, a mi Locke... y ¡A ver cuando coño acaba este puto flashback!.




Era pesada la cosa... pero cuando volvíamos a la isla es decir, a nuestros protas, la cosa tampoco se arreglaba. Porque los flashbacks ya no eran como antes. Por ejemplo, el de los coreanos, ese capítulo en el que cuentan lo del embarazo de la tía... ya no existe ese juego narrativo entre flashback y vida actual. En una historia te cuentan que no puede tener hijos y en la otra que está embarazada. No hay más. Y sí vale, que es importante saber que ella antes no podía tener hijos pero ¿hasta el punto de meterte el flashback pesadísimo entero? En el caso de la negra con cáncer por ejemplo, pues está mejor porque al menos aquel curandero dice cosas interesantes acerca de la isla. No sé si me entienden.

Y cuando me refiero a que los flahbacks antes jugaban narrativamente me refiero a que nos mostraban durante todo el capítulo a los personajes haciendo algo totalmente distinto a lo que hacían en la isla. Si el coreano era un déspota con su mujer, en el flashback era un camarero al servicio de ella... era un juego estupendo en el que siempre nos sorprendían. Cuando el flashback apoya la trama principal aburre.

Para mí la gente de la cola del avión está de más. Lo único interesante era la rubita esa que estaba en el manicomio con Hugo. ¿Ven? es que son un montón de informaciones super interesantes que se olvidan y que seguramente se recuperen en la quinta temporada. Pero joder, es traumático y hace que nos sintamos fuera de juego.

Y luego con tanto personaje y tanta tontería se olvidan de lo que realmente importa. ¿Qué poderes tienen esos niños? Porque vamos... pasan de los niños un kilo. Y el Aaron algo debe tener, que para eso se llama Aaron. Y el negrito tiene poderes que yo lo vi.

Todo el tema de Desmond es muy interesante y gracias a Dios vuelve al final porque se le echaba de menos, porque era nuevo pero aportaba algo, no como los pesados de la cola.

El final de la segunda es fantástico, todo el mundo estará de acuerdo conmigo en que es uno de los finales de temporada más apoteósicos y divertidos de la historia de la televisión. Esa estatua del pie!!! qué miedo!!!

La tercera empezó con un nuevo giro y como no ¡más personajes! El principio es realmente estupendo. Todos reunidos como si fueran Desperate housewives en su particular Wisteria Lane. Nos engañaron a todos. Pensábamos que era el típico flashback de la vida antes de la isla pero no. Fue genial.

Yo no digo que me lo pase mal, ojo. Solo digo que me estoy empezando a mosquear. Durante la primera ponía todo de mi parte y no hacía más que pensar en posibles teorías. Recuerdo cuando las enviaba a mis amigos por sms. Ahora es impensable, no hay teoría posible, ni memoria suficiente en el móvil. Es una ida de olla total. Hay un zoo, el polo norte, un imán gigante, una secta de chiflados, un niño con poderes, algo que cura el cáncer, un cuaderno donde figura la vida de todos los habitantes de la isla con los más íntimos detalles, álguien con seis dedos en el pie, un monstruo transparente de humo negro... en fin... mi cabeza no da para tanto.

Prefiero la claridad de Prison Break. Un hombre pretende huir, otro no quiere.

De todos modos hablo desde el cabreo que da la impotencia y nada de esto significa que vaya a dejar de verla. Estaré ahí hasta el final, que al fin y al cabo es de lo que se trata.

03 octubre 2006

24 Quinta temporada

¿Recuerdan ustedes Deep Impact? En esa película nada más empezar te hablan de un meteorito que va a chocar contra la Tierra y dicen que por mucho que se intente, es imposible que no haya una catástrofe. Aún así mandan una nave para salvar al mundo que hace lo que todas las naves en estos casos: autoinmolarse.



La cosa es que nos hablan todo el tiempo de una ola gigante que va a impactar de forma intensa y rotunda contra la costa americana y se va a llevar consigo a la mitad de la población. Así que todo el mundo tendrá que salir huyendo montaña arriba, o subirse al Empire State... vamos, que será la hecatombe. Cuando a ti te prometen eso, por más que tengas por ejemplo... a Dakota Fanning de protagonista, no quieres ver otra cosa que LA PUTA OLA DEVORÁNDOSE A LA HUMANIDAD. Y por eso no está Dakota Fanning pero sí Tea Leoni.

Bien. En 24 la 5º temporada comienza de manera inquietante. Media ciudad de Los Ángeles va a ser destruida por un gas nervioso. Morirán cientos de miles de seres humanos. Así que lo único que pides es que algún terrorista SUELTE DE UNA VEZ EL PUTO GAS.

Y no en un centro comercial. No. ¡En un pueblo al menos! ¡¡¡en una urbanización aunque sea!!! Lo que no puede ser es que te prometan una cosa y luego no hagan NADA.

Muere David Palmer, hasta ahí correcto. La primera dama está chiflada, es estupendo. Tiene una secretaria que parece que se ha comido un yoghourt caducado que luego se entenderá el porqué de su constante cara de estupefacción. El presidente parece un panoli, hace todo lo que le dice un ayudante llamado Cummings que desde que lo ves sabes que es EL MALO. Hay un tratado ruso que firmar y la cosa se pone tensa.

Jack no va solo, como Kim hace años que dejó de dar por saco, ahora lleva a un "Kim masculino" un chico de unos 16 años que parece que le tiene cariño. El chico nos gusta porque en el fondo extrañamos a Kim. Sabemos que Jack necesita tener a álguien a quien salvar.

Unos terroristas secuestran un aeropuerto. Y allí están Jack y el chico rubio. Bien. Estas horas son realmente jodidas. Queremos que Jack y el chico salven el pellejo. Lo hacen, claro. Jack se depide del chico y de su madre y adiós muy buenas.




A partir de aquí hay un giro. El objetivo de los terroristas era robar un gas nervioso de uno de los hangares. Lo hacen. Jack recuerda que entre los rehenes había un sospechoso. Lo buscan pero se les escapa. El sospechoso tiene como unas 20 bombonas de gas nervioso que promete usar.

Las pistas llevan a Cummings, el ayudante del presidente que acaba suicidándose. El gas que iba a ir a Moscú se queda en América ¿Qué? ¿Cómo? ¡El gas se va a soltar aquí! ¿¿¿Y morirán cientos de miles de americanos??? La cosa se complica.

Mientras, la mujer del presidente que se está empezando a mosquear y que cada vez parece menos chiflada, recuerda una charla que había tenido con Palmer la noche antes. Él le avisó. ¿Qué? No lo sabemos, pero seguro que era importante. Ella va en busca de las pruebas. Las pierde. A todo esto su secretaria está como si se hubiera fumado un porro. Parece que algo trama, parece la MALA. Pero es tan tonta que enseguida nos olvidamos de esa posibilidad.

Como los terroristas tienen 20 bombonas de gas nervioso, y seguramente las querrán usar con un IMPORTANTE OBJETIVO que desconocemos, deciden hacer una prueba en un centro comercial. Sueltan el gas pero con poco éxito ya que los muertos se pueden contar con los dedos de una o dos manos.

Los datos llevan a Henderson, un ex trabajador de la UAT que por lo visto tiene un objetivo que cumplir y jura que no puede decir nada y que lo hace por su país. Ay va! esto sí es un giro. Lo llevan a la UAT para interrogarlo.



En la UAT pues lo de siempre, que si un topo por aquí, que si un déspota por allá. Sean Austin le da vidilla al asunto. Tiene una hermana heroinómana que le toca los huevos y es la causante de que un terrorista entre en la UAT y utilice la segunda y crucial bombona de gas. Este es el segundo objetivo porque aun quedan 18 ¡¡¡A ver qué hacen con el resto!!! mmm...

En este momento un giro impresionante rompe esquemas. El gas se suelta en la UAT y mueren el gordito amigo de Chloe y en la mejor escena de la historia de la serie, Sean Austin.

Hasta aquí todo perfecto. Todo de chapau.

Pero ¿qué pasa ahora? Pues que todo se va a la mierda. El gilipollas de Almeida, que ha perdido todos los papeles, se intenta cargar a Henderson porque presuntamente éste había matado-gracias a Dios- a la pesada de Michelle. Y entonces empieza el desastre. Henderson huye.

Pero lo más ridículo de todo es lo que pasa en la residencia del Presidente Logan. Veamos, porque tiene cola. Resulta que esa misma mañana la secretaria de la primera dama, la que parece que va fumada, fue a un banco y depositó allí la prueba que implicaba directamente al presidente en la muerte de David Palmer. Los malos se dieron cuenta de esto así que secuestraron a su hija. ¿No es un poco estúpido? ¿No era mejor llevar a la secretaria a una habitación apartada ya que todos, malos y buenos, al fin y al cabo están en el mismo sitio y hacerla hablar con esas maneras tan estupendas que tienen ellos?

Bueno, al margen de esto. Lo realmente malo de esta temporada es que se olvidan completamente de las bombonas de gas. Esa amenaza que nos habían prometido NO EXISTE.
Y no solo no van a acabar con medio Los Ángeles, sino que la misión es encarcelar a un presidente. Pues prefiero la aniquilación la verdad.

No se sabe cual es el objetivo final. Henderson es arrestado, huye, es arrestado docenas de veces a lo largo del día. Hay malos para aburrir y no tienen la menor presencia. En fin... hablar de lo malo de la temporada es hacer el post interminable...

No entiendo que la gente dijera que es la mejor de las 5. Por eso la vi coño. Yo había tirado la toalla en mitad de la cuarta.

¿Por qué las 3 primeras eran estupendas? (La segunda fue la mejor) Porque había malos cojonudos, había muchas personas en peligro y algunos de ellos no eran anónimos y nos interesaban. Pero lo más importante, si había una bomba, explotaba.